El problema
Un número cada vez mayor de personas está sobreviviendo y viviendo más tiempo con cáncer debido al diagnóstico temprano, las mejorías en los tratamientos y la población que está envejeciendo. A su vez, hay un número cada vez mayor de pacientes con efectos a largo plazo o duraderos del cáncer y su tratamiento. Por ejemplo, hasta siete de 10 supervivientes del cáncer experimentan cambios en la capacidad con respecto a la memoria, la posibilidad de aprender cosas nuevas, la concentración, la planificación y la toma de decisiones acerca de la vida diaria, como resultado del tratamiento del cáncer. Lo anterior se conoce como deterioro cognitivo y tiene un impacto significativo sobre las actividades diarias de los supervivientes del cáncer. Estos cambios pueden ser causados por el tratamiento del cáncer sistémico, no localizado, como la quimioterapia, y a menudo se denominan “chemo-fog” o “chemobrain” (“quimio-laguna” o “quimiocerebro”).
El objetivo de la revisión
Se examinaron los estudios que han evaluado intervenciones dirigidas a mejorar el deterioro cognitivo o mantener la función cognitiva entre los pacientes que han recibido tratamiento del cáncer sistémico.
¿Cuáles son los principales hallazgos?
Se identificaron cinco estudios elegibles que describen seis intervenciones. Los mismos incluían dos estudios de la práctica de aptitudes cognitivas computarizada, dos programas de entrenamiento cognitivo de las aptitudes afrontamiento, una intervención de meditación y una intervención de ejercicios. Los cinco estudios incluyeron un total de 235 mujeres que habían sido tratadas por cáncer de mama. Los resultados indican que la práctica de aptitudes cognitivas y el entrenamiento de las aptitudes cognitivas de afrontamiento puede ser útil para mejorar los informes de los pacientes y las evaluaciones formales de la cognición, así como la calidad de vida. No hubo pruebas suficientes para saber si las intervenciones de meditación y de ejercicios tuvieron un efecto sobre la cognición.
¿Cuál es la calidad de las pruebas?
La calidad de las pruebas era baja. Hubo problemas con el diseño de los estudios y, por lo tanto, se debe ser prudente con las conclusiones.
¿Cuáles son las conclusiones?
No hay pruebas de buena calidad suficientes para saber si alguna intervención mejora el deterioro cognitivo o mantiene el funcionamiento cognitivo entre los pacientes que han recibido tratamiento sistémico para el cáncer. Hay varios ensayos en curso en el área, que pueden aportar las pruebas necesarias en el futuro.
En términos generales, puede interpretarse que las pruebas de baja calidad sugieren que las intervenciones no farmacológicas pueden reducir el riesgo de, o mejorar, el deterioro cognitivo luego del tratamiento del cáncer sistémico. Se necesitan estudios más amplios, de sitios múltiples que incluyan un grupo de control activo de atención apropiado, así como la consideración de los resultados funcionales (p.ej. actividades cotidianas) para establecer conclusiones más firmes acerca de los beneficios de este enfoque de intervención. También se necesitan estudios de investigación sobre el deterioro cognitivo en grupos de pacientes con cáncer además de las pacientes con cáncer de mama.
Se calcula que hasta un 75% de los supervivientes del cáncer pueden experimentar deterioro cognitivo como resultado del tratamiento del cáncer y debido al mayor tamaño de la población de supervivientes del cáncer, el número de pacientes afectados se elevará considerablemente en los años venideros. Por lo tanto, es necesario identificar las intervenciones no farmacológicas efectivas para el mantenimiento de la función cognitiva o la mejoría del deterioro cognitivo entre los pacientes con un diagnóstico previo de cáncer.
Evaluar los efectos cognitivos, los efectos no cognitivos, la duración y la seguridad de las intervenciones no farmacológicas entre los pacientes con cáncer dirigidas a mantener la función cognitiva o mejorar el deterioro cognitivo como resultado del cáncer o de la administración del tratamiento del cáncer sistémico (es decir quimioterapia o terapias hormonales en forma aislada o en combinación con otros tratamientos).
