Pregunta de la revisión
Determinar la eficacia de la limpieza del meconio de la tráquea al nacer mediante la introducción de un tubo en la tráquea (intubación) y la succión en los recién nacidos con líquido amniótico teñido de meconio y deprimidos (identificados por no respirar o estar flácidos o con baja frecuencia cardíaca) al nacer.
Antecedentes
El meconio es una sustancia verde y espesa parecida al alquitrán, que recubre los intestinos del feto durante el embarazo. El meconio contiene diversas enzimas intestinales y sustancias (sangre, células de la piel, etc.) ingeridas por el feto. El meconio se suele expulsar por primera vez en el transcurso de las 24 horas después del nacimiento. Sin embargo, en determinadas circunstancias, cuando el suministro de sangre u oxígeno al feto está comprometido o el embarazo se prolonga más allá del período normal de 40 semanas, se podría producir la expulsión de meconio antes del nacimiento. Una vez expulsado, el meconio podría ser respirado (aspirado) desde el líquido amniótico hacia las vías respiratorias, ya sea antes del nacimiento o con las primeras respiraciones después del mismo. Esto puede provocar la obstrucción de las vías respiratorias y la inflamación del tejido pulmonar por las toxinas (neumonía química). Entre el 10% y el 25% de los nacimientos se complican por la expulsión de meconio antes del nacimiento y, de ellos, entre el 5% y el 12% de los recién nacidos desarrollan el síndrome de aspiración de meconio (SAM). El SAM se puede presentar con distintos grados de gravedad, desde un malestar leve hasta una insuficiencia respiratoria potencialmente mortal. Una forma de prevenir el SAM es identificar a los recién nacidos que están deprimidos al nacer y eliminar el meconio de las vías respiratorias antes de que el recién nacido respire por primera vez. En este proceso, se introduce un tubo endotraqueal en la parte superior de la tráquea y se extrae mientras se succiona la tráquea. Sin embargo, es posible que esto no evite el SAM si el recién nacido ya ha aspirado meconio antes de nacer. Además, la mayoría de los recién nacidos candidatos a esta intervención necesitan una reanimación rápida, y la realización de la aspiración traqueal tiene la posibilidad de causar daños al retrasar el inicio de la respiración artificial.
Características de los estudios
Se incluyeron cuatro estudios (581 recién nacidos) realizados en hospitales de la India. Tres ensayos incluyeron recién nacidos de un embarazo a término y más allá, mientras que uno incluyó recién nacidos con 34 semanas de embarazo o más. Los cuatro estudios identificaron a los recién nacidos elegibles por la presencia de al menos uno de los siguientes factores al nacer: ausencia de respiración o llanto, tono muscular deficiente y frecuencia cardíaca inferior a 100 latidos por minuto. La intervención consistió en la aspiración traqueal en el momento del nacimiento con la intención de limpiar la tráquea de meconio antes de que se iniciaran los esfuerzos respiratorios regulares. Los recién nacidos del grupo control recibieron reanimación al nacer, sin que se hicieran esfuerzos por limpiar la tráquea de meconio.
La búsqueda se ha actualizado hasta el 25 de noviembre de 2020.
Resultados clave
No está claro el efecto de la aspiración traqueal sobre la reducción del riesgo de SAM. Por cada 1000 recién nacidos en los que se realiza la aspiración traqueal, se podría observar SAM entre 70 menos a 80 más recién nacidos. Del mismo modo, no está claro el efecto de la aspiración traqueal sobre el riesgo de muerte antes del alta hospitalaria (22 menos a 92 más por 1000 recién nacidos). Tampoco está claro el efecto de la aspiración traqueal sobre los riesgos de otros desenlaces como la necesidad de medidas de reanimación avanzadas, la encefalopatía (daño o enfermedad cerebral) debido a la asfixia (una falta de oxígeno que provoca la pérdida de conciencia y, a menudo, la muerte), la necesidad o la duración de la ventilación mecánica, la necesidad de asistencia respiratoria no invasiva (una mascarilla), la duración de la oxigenoterapia y la duración de la hospitalización. Estas y otras complicaciones del SAM no fueron diferentes con o sin aspiración traqueal.
Certeza de la evidencia
En los cuatro estudios incluidos en esta revisión la evidencia fue de certeza muy baja . En primer lugar, en la mayoría de los estudios el personal sanitario que proporcionó la atención clínica o decidió la presencia de los desenlaces conocía la asignación de los recién nacidos al grupo de estudio, lo que aumenta el riesgo de sesgo. En segundo lugar, debido al pequeño tamaño de los estudios y a la baja incidencia de los desenlaces se tuvo poca confianza para descartar los efectos beneficiosos o perjudiciales clínicamente importantes cuando se realizó la aspiración traqueal. Un estudio está pendiente de clasificación y no fue posible incluirlo en la revisión. Se necesitan más investigaciones con ensayos grandes bien realizados para responder de forma concluyente a la pregunta de investigación.
No se sabe con certeza el efecto de la aspiración traqueal sobre la incidencia del SAM ni sus complicaciones entre los neonatos no vigorosos nacidos con LAM. Un estudio está pendiente de clasificación y no fue posible incluirlo en la revisión. Se necesita más investigación con ensayos grandes bien realizados para responder de forma concluyente a la pregunta de la revisión.
