Macrólidos para el tratamiento de la infección por Haemophilus ducreyi en adultos sexualmente activos

Pregunta de la revisión
En esta Revisión Cochrane, se evaluó la efectividad y la seguridad de los macrólidos en diferentes regímenes o con otros tratamientos para la infección por H ducreyi en adultos.

Antecedentes

El chancro blando es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la infección con una bacteria llamada Haemophilus ducreyi. Causa úlceras en el área genital y es endémico en algunos países de bajos ingresos. El control y la erradicación del chancro blando podrían reducir la transmisión de la ITS de un compañero sexual a otro. Los macrólidos son antibióticos que podrían ser efectivos y seguros para tratar la infección por H ducreyi.

Características de los ensayos

Se realizaron búsquedas en la literatura disponible hasta el 30 de octubre de 2017 y se incluyeron siete ensayos con 875 participantes. Los ensayos incluyeron a hombres y a mujeres no embarazadas mayores de 16 años de edad que se presentaron a la consulta con úlceras genitales compatibles con el chancro blando. Tres estudios incluyeron a personas con un comportamiento sexual de alto riesgo como trabajadores migrantes de las minas, profesionales del sexo y hombres en contacto con prostitutas. Todos los ensayos realizaron estudios para otras ITS, y descartaron a los pacientes que también presentaban infección por sífilis y virus del herpes simple. Un estudio incluyó a pacientes con VIH. El tratamiento con antibióticos más frecuente fue la eritromicina con azitromicina como alternativa. Se compararon con ceftriaxona, ciprofloxacino, espectinomicina o tianfenicol. Cinco estudios compararon dos tipos de antibióticos y dos estudios compararon diferentes formas de tratamiento con macrólidos. Cuatro ensayos fueron financiados por compañías farmacéuticas.

Resultados clave

No hubo diferencias entre los tipos de antibióticos en adultos sexualmente activos con úlceras genitales compatibles con el chancro blando. La eritromicina por lo general es la primera elección para el tratamiento aunque la evidencia de baja calidad sugiere que la azitromicina (como una dosis única, administración oral [por boca]) tuvo una seguridad y una efectividad similares.

Debido a la evidencia escasa acerca de la seguridad y la efectividad de los macrólidos para tratar la infección por Haemophilus ducreyi en los pacientes con VIH, estos resultados deben interpretarse con cuidado.

Calidad de la evidencia

La calidad de la evidencia fue baja debido a que hubo riesgo de sesgo causado por los métodos deficientes, los abandonos del estudio por parte de los pacientes y el patrocinio de cuatro estudios por parte de compañías farmacéuticas.

Conclusiones de los autores: 

Actualmente, la calidad de la evidencia sobre la efectividad y la seguridad de los macrólidos para el tratamiento de la infección por H ducreyi en adultos sexualmente activos es baja, lo cual implica que no existe seguridad acerca del efecto calculado del tratamiento. No hay diferencias estadísticamente significativas entre las opciones terapéuticas disponibles para el tratamiento de los adultos sexualmente activos con úlceras genitales compatibles con el chancro blando. La evidencia de baja calidad sugiere que la azitromicina podría considerarse como la primera opción terapéutica, basado en su administración oral de dosis única, con una seguridad y un perfil de efectividad similares, cuando se compara con el uso de eritromicina a largo plazo.

Debido a la evidencia escasa disponible acerca de la seguridad y la efectividad de los macrólidos para el tratamiento de la infección por H ducreyi en los pacientes con VIH, estos resultados deben interpretarse con cuidado.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

El chancro blando es una enfermedad ulcerosa genital causada por el Haemophilus ducreyi. Este microorganismo es endémico en África, donde puede causar hasta un 10% de las úlceras genitales. Los macrólidos pueden ser una alternativa efectiva para tratar el chancro blando y, en función en la administración oral y la duración del tratamiento, podría considerarse como tratamiento de primera línea.

Objetivos: 

Evaluar la efectividad y la seguridad de los macrólidos para el tratamiento de la infección por H ducreyi en adultos sexualmente activos.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el registro especializado del Grupo Cochrane de Enfermedades de Transmisión Sexual (Cochrane STI Group Specialized Register), CENTRAL, MEDLINE, Embase, LILACS, WHO ICTRP, ClinicalTrials.gov y en la Web of Science hasta el 30 octubre 2017. También se buscó manualmente en las actas de congresos y en las listas de referencias de los estudios recuperados.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorios (ECA) que compararan los macrólidos en diferentes regímenes o con otras opciones terapéuticas para el chancro blando.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron los ensayos para inclusión, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo. Los desacuerdos se resolvieron mediante consenso. Se utilizó el enfoque GRADE para evaluar la calidad de la evidencia.

Resultados principales: 

Siete ECA (875 participantes) cumplieron con los criterios de inclusión de los cuales cuatro fueron financiados por la industria. Cinco estudios (664 participantes) compararon macrólidos con ceftriaxona, ciprofloxacino, espectinomicina o tianfenicol. La evidencia de muy baja calidad sugirió que no hubo diferencias entre los grupos después del tratamiento en cuanto a la curación clínica (cociente de riesgos [CR] 1,09; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,97 a 1,21; 2 estudios, 340 participantes con enfoque sindrómico y CR 1,06; IC del 95%: 0,98 a 1,15; 5 estudios, 348 participantes con diagnóstico etiológico) o la mejoría (CR 0,89; IC del 95%: 0,52 a 1,52; 2 estudios, 340 participantes con enfoque sindrómico y CR 0,80; IC del 95%: 0,42 a 1,51; 3 estudios, 187 participantes con diagnóstico etiológico). Basado en evidencia de calidad baja y muy baja, no hubo diferencias entre los macrólidos y cualquier otro tratamiento con antibióticos para la curación microbiológica (CR 0,93; IC del 95%: 0,74 a 1,16; 1 estudio, 45 participantes) y los efectos adversos menores (CR 1,34; IC del 95%: 0,24 a 7,51; tres estudios, 412 participantes).

Dos ensayos (269 participantes) compararon eritromicina con cualquier otro tipo de macrólido. La evidencia de muy baja calidad indicó que, en comparación con azitromicina o rosaramicina, los ciclos largos de eritromicina no aumentaron la curación clínica (CR 1,00; IC del 95%: 0,91 a 1,10; 2 estudios, 269 participantes con enfoque sindrómico y CR 1,04; IC del 95%: 0,93 a 1,16; 2 estudios, 211 participantes con diagnóstico etiológico), con una frecuencia similar de efectos adversos menores entre los grupos (CR 1,14; IC del 95%: 0,63 a 2,06; un ensayo, 101 participantes). Para esta comparación, el análisis de subgrupos no encontró ninguna diferencia entre los participantes con pruebas positivas para el VIH (CR 1,02; IC del 95%: 0,73 a 1,43; 1 estudio, 38 participantes) y los participantes con pruebas negativas para el VIH (CR 1,04; IC del 95%: 0,94 a 1,14; un estudio, 89 participantes). La calidad de la evidencia se disminuyó a baja, debido a la imprecisión, algunas limitaciones en cuanto al riesgo de sesgo y la heterogeneidad.

Ninguno de los ensayos informó los eventos adversos graves, el costo-eficacia ni la satisfacción del participante.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

Tools
Information