Probióticos para la candidiasis vulvovaginal en pacientes no embarazadas

Pregunta

En esta revisión Cochrane se evaluaron el efecto y la seguridad de los probióticos para el tratamiento de la candidiasis vulvovaginal (CVV) en pacientes no embarazadas en comparación con los fármacos antimicóticos convencionales, o con los probióticos utilizados para cambiar los efectos de los fármacos antimicóticos convencionales.

Antecedentes

La afección CVV ocurre debido a un desequilibrio en el hábitat normal de los microorganismos vaginales (microbiota). Se caracteriza por una disminución de un tipo de bacterias llamadas lactobacilos y un crecimiento exagerado concomitante de un hongo llamado Candida. Aunque los tratamientos para la CVV con fármacos antimicóticos convencionales son muy efectivos para proporcionar la curación clínica (ningún síntoma vaginal evidente), hay un aumento de la resistencia a los fármacos y de la recurrencia de la CVV. Los fármacos antimicóticos convencionales también pueden provocar muchos efectos secundarios. Los probióticos son microorganismos que se cree que proporcionan beneficios para la salud cuando se consumen. La capacidad de los probióticos para mantener y recuperar la microbiota vaginal normal, y su posible capacidad de resistir las Candidas da lugar al concepto del uso de los probióticos para el tratamiento de la CVV. Se deseaba determinar si la administración de probióticos podría ser útil para el tratamiento de la CVV en pacientes no embarazadas sin alto riesgo ni efectos secundarios.

Características de los estudios

Se buscó evidencia hasta octubre de 2017 y se incluyeron 10 ensayos clínicos con 1656 participantes. Los ensayos duraron entre tres meses y cinco años. Todos los ensayos utilizaron al menos un método de laboratorio para el diagnóstico. Cuatro ensayos compararon supositorios vaginales (fármacos sólidos insertados directamente en la vagina) o comprimidos de clotrimazol (fármaco antimicótico) más cápsulas vaginales de probióticos con supositorios vaginales o comprimidos de clotrimazol solo. Tres ensayos compararon supositorios vaginales con miconazol (fármaco antimicótico) más cápsulas vaginales de probióticos con supositorios vaginales de miconazol solo. Dos ensayos compararon fluconazol oral (fármaco antimicótico) más cápsulas orales de probióticos con fluconazol oral más cápsulas orales placebo (tratamiento simulado). Un ensayo comparó fluconazol oral y fenticonazol vaginal (fármacos antimicóticos) con fluconazol oral más fenticonazol vaginal más probiótico.

Resultados clave

Comparados con los fármacos antimicóticos convencionales utilizados solos, los probióticos como tratamiento coadyuvante podrían mejorar el efecto al mejorar la tasa de curación clínica a corto plazo (en el transcurso de cinco a diez días), la curación micológica a corto plazo (ningún resultado de laboratorio anormal) y la recurrencia al mes (recurrencia de problemas), pero no parecen influir en la tasa de curación clínica a largo plazo (en el transcurso de uno a tres meses), la curación micológica a largo plazo, ni los eventos secundarios graves y no graves.

Sin embargo, debido a la baja calidad de la evidencia disponible, no hay evidencia suficiente para la administración de probióticos como coadyuvantes a los fármacos antimicóticos convencionales o utilizados solos para el tratamiento de la CVV en pacientes no embarazadas.

Calidad de la evidencia

La calidad de la evidencia fue baja o muy baja en esta revisión, por lo que se tiene muy poca confianza en los resultados.

Conclusiones de los autores: 

Evidencia de baja y muy baja calidad muestra que, en comparación con el tratamiento convencional, la administración de probióticos como tratamiento coadyuvante podría aumentar la tasa de curación clínica y micológica a corto plazo y disminuir la tasa de recurrencia al mes, pero lo anterior no se tradujo en una mayor frecuencia de curación clínica o micológica a largo plazo. La administración de probióticos no parece aumentar la frecuencia de eventos adversos graves o no graves. Se necesitan ECA bien diseñados con metodologías estandarizadas, seguimiento más largo y tamaño de la muestra más grande.

