Terapia cognitivo-conductual para pacientes con asma

Conclusión

La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede mejorar la calidad de vida y el control del asma de los adultos con asma, pero hay evidencia limitada para otros resultados importantes y la confianza en los resultados es muy baja. Ninguno de los estudios incluyó adolescentes con asma.

Pregunta de la revisión

Se deseaba examinar la evidencia del efecto de la TCC en comparación con la atención habitual (sin TCC) en un rango de resultados de salud en pacientes con asma que incluyeron la calidad de vida, la adherencia a la medicación y los niveles de ansiedad y depresión.

Antecedentes

Los pacientes con asma presentan más ansiedad y depresión que la población general. Estos problemas psicológicos están vinculados a presentar un asma peor, lo que incluye tener un control más deficiente de los síntomas y ser ingresado en el hospital con mayor frecuencia. La TCC es una terapia conversacional que tiene como objetivo ayudar a los pacientes a reconocer cómo su comportamiento afecta los pensamientos y los sentimientos, y puede ayudar a los pacientes con asma a lograr un mejor afrontamiento de su afección. Se deseaba conocer si el uso de la TCC fue mejor que no utilizar la TCC para mejorar las vidas de los pacientes con asma.

Características de los estudios

La evidencia examinada está actualizada hasta agosto de 2016. En la revisión se incluyeron nueve estudios con un total de 407 participantes. Todos los participantes tenían asma. En tres de los nueve estudios, los participantes también tenían un diagnóstico de ansiedad o depresión, o ambos. La TCC se proporcionó individualmente o en un grupo y varió de cuatro a 15 sesiones.

Resultados clave

Los participantes que recibieron TCC mejoraron las puntuaciones en el Asthma Quality of Life Questionnaire (AQLQ) y en las medidas de control del asma en comparación con los participantes que no recibieron TCC. En general, los estudios no informaron si la TCC redujo la probabilidad de que los pacientes necesitaran corticosteroides orales para una crisis asmática. El efecto beneficioso sobre la puntuación del AQLQ se mantuvo hasta un año después de recibir la TCC. Los participantes que recibieron TCC también tuvieron mejores puntuaciones de ansiedad en comparación con los que recibieron atención habitual. Los participantes que recibieron TCC no tuvieron claramente mejores puntuaciones en la escala de depresión o la adherencia a la medicación.

La calidad general de la evidencia presentada es baja debido al escaso número de estudios incluidos en la revisión, las diferencias en el diseño de los estudios y en cómo se realizó la TCC y porque los participantes supieron a qué grupo de tratamiento (TCC o ninguna TCC) se habían asignado.

Conclusiones de los autores: 

En los adultos con asma persistente, la TCC puede mejorar la calidad de vida, el control del asma y los niveles de ansiedad en comparación con la atención habitual. Los riesgos de sesgo, la imprecisión de los efectos y la inconsistencia entre los resultados redujeron la confianza en los resultados a baja y faltó evidencia con respecto al efecto de la TCC sobre las exacerbaciones del asma, los contactos no programados, la depresión y la adherencia a la medicación. Hubo mucha variación entre los estudios con respecto a la forma de proporcionar la TCC y lo que constituyó la atención habitual, lo que significa que el método más óptimo de proporcionar la TCC, el formato y la población destinataria requieren de estudios de investigación adicionales. Actualmente no hay evidencia del uso de la TCC en los adolescentes con asma.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

Los pacientes con asma tienen una prevalencia de ansiedad y depresión más alta que la población general. Lo anterior se asocia con un control del asma, adherencia a la medicación y resultados de salud más deficientes. La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser una manera de mejorar la calidad de vida de los pacientes con asma al abordar aspectos psicológicos asociados que pueden provocar un menor riesgo de exacerbaciones y un mejor control del asma.

