Cuando una mujer comienza el trabajo de parto, los profesionales que la atienden pueden decidir monitorizar la frecuencia cardíaca del feto durante el parto para asegurar que está sano. Una frecuencia cardíaca anormal es un indicador fuerte de que el feto está estresado estrés, por ejemplo porque no tiene oxígeno suficiente. Si hay un problema con la frecuencia cardíaca del feto, los profesionales de atención pueden desear realizar pruebas adicionales o estimular el parto para evitar complicaciones graves. A menudo se utiliza una máquina de cardiotocografía (CTG) para monitorizar la frecuencia cardíaca, que se mide con relación a las contracciones de la mujer durante el trabajo de parto. La máquina imprime los resultados en una tira conocida como trazado de CTG o se ven directamente en una unidad que la muestra de manera visual. Sin embargo, en algunos casos es difícil para los profesionales que atienden el parto determinar si el trazado de la CTG es normal o anormal, lo que puede dar lugar a intervenciones innecesarias o al retraso en las necesarias. Las herramientas computarizadas de ayuda a la decisión, también denominadas sistemas especializados (SE), tienen una base computarizada del conocimiento que se puede parear y puede guiar la interpretación de la CTG para evitar dichas situaciones.
Esta revisión intentó examinar los desenlaces relacionados con el parto entre las mujeres que se monitorizaron mediante CTG continua o intermitente durante el trabajo de parto con un SE versus monitorización continua o intermitente mediante CTG sin un SE. No se identificaron estudios que compararan la monitorización mediante CTG durante el trabajo de parto con un SE versus la auscultación intermitente.
Sin embargo, se identificaron dos ensayos controlados aleatorizados que examinaron los desenlaces relacionados con el parto entre las mujeres monitorizadas mediante CTG con un SE, en comparación con las mujeres monitorizadas mediante CTG sin un SE. Aunque la revisión identificó dos ensayos controlados aleatorizados elegibles con bajo riesgo de sesgo, solamente un ensayo (que incluyó 220 mujeres) examinó los desenlaces de interés para esta revisión. Los datos con relación a la muerte del recién nacido en los primeros 28 días de vida (muerte neonatal temprana) no estaban disponibles, pero el estudio informó que ninguno de los fetos murió antes del nacimiento (muertes fetales).
No había evidencia sólida de que la CTG con un SE reduzca la probabilidad de parto por cesárea, parto vaginal con fórceps o de desenlaces adversos del lactante (como acidemia fetal, crisis convulsivas neonatales, lesión cerebral debido a la falta de oxígeno [encefalopatía isquémica hipóxica], puntuación de Apgar menor de siete a los cinco minutos o el ingreso a la unidad neonatal de cuidados intensivos).
Estos resultados se deben interpretar con cuidado debido a la poca potencia estadística del ensayo, ya que se incluyeron muy pocas mujeres para detectar diferencias moderadas en los desenlaces adversos. Se necesitan ensayos controlados aleatorizados más grandes para determinar si la CTG con un SE reduce los desenlaces adversos de las pacientes y sus fetos durante el parto.
Dos ensayos cumplieron los criterios de inclusión para esta revisión, pero uno no proporcionó datos para ninguno de los desenlaces de esta revisión. El único ensayo que contribuyó con datos tuvo poca potencia estadística para evaluar la asociación entre la monitorización mediante CTG con un SE y los desenlaces principales de interés. No es posible hacer recomendaciones para la práctica clínica en este momento. Se necesitan ensayos con potencia estadística suficiente antes de poder determinar la repercusión de los SE para la evaluación fetal durante el trabajo de parto.
La cardiotocografía (CTG) registra la frecuencia cardíaca fetal con respecto a las contracciones uterinas maternas y es una de las formas más frecuentes de evaluación fetal durante el trabajo de parto. A pesar de las guías para la interpretación de la CTG, se ha informado una variación sustancial en la interpretación inter e intraobservador entre los profesionales que atienden el embarazo. La interpretación inadecuada de las lecturas de la CTG puede dar lugar a la toma de decisiones deficientes, que pueden provocar intervenciones innecesarias o que se retrasen o no se realicen intervenciones necesarias. Los sistemas especializados (SE) representan un tipo de inteligencia artificial aplicada que puede ayudar en la toma de decisiones clínicas complejas y servir potencialmente de mecanismo para mejorar la interpretación de los trazados de la frecuencia cardíaca fetal.
