Terapia cognitivoconductual para el dolor del cuello

Nota editorial: 

Expresión de preocupación

El doctor Marco Monticone ha actuado como primer autor de esta revisión Cochrane. Los lectores deben saber que varios ensayos controlados aleatorizados del doctor Monticone han sido objeto de escrutinio por posibles problemas de integridad de la investigación, incluidas irregularidades en los datos (doi:10.1097/j.pain.0000000000002659). Uno de los ensayos con presuntos problemas de integridad en la investigación se incluye en esta revisión Cochrane (doi:10.1007/s00586-012-2287-y). El equipo editorial de Cochrane tiene dudas sobre la fiabilidad de los datos del ensayo y está aplicando la política de Cochrane en la gestión de estudios potencialmente problemáticos ( https://www.cochranelibrary.com/es/cdsr/editorial-policies#problematic-studies ). No se encontraron diferencias importantes en las conclusiones de esta revisión tras llevar a cabo un análisis de sensibilidad de los desenlaces principales, tanto si se incluía el ensayo potencialmente problemático como si se excluía. Cochrane emprenderá las acciones futuras que sean necesarias sobre esta revisión cuando concluyan las investigaciones adicionales que se están haciendo sobre el ensayo potencialmente problemático.

Mientras tanto, se está elaborando una nueva versión de este tema de revisión con un nuevo equipo de autores. La nueva revisión sustituirá a la actual.

Antecedentes

El dolor del cuello se define como el dolor, la tensión muscular o la rigidez localizada en el cuello y se puede originar a partir de muchas estructuras, incluida la columna o las partes blandas. Los factores de riesgo incluyen la edad, el sexo, antecedentes de dolor, mala postura, esfuerzos repetitivos y factores sociales y psicológicos.

El dolor del cuello lo presentan pacientes de todas las edades y de ambos sexos y es una causa importante de gastos médicos, ausentismo laboral y discapacidad. El tratamiento actual del dolor del cuello incluye varios tratamientos diferentes como la reafirmación, la educación, la promoción de un regreso oportuno a las actividades normales, el uso apropiado de analgésicos y los ejercicios.

Todavía existe incertidumbre acerca de la eficacia de la terapia cognitivoconductual (TCC) en estos pacientes. La TCC es una técnica psicológica que abarca un amplio conjunto de intervenciones realizadas por profesionales de la salud. Incluye modificaciones cognitivas y conductuales de actividades específicas para reducir la repercusión del dolor y la discapacidad física y psicosocial, y para superar las barreras nocivas para la recuperación física y psicosocial.

Pregunta de la revisión

Por lo tanto, se examinó la evidencia acerca del efecto de la TCC sobre el dolor, la discapacidad, los factores psicológicos y la calidad de vida entre los pacientes con dolor del cuello subagudo y crónico. Específicamente, se comparó la TCC frente a ningún tratamiento, la TCC frente a otros tipos de intervenciones y la TCC con otra intervención (p.ej. fisioterapia) frente a otra intervención sola.

Características de los estudios

Se examinó la investigación publicada hasta noviembre 2014. Se incluyeron 10 ensayos aleatorizados (836 participantes). Dos estudios incluyeron sujetos con dolor del cuello subagudo (337 participantes), mientras que los otros ocho estudios incluyeron participantes con dolor del cuello crónico (499 participantes). La TCC se comparó con ningún tratamiento (225 participantes) o con otros tipos de tratamientos (506 participantes), o combinada con otra intervención (p.ej. fisioterapia) y comparada con la otra intervención sola (200 participantes). Las intervenciones se realizaron en centros de atención sanitaria primaria y secundaria.

Resultados clave

Con respecto al dolor del cuello crónico, la TCC fue significativamente mejor desde el punto de vista estadístico que ningún tratamiento para mejorar el dolor, la discapacidad y la calidad de vida, pero estos efectos no se pudieron considerar clínicamente significativos. No se encontraron diferencias entre la TCC y otros tipos de intervenciones (por ejemplo, medicación, educación, fisioterapia, terapia manual y ejercicios) en cuanto al dolor y la discapacidad. Hubo evidencia de calidad moderada de que la TCC fue mejor que otras intervenciones para mejorar el miedo al movimiento. Además, hubo evidencia de calidad muy baja de que la TCC agregada a otra intervención no fue mejor para mejorar el dolor y la discapacidad que la otra intervención sola.

Para el dolor del cuello subagudo, hubo evidencia de calidad baja de que la TCC fue significativamente mejor desde el punto de vista estadístico que otros tipos de intervenciones (p.ej. tratamiento manual o educación) para mejorar el dolor, pero este efecto no fue clínicamente relevante. No se encontraron diferencias en cuanto a la discapacidad y el temor al movimiento.

Ninguno de los estudios incluidos informó si se observó algún efecto adverso relacionado con la terapia cognitivoconductual.

Calidad de la evidencia

La calidad de la evidencia en esta revisión varió entre "muy baja" y "moderada". Por lo tanto, los resultados de la revisión deben ser interpretados con cautela. Se necesitan ensayos aleatorizados de calidad más alta para analizar los efectos beneficiosos a corto y largo plazo de la terapia cognitivoconductual en el dolor del cuello subagudo y crónico y su efectividad en comparación con otros tratamientos, y para determinar mejor qué pacientes se pueden beneficiar más de este tipo de intervención.