Objetivos: 

Evaluar la eficacia de la TCC para el asma comparada con la atención habitual.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Vías Respiratorias (Cochrane Airways Group Specialised Register), ClinicalTrials.gov, y en la World Health Organization International Clinical Trials Registry Platform (WHO ICTRP). También se buscó en las listas de referencias de todos los estudios primarios y en los artículos de revisión, y se contactó con los autores de los datos no publicados. Las búsquedas más recientes se realizaron en agosto 2016.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) paralelos que compararon cualquier intervención cognitivo-conductual con atención habitual o ninguna intervención. Se incluyeron los estudios en adultos o adolescentes con asma, con o sin ansiedad o depresión concomitante. Se incluyeron los estudios informados como texto completo, los publicados como resumen solamente y los datos no publicados.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos o más autores de la revisión, de forma independiente, examinaron los resultados de la búsqueda, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo de los estudios incluidos. Los datos dicotómicos se analizaron como odds ratios (OR) y los datos continuos como diferencias de medias (DM) o diferencias de medias estandarizadas (DME) cuando las escalas variaron entre los estudios, todos mediante un modelo de efectos aleatorios. Los resultados primarios fueron calidad de vida relacionada con el asma y exacerbaciones que requerían al menos un ciclo de corticosteroides orales. Se calificaron todos los resultados usando GRADE y se presentó la confianza en los resultados en una tabla de "Resumen de los hallazgos".

Resultados principales: 

En esta revisión, se incluyeron nueve ECA que involucraban a 407 adultos con asma; ningún estudio incluyó a adolescentes menores de 18 años. El tamaño de los estudios varió de diez a 94 (mediana 40), y la media de la edad varió de 39 a 53. Las poblaciones de estudio en general presentaban asma persistente, pero la gravedad y las medidas de diagnóstico variaron. Tres estudios reclutaron a participantes con sintomatología psicológica, aunque con criterios diferentes. Las intervenciones variaron de cuatro a 15 sesiones y las mediciones primarias se tomaron a una media de tres meses (rango: 1,2 a 12 meses).

Los participantes a los que se les administró TCC tuvieron mejores puntuaciones en el Cuestionario de Calidad de Vida del Asma (CCdVA) (DM 0,55, intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,17 a 0,93; participantes = 214; estudios = 6; I2 = 53%) y en las medidas de control del asma (DME -0,98, IC del 95%: -1,76 a -0,20; participantes = 95; estudios = 3; I2 = 68%) en comparación con los pacientes que recibieron atención habitual. El efecto en el AQLQ pareció mantenerse hasta un año después del tratamiento, pero debido a la baja calidad esta evidencia, se deben interpretar con cuidado. Como las exacerbaciones del asma que requirieron al menos un ciclo de corticosteroides orales no se informaron de manera sistemática, no fue posible realizar un metanálisis.

Las puntuaciones de ansiedad fueron difíciles de agrupar pero mostraron un efecto beneficioso de la TCC en comparación con la atención habitual (DME -0,38; IC del 95%: -0,73 a -0,03), aunque dependió del análisis utilizado. Los intervalos de confianza del efecto sobre las escalas de depresión incluyeron ninguna diferencia entre la TCC y la atención habitual cuando se midieron como cambio a partir del valor inicial (DME -0,33; IC del 95%: -0,70 a 0,05) o puntuaciones de desenlaces (DME -0,41; IC del 95%: -0,87 a 0,05) y lo anterior también fue válido para la adherencia a la medicación (DM -1,40; IC del 95%: -2,94 a 0,14; participantes = 23; estudios = 1; I2 = 0%).

Los análisis de subgrupos realizados en el resultado AQLQ no indicaron una diferencia clara entre la TCC individual y grupal, el estado psicológico inicial, o el modelo de TCC. El escaso número de estudios y la variación entre los diseños, las poblaciones y otras características de la intervención limitaron las conclusiones que se podrían establecer acerca de estos factores posiblemente moderadores.

La imposibilidad de cegar a los participantes y a los investigadores a la asignación a los grupos introdujo una posibilidad significativa de sesgo y en general, hubo baja confianza en la evidencia.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

Tools
Information