Antecedentes
Se cree que la deficiencia de zinc está generalizada a nivel global, en particular en los niños y mujeres que viven en países de ingresos bajos y medios. Los alimentos basados en cereal son ricos en fibra dietética y fitatos, lo que reduce la absorción del zinc en el intestino. Como las personas que viven en hogares de bajos ingresos comen muchos alimentos basados en cereal, tienen mayores probabilidades de desarrollar deficiencia de zinc. El enriquecimiento de los alimentos comunes de primera necesidad con zinc solo o en combinación con otras vitaminas y minerales se ha propuesto como una intervención para aumentar la ingesta de zinc en las poblaciones que consumen estos alimentos.
Pregunta de la revisión
Se evaluaron los efectos del enriquecimiento de los alimentos de primera necesidad con zinc sobre los niveles sanguíneos de zinc y los resultados relacionados con la salud en la población general mayor de dos años de edad.
Características de los estudios
Se incluyeron ocho ensayos (709 pacientes); siete se realizaron en países de ingresos medios de Asia, África, Europa y América Latina, donde es probable que la deficiencia de zinc sea un problema de salud pública.
Resultados clave y calidad de las pruebas
El efecto del enriquecimiento de los alimentos con zinc sobre la incidencia de la deficiencia de zinc no está claro. El enriquecimiento de los alimentos con zinc puede mejorar ligeramente los niveles sanguíneos de zinc en las poblaciones si el zinc es el único micronutriente utilizado para dicho enriquecimiento. El zinc agregado a los alimentos en combinación con otros micronutrientes puede lograr poco o ningún cambio en los niveles sanguíneos de zinc. El enriquecimiento de los alimentos con zinc puede lograr poco o ningún cambio en la incidencia de bajo peso o retraso del crecimiento. Se desconocen los efectos del enriquecimiento de los alimentos con zinc sobre otros resultados como la atrofia y el peso y la altura. El enriquecimiento de los alimentos con zinc no parece tener efectos adversos sobre los indicadores del estado del hierro o el cobre. La mayoría de los estudios incluidos en esta revisión incluyeron un escaso número de participantes y se consideraron con un riesgo de sesgo bajo o incierto. También existieron algunas inconsistencias en los resultados en diferentes estudios.
El enriquecimiento de los alimentos con zinc puede mejorar el estado del zinc sérico en las poblaciones si el zinc es el único micronutriente utilizado para dicho enriquecimiento. Si el zinc se agrega a los alimentos en combinación con otros micronutrientes, puede dar lugar a poca o ninguna diferencia sobre el estado de zinc sérico. Se desconocen los efectos del enriquecimiento de los alimentos con zinc sobre otros resultados que incluyen la deficiencia de zinc, el crecimiento de los niños, la cognición, la capacidad de trabajo de los adultos o sobre los indicadores hematológicos. Debido al escaso número de ensayos y participantes en cada ensayo, se requieren estudios de investigación adicionales de estos resultados.
La deficiencia de zinc es un problema nutricional global, en particular, en niños y mujeres que residen en lugares donde los regímenes alimentarios tienen poca variación y se basan en cereales. Tiene varias consecuencias negativas para la salud. El enriquecimiento de los alimentos de primera necesidad con zinc puede ser una estrategia efectiva para prevenir la deficiencia de zinc y mejorar los resultados de salud relacionados con el zinc.
Evaluar los efectos beneficiosos y adversos del enriquecimiento de los alimentos de primera necesidad con zinc sobre resultados relacionados con la salud y los marcadores biológicos del estado de zinc en la población general.
