¿Por qué es importante esta revisión?
Más de uno de cada diez niños y adolescentes presentan una enfermedad física crónica, como asma, diabetes y cáncer. Es más probable que estos pacientes presenten problemas psicológicos asociados, como ansiedad o depresión. El tratamiento precoz de estos trastornos puede prevenir dificultades en la vida familiar y la escuela, así como trastornos de salud mental. En la actualidad no está claro si las terapias psicológicas (terapias de conversación) dirigidas a niños y adolescentes sin problemas médicos son apropiadas para su uso en esta población.
¿A quién le interesará esta revisión?
Esta revisión será de interés para los profesionales de la salud mental y médicos, los pacientes y los mediadores de los servicios de salud.
¿Qué preguntas pretende contestar esta revisión?
En esta revisión, se intentó contestar las siguientes preguntas: 1) ¿Las terapias psicológicas son superiores a otras terapias para reducir los síntomas de ansiedad y depresión en niños y adolescentes con enfermedades físicas crónicas? y 2) ¿las terapias psicológicas son aceptables para esta población?
¿Qué estudios se incluyeron en la revisión?
Se efectuaron búsquedas en varias bases de datos de todos los ensayos de alta calidad sobre terapias psicológicas para la ansiedad o la depresión en niños y adolescentes de hasta 18 años de edad con enfermedades crónicas y síntomas de ansiedad o depresión, publicados desde 1970 hasta septiembre de 2018. En la revisión se incluyeron 29 estudios con un total de 1349 pacientes y la calidad general de los estudios se consideró "baja a moderada".
¿Qué dice la evidencia de la revisión?
Se ha investigado un grupo pequeño de terapias psicológicas en niños y adolescentes con enfermedades físicas crónicas. La mayoría se desarrolló para utilizarlas con niños y adolescentes sin enfermedades físicas crónicas. Algunas de estas terapias, sobre todo las basadas en los principios de la terapia cognitivo-conductual (TCC) y las terapias diseñadas específicamente para el tratamiento de la depresión o la ansiedad, son efectivas en la reducción de los síntomas leves de estas enfermedades a corto plazo. Hay evidencia limitada de que estas terapias son aceptables para los jóvenes y que pueden mejorar la calidad de vida y los síntomas de las enfermedades físicas crónicas. En la actualidad faltan terapias para la ansiedad relacionada con la salud en esta población.
¿Qué debería suceder a continuación?
Se deben realizar estudios de investigación adicionales para desarrollar terapias psicológicas más efectivas en el tratamiento de la ansiedad y la depresión en niños y adolescentes con enfermedades físicas crónicas.
Se ha realizado un número limitado de ensayos de calidad variable para evaluar si las terapias psicológicas son efectivas en el tratamiento de la ansiedad y la depresión en niños y adolescentes con enfermedades físicas crónicas. Según la evidencia disponible, es más probable que las terapias diseñadas específicamente para tratar la ansiedad o la depresión (sobre todo las basadas en los principios de la terapia cognitivo-conductual [TCC]) sean útiles en niños y adolescentes con síntomas leves a moderados de estos trastornos, al menos a corto plazo. Faltan terapias específicamente diseñadas para el tratamiento de la ansiedad relacionada con la salud en este grupo etario.
Las enfermedades físicas crónicas afectan del 10% al 12% de los niños y adolescentes de todo el mundo. Estos pacientes tienen un riesgo más alto de presentar trastornos psicológicos, en particular ansiedad y depresión, a veces relacionados directamente con la enfermedad o la atención médica (p.ej., ansiedad relacionada con la salud). Hay evidencia limitada con respecto a la efectividad de las terapias psicológicas para el tratamiento de la ansiedad y la depresión en esta población. Las terapias diseñadas para niños y adolescentes sin trastornos médicos pueden ser apropiadas o no para utilizarlas en los que presentan enfermedades físicas crónicas.
Esta revisión se realizó para evaluar la efectividad y la aceptabilidad de las terapias psicológicas en comparación con controles (tratamiento habitual, lista de espera, atención placebo, placebo psicológico o tratamiento no psicológico) para el tratamiento de la ansiedad y la depresión en niños y adolescentes con enfermedades físicas crónicas.