Los neonatos nacidos con líquido amniótico teñido de meconio (LAM) tienen riesgo de desarrollar el síndrome de aspiración de meconio (SAM). Los neonatos que no son vigorosos debido a la asfixia intraparto tienen un mayor riesgo de desarrollar el SAM. La eliminación del meconio de las vías respiratorias por debajo de las cuerdas vocales mediante la aspiración traqueal antes de iniciar otros pasos de la reanimación podría reducir el riesgo de desarrollar el SAM. Sin embargo, realizar la aspiración traqueal no solo puede ser inefectivo, sino que también podría retrasar la reanimación efectiva, prolongando y empeorando el insulto hipóxico-isquémico.
Evaluar la eficacia de la aspiración traqueal en el momento del nacimiento para prevenir el síndrome de aspiración de meconio y otras complicaciones entre los neonatos no vigorosos nacidos con líquido amniótico teñido de meconio.
Se utilizó la estrategia de búsqueda estándar de ensayos controlados aleatorizados (ECA) y ensayos cuasialeatorizados del Grupo Cochrane de Neonatología (Cochrane Neonatal Group) en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL 2020, número 11) en La Biblioteca Cochrane; en Ovid MEDLINE(R) y en Epub Ahead of Print, In-Process & Other Non-Indexed Citations, Daily and Versions(R) (1946 hasta el 25 de noviembre de 2020). También se realizaron búsquedas de ECA y ensayos cuasialeatorizados en bases de datos de ensayos clínicos y en las listas de referencias de artículos identificados (hasta noviembre de 2020).
Se incluyeron los estudios que reclutaron a neonatos no vigorosos nacidos con LAM, si la intervención que se probaba incluía la aspiración traqueal en el momento del nacimiento con la intención de limpiar la tráquea de meconio antes de que comenzaran los esfuerzos respiratorios regulares. La aspiración traqueal se puede realizar con un tubo endotraqueal o con un catéter de aspiración de calibre ancho. Los neonatos del grupo control deberían haber sido reanimados al nacer sin que se hicieran esfuerzos por limpiar la tráquea de meconio.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente la calidad de los ensayos y extrajeron los datos, y consultaron cualquier desacuerdo con un tercer autor de la revisión. Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar de Cochrane, incluida la evaluación del riesgo de sesgo de todos los estudios. Los desenlaces principales fueron: SAM, mortalidad neonatal por todas las causas e incidencia de encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI). Los desenlaces secundarios incluyeron necesidad de ventilación mecánica, incidencia de fugas de aire pulmonar, sepsis con cultivo positivo e hipertensión pulmonar persistente. Se utilizó el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.
En la revisión se incluyeron cuatro estudios (con 581 neonatos). Los cuatro estudios se realizaron en hospitales de atención terciaria de la India. Tres de los cuatro estudios incluyeron neonatos nacidos a término y más allá del término, mientras que uno incluyó neonatos nacidos a las 34 semanas de gestación o más. Debido a la naturaleza de la intervención, no fue posible cegar al personal sanitario que la realizaba.
Aspiración traqueal comparada con ninguna aspiración en neonatos no vigorosos nacidos con LAM
En los recién nacidos no vigorosos, no se observaron diferencias en los riesgos de SAM (RR 1,00; IC del 95%: 0,80 a 1,25; DR 0,00; IC del 95%: -0,07 a 0,08; cuatro estudios, 581 neonatos) o de mortalidad neonatal por todas las causas (RR 1,24; IC del 95%: 0,76 a 2,02; DR 0,02; IC del 95%: -0,03 a 0,07; cuatro estudios, 575 neonatos), con o sin aspiración traqueal. No se informaron diferencias en el riesgo de EHI de cualquier gravedad (RR 1,05; IC del 95%: 0,68 a 1,63; un estudio, 175 neonatos) o de EHI de moderada a grave (RR 0,68; IC del 95%: 0,43 a 1,09; un estudio, 152 neonatos) entre los neonatos no vigorosos nacidos con LAM. Tampoco se sabe con certeza el efecto de la aspiración traqueal sobre otros desenlaces como la incidencia de ventilación mecánica (RR 0,99; IC del 95%: 0,68 a 1,44; DR 0,00; IC del 95%: -0,06 a 0,06; cuatro estudios, 581 neonatos), las fugas de aire pulmonar (RR 1,22; IC del 95%: 0,38 a 3,93; DR 0,00; IC del 95%: -0,02 a 0,03; tres estudios, 449 neonatos), la hipertensión pulmonar persistente (RR 1,29; IC del 95%: 0,60 a 2,77; DR 0,02; IC del 95%: -0,03 a 0,06; tres estudios, 406 neonatos) y la sepsis con cultivo positivo (RR 1,32; IC del 95%: 0,48 a 3,57; DR 0,01; IC del 95%: -0,03 a 0,05; tres estudios, 406 neonatos). Se consideró que todos los desenlaces informados proporcionaron evidencia de certeza muy baja.
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