Pregunta de la revisión
¿Cuáles son los efectos (beneficiosos y perjudiciales) de los diferentes tipos de dispositivos de derivación para los pacientes que están siendo tratados por hidrocefalia?
Antecedentes
La hidrocefalia, conocida como "agua en el cerebro" es un trastorno causado por la acumulación de líquido cefalorraquídeo en las cavidades (ventrículos) de la profundidad del cerebro. Esto causa un aumento en el tamaño de los ventrículos y la presión sobre el cerebro que lleva a un daño cerebral. Las válvulas ventrículo-peritoneales son dispositivos que drenan el líquido extra del cerebro a la cavidad peritoneal, en el abdomen, donde el líquido puede ser absorbido (una derivación ventrículo-peritoneal). Hay diferentes tipos de válvulas y se desconocen los diferentes efectos.
Características de los estudios
Se buscó la evidencia hasta febrero de 2020. Se incluyeron seis estudios con 962 participantes que evaluaban: válvulas antisifón, diferentes tipos de válvulas estándar, válvulas autorreguladoras del flujo de líquido cefalorraquídeo y válvulas programables. La mayoría de los estudios incluyeron a niños con hidrocefalia con un seguimiento de entre dos y seis años. Cuatro estudios no especificaron sus fuentes de financiación. Un estudio fue financiado por el fabricante del dispositivo y otro por una fundación.
Resultados clave
No existe seguridad acerca de las diferencias en el fracaso del tratamiento entre las válvulas estándar y las válvulas antisifón, sin embargo, la incidencia de eventos adversos, la mortalidad, el tamaño ventricular y el perímetro cefálico pueden ser similares. Ninguno de los estudios incluidos informó sobre la calidad de vida de los participantes.
No existe seguridad acerca de las diferencias en el fracaso del tratamiento y la mortalidad en los participantes con diferentes tipos de válvulas estándar. Los estudios incluidos no informaron sobre los efectos de estas intervenciones en la calidad de vida, el tamaño ventricular y el perímetro cefálico.
La incidencia de fracaso del tratamiento y de eventos adversos puede ser similar en los casos en que se utilizan válvulas estándar y válvulas autorreguladoras del flujo de líquido cefalorraquídeo. El estudio incluido no informó de ninguna muerte en ninguno de los dos grupos poco tiempo después de la operación; no se sabe con certeza cuáles serán los efectos más allá de este período. Los estudios incluidos no informaron sobre los efectos de estas intervenciones en la calidad de vida, la reducción del tamaño ventricular o el perímetro cefálico.
La incidencia de fracaso del tratamiento es probablemente similar en los que tienen válvulas programables y no programables, y la incidencia de eventos adversos y el tamaño del ventrículo también pueden ser similares. El estudio incluido no informó el efecto de estas intervenciones en la mortalidad, la calidad de vida o el perímetro cefálico.
Calidad de la evidencia
La certeza de la evidencia fue en su mayor parte baja a muy baja, ya que los estudios se realizaron de manera deficiente, con un número reducido de participantes. Además, muchos estudios no informaron resultados críticos como la mortalidad.
Las válvulas de derivación estándar para la hidrocefalia comparadas con las válvulas antisifón o las válvulas autorreguladoras de flujo de LCR pueden dar lugar a poca o ninguna diferencia en los principales resultados de esta revisión, sin embargo, existen muchas dudas debido a la evidencia de certeza baja o muy baja. Del mismo modo, los diferentes tipos de válvulas estándar y las válvulas de presión programable diferencial externa frente a las válvulas no programables pueden asociarse con resultados similares. Sin embargo, esta revisión no incluyó las válvulas con la tecnología más reciente, para las cuales se necesitan ensayos controlados aleatorizados de alta calidad que se centren en los resultados importantes para el paciente, incluidos los costes.
La hidrocefalia es un trastorno neurológico común, causado por una acumulación progresiva de líquido cefalorraquídeo (LCR) en el espacio intracraneal que puede provocar un aumento de la presión intracraneal, el agrandamiento de los ventrículos (ventriculomegalia) y, en consecuencia, daños cerebrales. Los sistemas de derivación ventrículo-peritoneal son el tratamiento principal para esta enfermedad, sin embargo, hay diferentes tipos de sistemas de derivación.
Comparar la efectividad y los efectos adversos de los dispositivos de derivación convencionales y complejos para la desviación del LCR en pacientes con hidrocefalia.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (2020, número 2); Ovid MEDLINE (1946 hasta febrero 2020); Embase (Elsevier) (1974 hasta febrero 2020); Latin American and Caribbean Health Science Information Database (LILACS) (1980 hasta febrero 2020); ClinicalTrials.gov; y en la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud.