Se realizaron búsquedas en las siguientes bases de datos en abril de 2015: Registro Central Cochrane de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL, número 3 de 12, 2015, the Cochrane Library), MEDLINE & MEDLINE In Process (OVID) (de 1950 al 8 de abril de 2015), EMBASE (OVID) (de 1974 al 8 de abril de 2015), CINAHL (de 1982 a abril de 2015), Web of Science (de 1900 al 9 de abril de 2015), BIOSIS (de 1969 al 9 de abril de 2015), POPLINE (de 1970 a abril de 2015), AGRICOLA, OpenGrey, BiblioMap, y en Trials Register of Promoting Health Interventions (TRoPHI), además, en bases de datos regionales (abril de 2015) y en tesis. También se realizaron búsquedas en registros de ensayos clínicos (17 de marzo de 2015) y se contactó con organizaciones relevantes (mayo de 2014) para identificar estudios en curso y no publicados.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios, asignados al azar a nivel individual o grupal. También se incluyeron los ensayos no aleatorios asignados al azar a nivel individual si hubo un grupo de comparación concomitante. Los ensayos no aleatorios grupales y los estudios controlados tipo antes y después sólo se incluyeron si hubo al menos dos sitios de intervención y dos sitios control. Las intervenciones incluyeron el enriquecimiento (central / industrial) de los alimentos de primera necesidad (harinas de cereal, grasas comestibles, azúcar, condimentos, leche y bebidas) con zinc durante un período mínimo de dos semanas. Los participantes fueron miembros de la población general con más de dos años de edad (se incluyeron mujeres embarazadas y que lactaban) de cualquier país.
Dos autores de la revisión analizaron de forma independiente la elegibilidad de los estudios en función de los criterios de inclusión y extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo de los estudios incluidos.
Se incluyeron ocho ensayos (709 pacientes); siete se realizaron en países de ingresos medios de Asia, África, Europa y América Latina, donde es probable que la deficiencia de zinc sea un problema de salud pública. Cuatro ensayos compararon el efecto de enriquecer los alimentos de primera necesidad con zinc con los alimentos no enriquecidos (comparación 1), y cuatro compararon alimentos de primera necesidad enriquecidos con zinc en combinación con otros nutrientes / factores con los mismos alimentos que contenían otros nutrientes o factores sin zinc (comparación 2). Las intervenciones duraron entre uno y nueve meses. La mayoría de los ensayos se consideró con riesgo de sesgo incierto o alto para la asignación al azar, pero con riesgo de sesgo bajo para el cegamiento y la deserción. Ninguno de los estudios de la comparación 1 informó datos sobre la deficiencia de zinc.
Los alimentos enriquecidos con zinc aumentaron los niveles séricos o en plasma de zinc en comparación con los alimentos sin el agregado de zinc (diferencia de medias [DM] 2,12 µmol/l; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,25 a 3,00 µmol/l; tres estudios; 158 participantes; pruebas de baja calidad). Los participantes que consumieron alimentos enriquecidos con zinc versus los participantes que consumieron los mismos alimentos sin zinc tuvieron un riesgo similar de presentar bajo peso (cociente de riesgos promedio 3,10; IC del 95%: 0,52 a 18,38; dos estudios; 397 participantes; pruebas de baja calidad) y retraso del crecimiento (cociente de riesgos [CR] 0,88; IC del 95%: 0,36 a 2,13; dos estudios; 397 participantes; pruebas de baja calidad). Un ensayo único sobre el agregado de zinc al hierro en la harina de trigo no encontró una reducción en la proporción de deficiencia de zinc (CR 0,17; IC del 95%: 0,01 a 3,94; pruebas de muy baja calidad). No se encontró una diferencia en los niveles séricos o en plasma de zinc en los participantes que consumieron alimentos enriquecidos con zinc más otros micronutrientes en comparación con los participantes que consumieron los mismos alimentos con micronutrientes pero sin el agregado de zinc (DM 0,03 µmol/l; IC del 95%: -0,67 a 0,72 µmol/l; cuatro estudios; 250 participantes; pruebas de baja calidad). Ningún ensayo de la comparación 2 proporcionó información sobre el bajo peso o el retraso del crecimiento.
No se informaron efectos adversos del enriquecimiento de los alimentos con zinc sobre los indicadores del estado del hierro o el cobre.
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