Se hicieron búsquedas en las bases de datos Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Centre Register of Controlled Trials) (CENTRAL), MEDLINE, Embase, PUBMED, Cumulative Index of Nursing and Allied Health Literature (CINAHL) y en PsycINFO. También se hicieron búsquedas en registros de ensayos en curso y literatura gris incluyendo tesis, disertaciones y actas de congresos. Se hicieron búsquedas de artículos publicados desde 1980 hasta el 29 de septiembre de 2015.
Reunieron los requisitos para la inclusión los ensayos controlados aleatorios (ECA) de las intervenciones no farmacológicas para mejorar el deterioro cognitivo o para mantener el funcionamiento cognitivo entre los supervivientes del cáncer de aparición en la adultez que han completado el tratamiento del cáncer sistémico (de forma aislada o en combinación con otros tratamientos). Se incluyeron estudios en pacientes que seguían recibiendo tratamiento hormonal. Se excluyeron las intervenciones dirigidas a los supervivientes del cáncer con tumores del sistema nervioso central (SNC) o metástasis, cáncer de la piel no melanoma o los que habían recibido radiación craneal o que provenían de hogares o residenciales. No se aplicaron restricciones de idioma.
Parejas de autores de la revisión, de forma independiente, analizaron, seleccionaron, extrajeron los datos y calificaron el riesgo de sesgo de los estudios. No fue posible realizar los metanálisis planificados debido a la heterogeneidad en el tipo de intervenciones y resultados, con la excepción de las intervenciones de entrenamiento en estrategias compensatorias para las cuales se agruparon los datos para los resultados del bienestar mental y físico. Se informó una síntesis narrativa de la efectividad de la intervención para otros resultados.
Cinco ECA que describen seis intervenciones (con un total de 235 participantes) cumplieron los criterios de elegibilidad para la revisión. Se identificaron dos ensayos de las intervenciones de entrenamiento cognitivo asistidas por computadora (n = 100), dos de las intervenciones de entrenamiento en estrategias compensatorias (n = 95), uno de la meditación (n = 47) y uno de una intervención de actividad física (n = 19). Cada estudio se centró en supervivientes del cáncer de mama. Los cinco estudios fueron clasificados como de alto riesgo de sesgo. No fue posible agrupar estadísticamente los datos para el resultado primario de interés, la función cognitiva. El entrenamiento cognitivo demostró efectos beneficiosos sobre la función cognitiva evaluada de forma objetiva (incluida la velocidad de procesamiento, las funciones ejecutivas, la flexibilidad cognitiva, el idioma, la memoria diferida e inmediata), la función cognitiva informada de forma subjetiva y el bienestar mental. El entrenamiento en estrategias compensatorias demostró mejorías en la memoria diferida, inmediata y verbal evaluadas de forma objetiva, la función cognitiva informada por el paciente y la calidad de vida (CdV) espiritual. Los metanálisis de dos ECA (95 participantes) no mostraron un efecto beneficioso del entrenamiento en estrategias compensatorias sobre el bienestar físico de forma inmediata (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,12; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,59 a 0,83; I2= 67%) o dos meses después de la intervención (DME -0,21; IC del 95%: -0,89 a 0,47; I2 = 63%) o en el bienestar mental dos meses después de la intervención (DME -0,38; IC del 95%: -1,10 a 0,34; I2 = 67%). Pareció observarse una reducción en el bienestar mental inmediatamente después de la intervención en los pacientes que recibieron entrenamiento en estrategias compensatorias en comparación con los controles en lista de espera (DME -0,57; IC del 95%: -0,98 a -0,16; I2 = 0%). Se evaluaron los estudios recopilados mediante GRADE para los resultados de salud física y mental y estas pruebas se calificaron como de baja calidad, por lo tanto, los resultados deben interpretarse con cuidado. Las pruebas sobre las intervenciones de actividad física y de meditación en cuanto a los resultados cognitivos están poco claras.
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