Se seleccionaron ensayos controlados aleatorizados o cuasialeatorizados de diferentes tipos de dispositivos de derivación ventrículo-peritoneal para pacientes con hidrocefalia. Los resultados primarios incluyeron fracaso del tratamiento, eventos adversos y mortalidad.
Dos autores de la revisión seleccionaron los estudios, evaluaron el riesgo de sesgo y extrajeron los datos. Debido a la escasez de datos, se realizó una síntesis sin metanálisis (SSM) incorporando GRADE para la calidad de la evidencia.
Se incluyeron seis estudios con 962 participantes que evaluaban los efectos de las válvulas estándar en comparación con las válvulas antisifón, otro tipo de válvulas estándar, válvulas válvula reguladora de flujo de LCR autoajustable y válvulas de presión externa diferencial programable. Todos los estudios incluidos comenzaron en un contexto hospitalario y ofrecieron un seguimiento ambulatorio. La mayoría de los estudios se realizaron en lactantes o niños con hidrocefalia por diversas causas. La certeza de la evidencia para la mayoría de las comparaciones era de baja a muy baja.
1. Válvula estándar versus válvula antisifón
En esta comparación, se incluyeron tres estudios con 296 participantes aleatorizados. No existe seguridad acerca de la incidencia del fracaso del tratamiento en los participantes con válvulas estándar y válvulas antisifón (evidencia de certeza muy baja). La incidencia de eventos adversos puede ser similar en aquellos con válvulas estándar (rango de 0 a 1,9%) y válvulas antisifón (rango de 0 a 2,9%) (evidencia de certeza baja). La mortalidad puede ser similar en aquellos con válvulas estándar (0%) y válvulas antisifón (0,9%) (DR 0,01%, IC del 95%: -0,02% a 0,03%, evidencia de certeza baja). El tamaño del ventrículo y el perímetro cefálico pueden ser similares en los que tienen válvulas estándar y válvulas antisifón (evidencia de certeza baja). Ninguno de los estudios incluidos informó sobre la calidad de vida de los participantes.
2. Comparación entre los diferentes tipos de válvulas estándar
En esta comparación, se incluyeron dos estudios con 174 participantes aleatorizados. No existe seguridad acerca de la incidencia del fracaso del tratamiento en los participantes con diferentes tipos de válvulas estándar (período posoperatorio temprano: RR 0,41, IC del 95%: 0,13 a 1,27; a los 12 meses de seguimiento: RR 1,17, IC del 95%: 0,72 a 1,92, evidencia de certeza muy baja). Ninguno de los estudios incluidos informó eventos adversos más allá de los incluidos en "fracaso del tratamiento". No existe seguridad acerca de los efectos de los diferentes tipos de válvulas estándar en la mortalidad (rango del 2% al 17%, evidencia de certeza muy baja). Los estudios incluidos no informaron sobre los efectos de estas intervenciones en la calidad de vida, la reducción del tamaño ventricular o el perímetro cefálico.
3. Válvula estándar versus válvula reguladora de flujo de LCR autoajustable
Un estudio con 229 participantes aleatorizados abordó esta comparación. La incidencia de fracaso del tratamiento puede ser similar en los casos de válvulas estándar (42,98%) y válvulas reguladoras de flujo de LCR autoajustable (39,13%) (evidencia de certeza baja). La incidencia de eventos adversos puede ser similar en los que tienen válvulas estándar (rango 0 a 1,9%) y en los que tienen válvulas reguladoras de flujo de LCR autoajustable (rango 0 a 7,2%) (evidencia de certeza baja). El estudio incluido no informó de ninguna muerte en ninguno de los dos grupos en el período posoperatorio. Más allá del período posoperatorio temprano, los autores afirmaron que nueve pacientes murieron (no se disponía de datos desglosados para cada tipo de intervención, evidencia de certeza baja). Los estudios incluidos no informaron sobre los efectos de estas intervenciones en la calidad de vida, la reducción del tamaño ventricular o el perímetro cefálico.
4. Válvula de presión programable diferencial externa versus válvula no programable
Un estudio con 377 participantes aleatorizados abordó esta comparación. La incidencia de fracaso del tratamiento puede ser similar en aquellos con válvulas programables (52%) y no programables (52%) (RR 1,02, IC del 95%: 0,84 a 1,24, evidencia de certeza baja). La incidencia de eventos adversos puede ser similar en aquellos con válvulas programables (6,19%) y válvulas no programables (6,01%) (RR 0,97, IC del 95%: 0,44 a 2,15, evidencia de certeza baja). El estudio incluido no informó el efecto de estas intervenciones en la mortalidad, la calidad de vida o el perímetro cefálico. La reducción del tamaño del ventrículo puede ser similar en aquellos con válvulas programables y no programables (evidencia de certeza baja).
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