Antecedentes: A los recién nacidos prematuros o de bajo peso al nacer se les pueden administrar transfusiones de sangre por algunas razones. Por ejemplo, a veces son incapaces de formar bien su propia sangre; pueden necesitar varios análisis de sangre para monitorizar su condición; o pueden necesitar sangre extra si están en estado crítico.
Los estudios en los niños mayores y en adultos han encontrado que un proceso de "lavado" de los glóbulos antes de la transfusión mejora los resultados a corto y más largo plazo. El lavado de la sangre retira casi todas las proteínas del plasma y la mayoría de los leucocitos, lo que puede ayudar a reducir los efectos secundarios de una transfusión de sangre. Se deseaba saber si los recién nacidos prematuros podrían experimentar estos mismos efectos positivos.
Pregunta de la revisión: Se deseaba saber si el lavado de los glóbulos antes de la transfusión disminuye las probabilidades de enfermedades que tienden a ocurrir en los recién nacidos prematuros. Algunos de los resultados que se analizaron fueron las enfermedades que afectan los ojos (retinopatía del prematuro), los pulmones (enfermedad pulmonar crónica), el cerebro (hemorragias intraventriculares o quistes) y los problemas del desarrollo a largo plazo. También se deseaba analizar otros resultados como la duración de la estancia hospitalaria y las reacciones agudas a las transfusiones.
Resultados clave: Esta revisión encontró solamente un estudio que evaluó los efectos de lavar los glóbulos antes de la transfusión en los recién nacidos prematuros. Este estudio incluyó un bajo número de recién nacidos. Los resultados informados por el estudio que fueron relevantes para esta revisión fueron la mortalidad, la duración de la ventilación mecánica y la duración de la hospitalización inicial. Los hallazgos de todos estos resultados fueron muy inciertos. El lavado de los glóbulos podría ser útil o perjudicial, pero no fue posible determinarlo.
Calidad de la evidencia: A partir de las pruebas disponibles fue difícil establecer alguna conclusión acerca de si el lavado de la sangre sería útil o no para los recién nacidos prematuros. Hasta ahora no hay pruebas sólidas que muestren que el lavado de la sangre logra algún cambio en los resultados de los recién nacidos prematuros.
Se identificó un único estudio pequeño. Los resultados de este estudio muestran un nivel alto de incertidumbre, ya que los intervalos de confianza son consistentes con una mejoría grande y con un efecto perjudicial grave causado por la intervención. Por lo tanto, no hay pruebas suficientes para apoyar o refutar la administración de eritrocitos lavados para prevenir el desarrollo de morbilidades neonatales significativas o mortalidad. Se necesitan ensayos clínicos adicionales para evaluar los posibles efectos del lavado de los eritrocitos antes de la transfusión en los lactantes prematuros o de muy bajo peso al nacer, o ambos, sobre resultados a corto y a largo plazo.
Los lactantes nacidos muy prematuros a menudo reciben transfusiones múltiples de eritrocitos durante la hospitalización inicial. Sin embargo, hay un aumento en el conocimiento de los posibles efectos adversos de las transfusiones de eritrocitos en esta población vulnerable de pacientes. La modificación de los eritrocitos antes de la transfusión mediante el lavado con solución salina al 0,9% puede reducir estos efectos adversos y reducir la tasa de morbilidad significativa y mortalidad en los lactantes prematuros, así como mejorar los resultados en este grupo de alto riesgo.
Determinar si el lavado de los eritrocitos antes de la transfusión previene la morbilidad y la mortalidad en los lactantes prematuros.
Se utilizó la estrategia de búsqueda estándar del Grupo Cochrane de Neonatología (Cochrane Neonatal Review Group) para buscar en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL 2015, número 7), MEDLINE vía PubMed (31 julio 2015), EMBASE (31 julio 2015) y en CINAHL (31 julio 2015). También se buscaron ensayos controlados aleatorios y cuasialeatorios en las bases de datos de ensayos clínicos, actas de congresos y en las listas de referencias de los artículos recuperados.
Ensayos controlados aleatorios, aleatorio grupales y cuasialeatorios que incluyeron lactantes prematuros (menos de 32 semanas de gestación) o lactantes de muy bajo peso al nacer (menos de 1500 g), o ambos, que recibieron una o más transfusiones de concentrados de eritrocitos lavados.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente la elegibilidad de los estudios. Se identificaron cuatro estudios a partir de la búsqueda inicial. Después de la revisión adicional del texto completo de los estudios se encontró uno que cumplió los criterios de selección.
Para el análisis de esta revisión se incluyó un único estudio que reclutó 21 lactantes e informó sobre la mortalidad por todas las causas durante la estancia hospitalaria, la duración de la estancia inicial en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) (días) y la duración de la ventilación mecánica (días). No hubo diferencias significativas en la mortalidad entre los eritrocitos lavados versus los eritrocitos sin lavar en los grupos de transfusión (cociente de riesgos 1,63; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,28 a 9,36; diferencia de riesgos 0,10; IC del 95%: -0,26 a 0,45). No hubo diferencias significativas en la duración de la estancia inicial en la UCIN entre los eritrocitos lavados versus los eritrocitos sin lavar en los grupos de transfusión (diferencia de medias [DM] 25 días; IC del 95%: -21,15 a 71,15) o en la duración de la ventilación mecánica entre los eritrocitos lavados versus los eritrocitos sin lavar en los grupos de transfusión (DM 9,60 días; IC del 95%: -1,90 a 21,10).