Conclusión
No hay seguridad acerca de si los antidepresivos brindan alivio del dolor para el dolor crónico no relacionado con el cáncer en niños y adolescentes. No hay evidencia para sugerir que un tipo de antidepresivo es más efectivo que otro.
Antecedentes
Los niños pueden presentar dolor crónico o recurrente relacionado con trastornos genéticos, daño nervioso, dolor muscular u óseo, dolor abdominal u otras razones desconocidas. El dolor crónico se define como el dolor que dura tres meses o más y se acompaña frecuentemente de cambios en la funcionalidad y el estilo de vida, así como por signos y síntomas de depresión y ansiedad.
Los antidepresivos se han usado para el alivio y tratamiento del dolor desde los años setenta, y los médicos los consideran de utilidad para síntomas como dolor abdominal, articular, muscular, menstrual y nervioso. Los ejemplos de antidepresivos usados para tratar el dolor neuropático incluyen amitriptilina, milnaciprán y citalopram.
Características de los estudios
En septiembre de 2016 se buscaron ensayos clínicos en que se usaran antidepresivos para tratar el dolor abdominal, articular, muscular, menstrual o nervioso crónico. Se encontraron cuatro ensayos con un total de 272 participantes (seis a 18 años de edad) que presentaban dolor nervioso, inflamación dolorosa general, dolor abdominal o síndrome de colon irritable, de más de tres meses de evolución.
Resultados clave
Ningún estudio informó el alivio del dolor del 30% o mayor ni del 50% o mayor. Los efectos secundarios fueron poco comunes, y sólo hubo reacciones leves como náuseas, mareos, somnolencia, cansancio y molestias abdominales (cuatro debido a amitriptilina, cinco debido a citalopram, uno debido a gabapentina y uno debido a placebo). Estos 11 participantes se retiraron del estudio debido a estos efectos secundarios leves. No hubo efectos secundarios graves.
Calidad de la evidencia
Se calificó la calidad de la evidencia de los estudios mediante el uso de cuatro niveles: muy baja, baja, moderada o alta. La evidencia de muy baja calidad significa que es muy baja la certeza en cuanto a los resultados. La evidencia de alta calidad significa que existe mucha seguridad en cuanto a los resultados.
La evidencia disponible en esta revisión fue de calidad muy baja por la falta de datos y el pequeño tamaño de los estudios.
Sólo se identificó un escaso número de estudios con un reducido número de participantes y no hubo datos suficientes para el análisis.
Como no fue posible realizar un metanálisis, no se pudieron realizar comentarios acerca de la eficacia o los efectos perjudiciales del uso de antidepresivos para el tratamiento del dolor crónico no relacionado con el cáncer en niños y adolescentes. De manera similar, no pudieron efectuarse observaciones sobre los resultados secundarios restantes: Impresión global de cambio del cuidador; necesidad de analgesia de rescate; duración y calidad del sueño; aceptabilidad del tratamiento; funcionamiento físico y calidad de vida de vida.
A partir de ensayos controlados aleatorizados en adultos, se sabe que algunos antidepresivos como la amitriptilina pueden proporcionar cierto alivio del dolor en algunas afecciones de dolor crónico no relacionadas con el cáncer.
El dolor es una característica común en la niñez y la adolescencia en todo el mundo, y para muchos jóvenes, dicho dolor es crónico. En las guías de la Organización Mundial de la Salud sobre los tratamientos farmacológicos del dolor persistente en niños se reconoce que el dolor en este grupo etario es un problema de gran interés y significación para la salud pública en la mayoría de los países del mundo. Anteriormente, el dolor se desestimaba en la mayoría de los casos y con frecuencia no se trataba, los criterios sobre el dolor en niños han cambiado con el transcurso del tiempo y en la actualidad su alivio se considera importante.
Se diseñó una serie de siete revisiones sobre dolor crónico no relacionado con el cáncer y dolor por cáncer (en que se estudiaron antidepresivos, antiepilépticos, antiinflamatorios no esteroideos, opiáceos y paracetamol) para examinar la evidencia sobre el dolor en niños mediante el uso de intervenciones farmacológicas.