Evaluar la efectividad de la monitorización continua o intermitente mediante CTG durante el trabajo de parto con un SE en comparación con (1) monitorización continua o intermitente mediante CTG durante el trabajo de parto sin un SE, o (2) auscultación intermitente con un estetoscopio de Pinard o dispositivo de ecografía Doppler portátil. Los desenlaces de interés incluyeron la incidencia de mortalidad perinatal, el parto por cesárea, el parto vaginal operatorio, el muestreo de sangre fetal, la rotura artificial de las membranas amnióticas, la estimulación del trabajo de parto con oxitocina, la satisfacción materna con el trabajo de parto, las crisis convulsivas neonatales, la acidemia fetal, la encefalopatía isquémica hipóxica, el ingreso a la unidad neonatal de cuidados especiales o a la unidad neonatal de cuidados intensivos y una puntuación de Apgar menor de siete a los cinco minutos.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (27 octubre 2014), Open Grey (6 octubre 2014) ProQuest Dissertation & Theses Database (6 octubre 2014) y en las listas de referencias de estudios identificados.
Fueron elegibles para la revisión los ensayos controlados aleatorizados y cuasialeatorizados que compararan la monitorización continua o intermitente mediante CTG durante el trabajo de parto con un SE con la monitorización continua o intermitente mediante CTG sin un SE. También fueron elegibles los ensayos que compararan la monitorización continua o intermitente mediante CTG durante el trabajo de parto con un SE con la auscultación intermitente con Pinard o Doppler portátil.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente la elegibilidad y la calidad de los ensayos, así como los datos extraídos para asegurar la exactitud. Se contactó a los autores de los ensayos incluidos para aclarar aspectos del diseño de los estudios que no se informaron claramente en las publicaciones originales de los ensayos.
No se identificaron estudios que compararan la monitorización mediante CTG durante el trabajo de parto con un SE con la auscultación intermitente.
Se identificaron dos ensayos controlados aleatorizados que compararon la monitorización mediante CTG durante el trabajo de parto con un SE versus CTG sin un SE y se incluyeron en la síntesis cualitativa de los resultados, pero solamente un ensayo (n = 220) proporcionó datos para el análisis cuantitativo. Ambos ensayos se clasificaron como de bajo riesgo de sesgo.
No había evidencia sólida de que la CTG con un SE tenga un efecto sobre la incidencia del parto por cesárea (razón de riesgos [RR]: 0,61; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,35 a 1,04) en comparación con la CTG con muestreo de sangre fetal. No había evidencia sólida que apoyara una disminución de la incidencia de convulsiones neonatales (RR: 0,33; IC del 95%: 0,01 a 8,09) o de acidemia fetal (RR: 0,50; IC del 95%: 0,09 a 2,67) en las mujeres controladas mediante una CTG con un SE frente a una CTG sin un SE. No fue posible evaluar la mortalidad perinatal total en este ensayo, ya que los datos sobre las muertes neonatales prematuras no estaban disponibles. Aunque se registraron muertes fetales, no ocurrieron muertes fetales en ninguno de los brazos del ensayo, por lo que no fue posible calcular una estimación del riesgo.
No había evidencia sólida que apoyara una reducción de la incidencia del parto vaginal asistido con fórceps (RR: 0,50; IC del 95%: 0,05 a 5,43), la encefalopatía isquémica hipóxica (RR: 0,33; IC del 95%: 0,01 a 8,09), el ingreso en la unidad de cuidados intensivos neonatales (RR: 0,40; IC del 95%: 0,08 a 2,02) o un Apgar inferior a siete a los cinco minutos (RR: 0,50; IC del 95%: 0,13 a 1,95).
El ensayo no informó sobre la rotura artificial de las membranas amnióticas, el aumento de la oxitocina en el trabajo de parto o la satisfacción materna con el trabajo de parto.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.