Pregunta de la revisión
¿Se logra una diferencia mediante la participación de los padres u otros cuidadores adultos en las intervenciones para animar a los niños a comer más sano o a ser físicamente más activos?
Antecedentes
La dieta y los comportamientos de actividad física son factores determinantes de la salud significativos. Los padres y otros cuidadores adultos desempeñan un papel esencial en la formación de los hábitos de salud de los niños al controlar la disponibilidad y el acceso a alimentos saludables y a oportunidades de estar activos, al apoyar, alentar y servir de ejemplo para comportamientos saludables; y al adoptar estilos y prácticas de alimentación de apoyo. Por estas razones, a menudo se argumenta que la participación de los padres y cuidadores en las intervenciones alimentarias y de actividad física de los niños es importante; sin embargo, no está claro si esta participación brinda beneficios reales.
Objetivos
Se evaluaron los efectos de la participación de los padres u otros cuidadores adultos en las intervenciones de alimentación saludable y actividad física de los niños, en comparación con los efectos de las mismas intervenciones para niños sin un componente de padres o cuidadores. Hubo un interés particular en la comprensión de los efectos sobre la ingesta alimentaria y los niveles de actividad física de los niños y los efectos adversos de las intervenciones.
Características de los estudios
Se encontraron 23 estudios, publicados entre 1982 y 2019, que implementaron intervenciones alimentarias, intervenciones de actividad física o intervenciones combinadas de dieta y actividad física con niños o adolescentes, y que evaluaron los efectos del agregado de un componente de intervención con padres u otros cuidadores adultos. Se examinaron cerca de 12 192 niños de 2 a 18 años de edad. Más de la mitad de los estudios se realizaron en América del Norte y todos, excepto dos, se llevaron a cabo en países de ingresos altos. La mayoría de los estudios se realizaron en escuelas e incluyeron el agregado de clases de alimentación saludable o de educación física, o ambas, a veces en conjunto con otros cambios en el ambiente escolar. La amplitud de la información proporcionada sobre el contenido de la intervención varió entre los estudios. Las técnicas de intervención usadas más comúnmente fueron las dirigidas a mejorar el conocimiento de los participantes, tales como la instrucción acerca de cómo realizar un comportamiento (p.ej. baile, clases de cocina). Cerca de tres cuartos de los estudios informaron sobre la fuente de financiamiento; ningún estudio informó del financiamiento de la industria.
Resultados clave
Los hallazgos de esta revisión indican que el agregado de un componente de padres o cuidadores a las intervenciones de cambio de comportamiento alimentario o a las intervenciones de actividad física puede lograr poca o ninguna diferencia en la ingesta alimentaria o los niveles de actividad física de los niños. Para las intervenciones que se dirigen tanto a la dieta como a los comportamientos de actividad física, el hecho de involucrar a un padre o a un cuidador probablemente reduce de modo leve la ingesta de bebidas endulzadas con azúcar de los niños al final de la intervención. No se sabe si alguno de estos tipos de intervenciones produce efectos adversos debido a que estos datos no están disponibles.
Calidad de la evidencia
En general, la evidencia de los estudios es de calidad baja o muy baja, lo que significa que no hay certeza sobre los resultados de los estudios.
Actualidad de la evidencia
La evidencia está actualizada hasta enero de 2019.
La evidencia actual no es suficiente para apoyar la inclusión de la participación de los cuidadores en las intervenciones para mejorar la ingesta alimentaria o el comportamiento de actividad física de los niños, o ambos. Para la mayoría de los resultados, la calidad de la evidencia se ve afectada de forma negativa por el número pequeño de estudios con datos disponibles, los tamaños de la muestra efectivos limitados, el riesgo de sesgo y la imprecisión. Para establecer el valor de la participación de los cuidadores, se necesitan estudios adicionales que midan los resultados de importancia clínica con el uso de medidas válidas y fiables, un diseño y un poder estadístico adecuados y según las guías de informe establecidas, así como evidencia de cómo dichas intervenciones podrían contribuir a la equidad sanitaria.
La dieta deficiente y la actividad física insuficiente son factores de riesgo principales de enfermedades no transmisibles. El desarrollo de una dieta saludable y de comportamientos de actividad física a una edad temprana es importante, debido a que estos comportamientos se mantienen entre la infancia y la edad adulta. Los padres y otros cuidadores adultos tienen una influencia importante en los comportamientos de salud de los niños, aunque se desconoce si su participación en las intervenciones de nutrición y actividad física de los niños contribuye a la efectividad de la intervención.
• Evaluar los efectos de la participación de los cuidadores en las intervenciones para mejorar la ingesta alimentaria y los comportamientos de actividad física de los niños, incluidas las destinadas a prevenir el sobrepeso y la obesidad
• Describir el contenido de la intervención y las técnicas de cambio de comportamiento empleadas, a partir de una taxonomía de técnicas de cambio de comportamiento desarrollada y propuesta por Abraham, Michie y colegas (Abraham 2008; Michie 2011; Michie 2013; Michie 2015)
• Identificar el contenido y las técnicas relacionadas con los resultados informados cuando dicha información se presentó en los estudios incluidos
En enero 2019 se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, en otras 11 bases de datos y en tres registros de ensayos. También se realizaron búsquedas en las listas de referencias de los informes y las revisiones sistemáticas pertinentes.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados que evaluaran los efectos de las intervenciones para mejorar la ingesta alimentaria o el comportamiento de actividad física de los niños, o ambos, con niños de dos a 18 años de edad como participantes activos y al menos un componente que incluyera a los cuidadores versus las mismas intervenciones pero sin el componente o componentes de los cuidadores. Se excluyeron las intervenciones destinadas al tratamiento de afecciones preexistentes o dirigidas a niños que las presentaran, así como las unidades de cuidadores-niños que residen en orfanatos y albergues escolares.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar descritos por Cochrane.
