Antecedentes
El daño prolongado del hígado puede llevar a la formación de tejido cicatrizal, que reemplaza el tejido hepático sano y resulta en daño crónico (cirrosis). Los pacientes con cirrosis a menudo presentan pérdida de masa y fuerza muscular. Por lo tanto, en estos pacientes puede ser beneficioso el ejercicio físico.
Pregunta de la revisión
Se investigaron los efectos beneficiosos y perjudiciales del ejercicio físico en comparación con el ejercicio simulado (por ejemplo, sesiones de relajación supervisadas) o ningún ejercicio en pacientes con cirrosis.
Fecha de la búsqueda
Febrero de 2018.
Fuentes de financiación de los estudios
Ninguno de los ensayos incluidos recibió financiamiento o apoyo de la industria farmacéutica ni de fabricación de aparatos.
Características de los estudios
Se incluyeron seis ensayos clínicos aleatorios (en que los individuos son asignados al azar a uno de dos grupos) con 173 participantes. Todos los participantes presentaban cirrosis. Las intervenciones consistieron en diferentes tipos de ejercicios, como montar en bicicleta, caminata en cinta rodante y levantamiento de pesas. Los programas fueron domiciliarios o supervisados y duraron entre ocho y 14 semanas.
Resultados clave
El ejercicio físico no pareció afectar la mortalidad (muerte), los efectos secundarios o la calidad de vida.
Calidad de la evidencia
En general, la evidencia del efecto del ejercicio físico fue de calidad baja o muy baja. La calidad de la evidencia se disminuyó debido a la falta de ensayos con bajo riesgo de sesgo y de resultados similares entre los ensayos y al reducido tamaño de los ensayos.
No se encontraron efectos beneficiosos ni perjudiciales claros del ejercicio físico sobre la mortalidad, la morbilidad o la calidad de vida relacionada con la salud. Se necesita evidencia adicional para evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales del ejercicio físico sobre los resultados clínicos.
La pérdida de masa muscular y la debilidad muscular son complicaciones comunes de la cirrosis y se asocian con mayor morbimortalidad. Por lo tanto, el ejercicio físico puede beneficiar a los pacientes con cirrosis.
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales del ejercicio físico versus ejercicio simulado o ningún ejercicio en los pacientes con cirrosis.
Se realizaron búsquedas en el registro Cochrane de ensayos controlados del Grupo Cochrane Hepatobiliar (Cochrane Hepato-Biliary Group Controlled Trials Register), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL), MEDLINE Ovid, Embase Ovid y en otras tres bases de datos, que incluyen búsquedas manuales en listas de referencias, resúmenes y presentaciones en conferencias y congresos, Google Scholar y en registros de ensayos en línea en febrero de 2018.
Se incluyeron ensayos clínicos con asignación aleatoria, independientemente del estado de la publicación o del idioma. El criterio de inclusión fue la cirrosis, independientemente de la etiología o el estadio. Las intervenciones fueron el ejercicio físico en comparación con el ejercicio simulado o ninguna intervención.
Tres autores de la revisión extrajeron los datos de forma independiente. Se realizaron metanálisis y los resultados se presentaron mediante cocientes de riesgos (CR) para los resultados dicotómicos y diferencias de medias (DM) para los resultados continuos, ambos con intervalos de confianza (IC) del 95% y valores de I2 como marcadores de la imprecisión y la heterogeneidad. El control de sesgo se evaluó con los dominios del Grupo Cochrane Hepatobiliar, y la credibilidad de la evidencia se determinó mediante los criterios GRADE.
Se incluyeron seis ensayos clínicos aleatorios con 173 participantes. Todos los participantes presentaban cirrosis en estadio A o B de la escala de Child-Pugh. Los grupos de intervención participaron en ocho a 14 semanas de ejercicio físico (aeróbico: tres ensayos; resistencia: un ensayo; o aeróbico más entrenamiento con resistencia: dos ensayos). Los grupos control realizaron ejercicio simulado (relajación supervisada: un ensayo) o ninguna intervención (cinco ensayos). No se registraron muertes entre los 89 participantes asignados al ejercicio versus dos de 84 participantes del grupo control (CR 0,19; IC del 95%: 0,01 a 3,73; evidencia de calidad moderada). La causa de muerte fue un episodio agudo de la enfermedad hepática crónica en ambos participantes. Nueve participantes del grupo de ejercicio y 13 del grupo control presentaron eventos adversos graves (CR 0,61; IC del 95%: 0,19 a 1,94; evidencia de baja calidad).
El ejercicio físico no mostró efectos beneficiosos ni perjudiciales sobre la calidad de vida relacionada con la salud, evaluada con el Chronic Liver Disease Questionnaire (DM 0,11; IC del 95%: -0,44 a 0,67; evidencia de baja calidad). Asimismo, el ejercicio físico no tuvo efectos claros sobre el estado físico medido por la captación máxima de oxígeno durante el ejercicio (DM 0,3 ml/kg/min; IC del 95%: -2,74 a 3,35; evidencia de baja calidad) y la prueba de caminata de seis minutos (DM 56,06 min; IC del 95%: -9,14 a 121,26; evidencia de muy baja calidad). El ejercicio físico no mostró efectos claros sobre la circunferencia en la zona media del muslo (DM 1,76 cm; IC del 95%: -0,26 a 3,77; evidencia de calidad baja), pero mostró un aumento en la circunferencia de la región media del brazo (DM 2,61 cm; IC del 95%: 0,36 a 4,85; evidencia de baja calidad).
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