Se hicieron búsquedas en Ovid MEDLINE (1950- ), Embase (1974- ), PsycINFO (1967- ) y en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL) hasta el 27 de septiembre de 2018. Una búsqueda anterior en estas bases de datos se realizó a través del Registro de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane de Trastornos Mentales Comunes (Cochrane Common Mental Disorders Controlled Trial Register, CCMD-CTR) (todos los años hasta mayo de 2016). Además, se realizaron búsquedas en la Web of Science (Core Collection) (12 de octubre de 2018) y una búsqueda de las referencias citadas en los informes de todos los ensayos incluidos. Se realizaron búsquedas manuales en resúmenes de congresos relevantes, listas de referencias de artículos incluidos y literatura gris.
Se incluyeron loa ensayos controlados aleatorios (ECA), loa ensayos aleatorios grupales y los ensayos cruzados de terapias psicológicas para el tratamiento de la ansiedad o la depresión en niños con enfermedades físicas crónicas.
Los resúmenes y los artículos completos fueron revisados, de forma independiente, por dos autores de la revisión. Las discrepancias fueron tratadas por un tercer autor de la revisión. Se utilizó el odds ratio (OR) para comparar los datos dicotómicos y las diferencias de medias estandarizadas (DME) para comparar los datos continuos. Cuando los tratamientos, los participantes y la pregunta clínica subyacente fueron similares se realizó un metanálisis. En otros casos, se realizó el análisis narrativo de los datos.
En la revisión se incluyeron 28 ECA y un ensayo cruzado con 1349 participantes. La mayoría de los participantes se seleccionaron de ámbitos comunitarios y consultorios hospitalarios de países de ingresos altos. Para el resultado primario de eficacia del tratamiento, la depresión a corto plazo (versus cualquier control), hubo evidencia de calidad baja de 16 ensayos con 1121 participantes que indica que las terapias psicológicas pueden ser más efectivas que las terapias control (DME -0,31; IC del 95%: -0,59 a -0,03; I2 = 79%). Para el resultado primario de eficacia del tratamiento, la ansiedad a corto plazo (versus cualquier control), no hubo evidencia suficiente de calidad moderada a partir de 13 estudios con 578 participantes para determinar si las terapias psicológicas fueron más efectivas que las condiciones control (DME -0,26; IC: -0,59 a 0,07; I2 = 72%). No fue posible realizar los análisis de sensibilidad programados para el riesgo de sesgo debido al reducido número de ensayos con calificación alta en cada dominio. El análisis de sensibilidad adicional demostró que las intervenciones psicológicas diseñadas específicamente para reducir la ansiedad o la depresión fueron más efectivas que las terapias psicológicas diseñadas para mejorar otros síntomas o el afrontamiento general. A partir del análisis de subgrupos, hubo indicios de que el tipo de intervención (ji² = 14,75; gl = 5 [p = 0,01], I² = 66,1%), la gravedad de la depresión (ji² = 23,29; gl = 4 [p = 0,0001], I² = 82,8%) y el tipo de enfermedad física crónica (ji² = 10,55; gl = 4 [p = 0,03], I² = 62,1%) pueden tener una repercusión sobre el efecto del tratamiento general. Hubo evidencia cualitativa (informada), pero no cuantitativa, que confirma la aceptabilidad de las terapias psicológicas seleccionadas para la ansiedad y la depresión. Hubo evidencia de calidad baja de que las terapias psicológicas fueron más efectivas que las condiciones control en la mejoría de la calidad de vida (DME 1,13; IC: 0,44 a 1,82; I2 = 89%) y los síntomas de las enfermedades físicas crónicas (DME -0,34; IC: -0,6 a -0,06; I2 = 70%), pero sólo a corto plazo. Hubo evidencia inadecuada de calidad baja para determinar si las terapias psicológicas fueron más efectivas que las condiciones control en la mejoría de la funcionalidad a corto o largo plazo. No se identificaron ensayos de terapias que trataran la ansiedad relacionada con la salud y sólo dos ensayos informaron sobre los efectos adversos; éstos no estuvieron relacionados con las terapias psicológicas. En términos generales, la evidencia fue de calidad baja a moderada, los resultados fueron heterogéneos y sólo un ensayo tenía un protocolo disponible.
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