Se incluyeron 23 ensayos con aproximadamente 12 192 niños en los brazos de intervención elegibles. Con la excepción de dos estudios, todos se realizaron en países de ingresos altos, y más de la mitad se realizaron en América del Norte. La mayoría de los estudios se realizaron en escuelas e incluyeron el agregado de clases de alimentación saludable o de educación física, o ambas, a veces en conjunto con otros cambios en el ambiente escolar. Las estrategias de intervención específicas utilizadas no siempre se informaron de manera completa. Sin embargo, sobre la base en los informes disponibles, las técnicas de cambio de comportamiento usadas más comúnmente en el brazo de niños solamente fueron «formación de conocimiento», «comparación de comportamientos», «información y monitorización» y «repetición y sustitución». En el brazo de niño + cuidador, las estrategias utilizadas más comúnmente incluyeron técnicas adicionales de «formación de conocimiento» o de «información y monitorización», así como «apoyo social» y «consecuencias naturales».
Se consideró que todos los ensayos presentaban un riesgo de sesgo alto para al menos un factor de diseño. Siete ensayos no aportaron datos a los análisis. La calidad del informe del contenido de la intervención varió entre los estudios, y el metanálisis se vio limitado. Se utilizaron instrumentos validados y no validados para medir los resultados de interés. Los resultados medidos e informados difirieron entre los estudios, y 16 estudios aportaron datos a los metanálisis. Cerca de tres cuartos de los estudios informaron sobre las fuentes de financiamiento; ningún estudio informó sobre el financiamiento de la industria. Se evaluó la calidad de la evidencia como baja o muy baja.
Intervenciones para el cambio de comportamiento dietético con un componente de cuidador versus intervenciones sin un componente de cuidador
Siete estudios compararon intervenciones de cambio de comportamiento alimentario con y sin un componente de cuidador. Al final de la intervención, no se detectó una diferencia entre los brazos de la intervención en el porcentaje de la ingesta energética total de los niños a partir de las grasas saturadas (diferencia de medias [DM] -0,42%; intervalo de confianza [IC] del 95%: -1,25 a 0,41; 1 estudio; n = 207; evidencia de calidad baja) o a partir de la ingesta de sodio (DM -0,12 g/d, IC del 95%: -0,36 a 0,12; 1 estudio; n = 207; evidencia de calidad baja). Ningún ensayo en esta comparación informó de datos sobre la ingesta combinada de frutas y verduras, la ingesta de bebidas endulzadas con azúcar (BEA) o los niveles de actividad física de los niños, ni sobre los efectos adversos de las intervenciones.
Intervenciones de actividad física con un componente de cuidador versus intervenciones sin un componente de cuidador
Seis estudios compararon las intervenciones de actividad física con y sin un componente de cuidador. Al final de la intervención, no se detectó una diferencia entre los brazos de la intervención en la actividad física total de los niños (DM 0,20 min/h, IC del 95%: -1,19 a 1,59; 1 estudio, n = 54; evidencia de calidad baja) o en la actividad física moderada a vigorosa (AFMV) (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,04; IC del 95%: -0,41 a 0,49; 2 estudios, n = 80; evidencia de calidad moderada). Ningún ensayo en esta comparación presentó datos sobre el porcentaje de la ingesta energética total de los niños a partir de las grasas saturadas, la ingesta de sodio, la ingesta de frutas y verduras o la ingesta de BEA, ni sobre los efectos adversos de las intervenciones.
Intervenciones alimentarias y de actividad física combinadas con un componente de cuidador versus intervenciones sin un componente de cuidador
Diez estudios compararon intervenciones alimentarias y de actividad física con y sin un componente de cuidador. Al final de la intervención, se detectó una repercusión positiva pequeña del componente del cuidador sobre la ingesta de BEA de los niños (DME -0,28; IC del 95%: -0,44 a -0,12; 3 estudios; n = 651; evidencia de calidad moderada). No se detectó una diferencia entre los brazos de intervención en el porcentaje de la ingesta energética total de los niños proveniente de las grasas saturadas (DM 0,06%; IC del 95%: -0,67 a 0,80; 2 estudios; n = 216; evidencia de calidad muy baja), la ingesta de sodio (DM 35,94 mg/día; IC del 95%: -322,60 a 394,47; 2 estudios; n = 315; evidencia de calidad muy baja), la ingesta de frutas y verduras (DM 0,38 porciones/d, IC del 95%: -0,51 a 1,27; 1 estudio, n = 134; evidencia de calidad muy baja), la actividad física total (DM 1,81 min/d, IC del 95%: -15,18 a 18,80; 2 estudios, n = 573; evidencia de calidad baja), o la AFMV (DM -0,05 min/d, IC del 95%: -18,57 a 18,47; 1 estudio, n = 622; evidencia de calidad muy baja). Un ensayo indicó que los participantes del estudio no informaron de eventos adversos pero no aportó datos.
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