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Antecedentes: 

La candidiasis vulvovaginal (CVV) se considera la segunda forma de infección más frecuente después de la vaginosis bacteriana. La capacidad de los probióticos de mantener y recuperar la microbiota vaginal normal, y su posible capacidad de resistir las Candidas da lugar al concepto del uso de los probióticos para el tratamiento de la CVV.

Objetivos: 

Evaluar la efectividad y la seguridad de los probióticos para el tratamiento de la candidiasis vulvovaginal en pacientes no embarazadas.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en las siguientes bases de datos hasta octubre 2017: Se hicieron búsquedas en el registro especializado del Grupo de Revisión Cochrane de Infecciones de Transmisión Sexual (Sexually Transmitted Infections Cochrane Review Group's Specialized Register), CENTRAL, MEDLINE, Embase y en otras ocho bases de datos. Se buscó en los siguientes recursos internacionales: World Health Organization International Clinical Trials Registry Platform, ClinicalTrials.gov, Web of Science y OpenGrey. Se revisaron revistas especializadas, listas de referencias de artículos publicados y actas de congresos. Se recopiló información de compañías farmacéuticas y expertos en el tema.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorios (ECA) que utilizaron probióticos, solos o como coadyuvantes a los fármacos antimicóticos convencionales, para tratar la CVV en pacientes no embarazadas. No fueron elegibles para inclusión los ensayos que reclutaron pacientes con CVV recurrente, coinfección con otras infecciones vulvovaginales, diabetes mellitus, trastornos inmunosupresores o que tomaban alguna medicación inmunodepresora. Los probióticos se incluyeron si se elaboraron a partir de una especie única o de múltiples especies y en cualquier tipo de preparación/dosis/vía de administración.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los ensayos para determinar su elegibilidad y calidad y extrajeron los datos. Los desacuerdos se resolvieron mediante consenso. La calidad de la evidencia se evaluó con el enfoque GRADE.

Resultados principales: 

Diez ECA (1656 participantes) cumplieron los criterios de inclusión y la industria farmacéutica no financió ninguno de estos ensayos. Todos los ensayos utilizaron probióticos como tratamiento coadyuvante a los fármacos antimicóticos. Los probióticos aumentaron la tasa de curación clínica a corto plazo (cociente de riesgos [CR] 1,14; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,05 a 1,24; 695 participantes, cinco estudios, evidencia de baja calidad) y la curación micológica (CR 1,06; IC del 95%: 1,02 a 1,10; 969 participantes, siete estudios, evidencia de baja calidad) y redujeron la tasa de recurrencia al mes (CR 0,34; IC del 95%: 0,17 a 0,68; 388 participantes, tres estudios, evidencia de muy baja calidad). Sin embargo, este efecto no se tradujo en una mayor frecuencia de curación clínica a largo plazo (un mes después del tratamiento: CR 1,07; IC del 95%: 0,86 a 1,33, 172 participantes, un estudio, evidencia de muy baja calidad; tres meses después del tratamiento; CR 1,30; IC del 95%: 1,00 a 1,70; 172 participantes, un estudio, evidencia de muy baja calidad) ni de curación micológica (un mes después del tratamiento: CR 1,26; IC del 95%: 0,93 a 1,71, 627 participantes, tres estudios, evidencia de muy baja calidad; tres meses después del tratamiento; CR 1,16; IC del 95%: 1,00 a 1,35, 172 participantes, un estudio, evidencia de calidad muy baja). La administración de probióticos no aumentó la frecuencia de eventos adversos graves (CR 0,80; IC del 95%: 0,22 a 2,94; 440 participantes, dos estudios, evidencia de baja calidad). No se encontraron ECA elegibles para resultados como tiempo hasta la primera recurrencia, necesidad de tratamiento adicional al final del tratamiento, satisfacción de las pacientes ni relación entre costo y efectividad.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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