Como se trata de la principal causa de morbilidad en el mundo actual, las enfermedades crónicas (y el dolor asociado) es un problema de salud significativo. El dolor crónico (definido como el dolor que dura tres meses o más) puede presentarse en la población pediátrica en diversas clasificaciones fisiopatológicas (nociceptivo, neuropático o idiopático), en relación con enfermedades genéticas, dolor por daño nervioso, dolor musculoesquelético crónico, dolor abdominal crónico y otras causas desconocidas.
Los antidepresivos se han usado en adultos para el alivio y tratamiento del dolor desde los años setenta. La impresión clínica del uso prolongado durante años es que los antidepresivos son útiles para algunos síntomas de dolor neuropático y que los efectos sobre el alivio del dolor son diferentes de los efectos sobre la depresión; por ejemplo, los efectos de los antidepresivos tricíclicos sobre el dolor pueden presentarse en dosis diferentes, y con frecuencia menores, de las que se usan para la depresión. La amitriptilina es uno de los fármacos de uso más común para el tratamiento del dolor neuropático en el Reino Unido.
Evaluar la eficacia analgésica y los eventos adversos de los antidepresivos usados para tratar el dolor no relacionado con el cáncer en niños y adolescentes, desde el nacimiento hasta los 17 años de edad, en cualquier ámbito.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL) vía Cochrane Register of Studies Online, MEDLINE vía Ovid y Embase vía Ovid desde su inicio hasta el 6 de septiembre de 2016. También se realizaron búsquedas en las listas de referencias de estudios y revisiones recuperados, y se realizaron búsquedas en registros de ensayos clínicos en línea.
Ensayos controlados aleatorizados, con o sin cegamiento, de tratamiento, en cualquier dosis y por cualquier vía de administración, del dolor crónico no relacionado con el cáncer en niños y adolescentes, que comparasen un antidepresivo con placebo o un comparador activo.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron la elegibilidad de los estudios. Se programó usar datos dicotómicos para calcular el cociente de riesgos y el número necesario a tratar para un evento adicional, con el uso de métodos estándar. La evidencia se evaluó mediante GRADE y se crearon tres tablas de "Resumen de los hallazgos".
Se incluyeron cuatro estudios con un total de 272 participantes (6 a 18 años de edad) que presentaban dolor neuropático crónico, síndrome de dolor regional complejo tipo 1, síndrome de colon irritable, dolor abdominal funcional o dispepsia funcional. Todos los estudios fueron pequeños. Un estudio investigó amitriptilina versus gabapentina (34 participantes); dos investigaron amitriptilina versus placebo (123 participantes); y uno, citalopram versus placebo (115 participantes). Debido a la falta de datos disponibles, no se pudo completar ningún análisis cuantitativo.
Hubo variación en el riesgo de sesgo de los cuatro estudios incluidos por las siguientes razones: problemas con la asignación al azar y la ocultación de la asignación (riesgo bajo a incierto), cegamiento de los participantes, personal y evaluadores de resultados (riesgo bajo a incierto), informe de resultados (riesgo bajo a cierto) y tamaño de las poblaciones de estudio (alto riesgo). Se consideró bajo el riesgo de sesgo en los dominios restantes, deserción y otras posibles fuentes de sesgo.
Resultados primarios
Ningún estudio informó sobre los resultados primarios de esta revisión alivio del dolor informado por el paciente del 30% o mayor ni del 50% o mayor, ni la Patient Global Impression of Change.
Resultados secundarios
Todos los estudios midieron los eventos adversos y muy pocos los informaron (11 de 272 participantes). Todos los eventos adversos, excepto uno, se registraron en los grupos de tratamiento activo (amitriptilina, citalopram y gabapentina). Los eventos adversos en todos los estudios, en los grupos de tratamiento activo y comparadores, se consideraron una reacción leve, como náuseas, mareos, somnolencia, cansancio y malestar abdominal (evidencia de muy baja calidad).
También hubo pocos retiros debidos a los eventos adversos, nuevamente todos menos uno de los grupos de tratamiento activo (evidencia de muy baja calidad).
En ninguno de los estudios se informaron eventos adversos graves (evidencia de calidad-muy baja).
Hubo pocos datos, o ninguno, para los otros resultados secundarios.
Calidad de la evidencia
La calidad de la evidencia se disminuyó en tres niveles a muy baja debido a la escasa cantidad de datos y a que el número de eventos fue demasiado pequeño para que fuera significativo.
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