Pregunta de la revisión
Se tuvo en cuenta el efecto del entrenamiento con ejercicios en el nivel de estado físico, la fuerza muscular, la calidad de vida, la disnea, el cansancio, la sensación de ansiedad y de depresión, y la función pulmonar en pacientes con cáncer de pulmón avanzado.
Antecedentes
Los pacientes con cáncer de pulmón avanzado suelen presentar muchos síntomas y enfermedades concomitantes. Este cuadro, junto con los efectos colaterales del tratamiento oncológico, produce un deterioro del estado físico de los pacientes. Es preocupante ya que el grado de estado físico es una medida de la salud del cuerpo en general y es crítica en la capacidad del paciente para participar en actividades cotidianas y tolerar los tratamientos difíciles. Se ha demostrado que el entrenamiento con ejercicios mejora el estado físico, la fuerza muscular y la calidad de vida en los supervivientes de varios tipos de cáncer. Sin embargo no queda claro qué efecto tiene el entrenamiento con ejercicios sobre estos resultados en pacientes con cáncer de pulmón avanzado.
Características de los estudios
Se buscaron todos los estudios de investigación (ensayos controlados aleatorios) publicados hasta julio de 2018. Se hallaron seis estudios que incluyeron a 221 participantes, con una edad promedio que varió de 59 a 70 años. Estos estudios incluyeron diferentes números de pacientes, desde 20 hasta 111.
Resultados clave
Los resultados indicaron que, en comparación con quienes no hicieron ejercicio, los pacientes con cáncer de pulmón que sí lo hicieron tuvieron un mejor estado físico y una mejor calidad de vida. No se halló ninguna diferencia en la fuerza muscular, la disnea, el cansancio, la sensación de ansiedad y de depresión, ni en la función pulmonar. No se informó sobre ninguna lesión grave en pacientes con cáncer de pulmón que hicieron ejercicios, aunque solamente tres estudios abordaron el tema de las lesiones.
Calidad de la evidencia
Los resultados de esta revisión no quedan claros, principalmente debido al número pequeño de estudios encontrados, el número pequeño de personas en estos estudios y porque los estudios no parecían haber seguido un estándar elevado.
El entrenamiento con ejercicios podría mejorar o evitar la disminución en la capacidad para el ejercicio y en la CdVRS global específica de la enfermedad en adultos con cáncer de pulmón avanzado. No se hallaron efectos significativos del entrenamiento con ejercicios en la disnea, la fatiga, la sensación de ansiedad y la depresión, ni en la función pulmonar. Los hallazgos de esta revisión deben analizarse con cautela debido a la heterogeneidad entre los estudios, los tamaños pequeños de la muestra y el alto riesgo de sesgo alto de los estudios incluidos. Se necesitan ECA más amplios y de alta calidad para confirmar y ampliar el conocimiento sobre los efectos del entrenamiento con ejercicios en esta población.
Los pacientes con cáncer de pulmón avanzado tienen una gran cantidad de síntomas, que a menudo se ven complicados por las afecciones concomitantes. Estos inconvenientes, junto con los efectos indirectos del tratamiento oncológico, pueden provocar en los pacientes una baja capacidad para el ejercicio y pérdida de forma física continuadas. Esto resulta preocupante, ya que la capacidad para el ejercicio se considera una medida de la salud del cuerpo en general y es crítica en la capacidad del paciente para participar en actividades cotidianas y tolerar los tratamientos difíciles. Existe evidencia de que el entrenamiento con ejercicios mejora la capacidad para el ejercicio y otros resultados, como la fuerza muscular y calidad de vida relacionada con la salud (CdVRS) en los supervivientes del cáncer. Sin embargo no queda clara la eficacia del entrenamiento con ejercicios sobre estos resultados en pacientes con cáncer de pulmón avanzado.
El objetivo primario de esta revisión fue investigar los efectos del entrenamiento con ejercicios sobre la capacidad para realizar ejercicios en adultos con cáncer de pulmón avanzado. La capacidad para el ejercicio se definió como la distancia de caminata de seis minutos (DC6M; en metros) medida durante una prueba de caminata de seis minutos (PC6M; es decir: qué distancia puede caminar un individuo durante seis minutos sobre una pista llana), o la captación máxima de oxígeno (es decir el VO₂ máximo) medida durante una prueba de esfuerzo cardiorrespiratorio (PECR) máximo creciente.
Los objetivos secundarios fueron determinar los efectos del entrenamiento con ejercicios en la capacidad para generar fuerza de los músculos periféricos, la CdVRS global específica de la enfermedad, el componente del funcionamiento físico de la CdVRS, la disnea, la fatiga, la sensación de ansiedad y de depresión, la función pulmonar, el nivel de actividad física, los eventos adversos, el estado funcional, el peso corporal y la supervivencia general en adultos con cáncer de pulmón avanzado.
Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE (vía PubMed), Embase (vía Ovid), CINAHL, SPORTDiscus, PEDro, y en SciELO el 7 julio 2018.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios (ECA) que compararon el entrenamiento con ejercicios versus la ausencia de entrenamiento con ejercicios en adultos con cáncer de pulmón avanzado.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, examinaron los estudios e identificaron los adecuados para inclusión. Se realizaron metanálisis para los siguientes resultados: la capacidad para el ejercicio, la CdVRS global específica de la enfermedad, la CdVRS del funcionamiento físico, la disnea, la fatiga, la sensación de ansiedad y la depresión, y la función pulmonar (volumen espiratorio forzado en un segundo (VEF1]). Dos estudios informaron sobre la capacidad para generar fuerza de los músculos periféricos y los resultados se presentaron en forma narrativa. Los datos disponibles sobre el nivel de actividad física, los eventos adversos, el estado funcional, el peso corporal y la supervivencia general fueron limitados.
Se identificaron seis ECA con 221 participantes. La media de edad de los participantes varió de 59 a 70 años; el tamaño de la muestra varió de 20 a 111 participantes. En general se encontró que el riesgo de sesgo de los estudios incluidos fue alto y la calidad de la evidencia de todos los resultados fue baja.
Los datos agrupados de cuatro estudios demostraron que, en la finalización del período de intervención, la capacidad para el ejercicio (DC6M) fue significativamente mayor en el grupo de intervención que el grupo de control (diferencia de medias [DM] 63,33 m; intervalo de confianza [IC] del 95%: 3,70 a 122,96). Al finalizar el período de intervención, la CdVRS global específica de la enfermedad fue significativamente mejor en el grupo de intervención en comparación con el grupo de control (diferencia de medias estandarizada (DME) 0,51; IC del 95%: 0,08 a 0,93). No hubo diferencias significativas entre los grupos de intervención y de control en la CdVRS del funcionamiento físico (DME 0,11; IC del 95%: -0,36 a 0,58), disnea (DME -0,27; IC del 95%: -0,64 a 0,10), fatiga (DME 0,03; IC del 95%: -0,51 a 0,58), sensación de ansiedad (DM -1,21 unidades en la Hospital Anxiety and Depression Scale; IC del 95%: -5,88 a 3,45) y depresión (DME -1,26; IC del 95%: -4,68 a 2,17) y VEF1 (DME 0,43; IC del 95%: -0,11 a 0,97).
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