Conclusiones de los autores: 

Con respecto al dolor del cuello crónico, se encontró que la TCC fue significativamente más efectiva desde el punto de vista estadístico para la reducción del dolor a corto plazo solamente cuando se comparó con ningún tratamiento, pero estos efectos no se pudieron considerar clínicamente significativos. Cuando se comparó la TCC con otros tipos de intervenciones y la TCC además de otra intervención con la otra intervención sola no se encontraron diferencias. En los pacientes con dolor del cuello subagudo, la TCC fue significativamente mejor que otros tipos de intervenciones para el alivio del dolor al seguimiento a corto plazo, mientras que no se encontraron diferencias para la discapacidad y la kinesiofobia. Se recomienda la realización de estudios de investigación adicionales para investigar los efectos beneficiosos a largo plazo y los riesgos de la TCC, con la inclusión de diferentes subgrupos de pacientes con dolor del cuello.

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Antecedentes: 

Aunque ha habido progresos en la investigación sobre los tratamientos no quirúrgicos para el dolor del cuello existe incertidumbre acerca de la eficacia de la terapia cognitivoconductual (TCC) en esta población. Analizar los factores cognitivos y conductuales podría reducir la carga clínica y los costos del dolor del cuello en la sociedad.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de la TCC entre los pacientes con dolor del cuello subagudo y crónico. Específicamente, se investigaron las siguientes comparaciones: (1) terapia cognitivo-conductual frente a placebo, ningún tratamiento o controles de lista de espera; (2) terapia cognitivo-conductual frente a otros tipos de intervenciones; (3) terapia cognitivo-conductual además de otra intervención (por ejemplo, fisioterapia) frente a la otra intervención sola.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, EMBASE, CINAHL, PsycINFO, SCOPUS, Web of Science y en PubMed, así como en ClinicalTrials.gov y en la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud hasta noviembre 2014. Se examinaron las listas de referencias y citas de los ensayos identificados y las revisiones sistemáticas relevantes.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados que evaluaron el uso de TCC en adultos con dolor del cuello subagudo y crónico.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo de cada ensayo y extrajeron los datos. Cuando existió suficiente homogeneidad entre los estudios en las comparaciones predefinidas se realizó un metanálisis. La calidad de la evidencia para cada comparación se determinó con el enfoque GRADE.

Resultados principales: 

En esta revisión se incluyeron 10 ensayos aleatorizados (836 participantes). Cuatro ensayos (40%) tuvieron bajo riesgo de sesgo, el 60% restante de los ensayos tuvo un alto riesgo de sesgo.

La calidad de la evidencia de los efectos de la TCC sobre los pacientes con dolor del cuello crónico fue muy baja a moderada. Hubo evidencia de calidad baja de que la TCC fue mejor que ningún tratamiento para mejorar el dolor (diferencia de medias estandarizada [DME]: -0,58; intervalo de confianza [IC] del 95%: -1,01 a -0,16), la discapacidad (DME: -0,61; IC del 95%: -1,21 a -0,01) y la calidad de vida (DME: -0,93; IC del 95%: -1,54 a -0,31) al seguimiento a corto plazo, mientras que hubo evidencia de calidad muy baja a baja de ningún efecto sobre varios indicadores psicológicos al seguimiento a corto plazo. Tanto en el seguimiento a corto como a medio plazo, la TCC no afectó al dolor (DME: -0,06; IC del 95%: -0,33 a 0,21; calidad baja, en el seguimiento a corto plazo; DME: -0,89; IC del 95%: -2,73 a 0,94; calidad baja, en el seguimiento a medio plazo) ni a la discapacidad (DME: -0,10; IC del 95%: -0,40 a 0,20; calidad moderada, en el seguimiento a corto plazo; DME: -0,24; IC del 95%: 0,54 a 0,07; calidad moderada, en el seguimiento a medio plazo) en comparación con otros tipos de intervenciones. Hubo evidencia de calidad moderada de que la TCC fue mejor que otras intervenciones para mejorar la kinesiofobia al seguimiento a medio plazo (DME: -0,39; IC del 95%: -0,69 a -0,08; I 2 = 0%). Finalmente, hubo evidencia de calidad muy baja de que la TCC además de otra intervención no fue diferente de la otra intervención sola en cuanto al efecto sobre el dolor (DME: -0,36; IC del 95%: -0,73 a 0,02) y la discapacidad (DME: -0,10; IC del 95%: -0,56 a 0,36) al seguimiento a corto plazo.

En los pacientes con dolor del cuello subagudo había evidencia de calidad baja de que la TCC fue mejor que otras intervenciones para el alivio del dolor en el seguimiento a corto plazo (DME: -0,24; IC del 95%: -0,48 a 0,00), mientras que no se encontraron diferencias en cuanto al efecto sobre la discapacidad (DME: -0,12; IC del 95%: -0,36 a 0,12) y la kinesiofobia.

Ninguno de los estudios incluidos informó sobre efectos adversos.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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