Antecedentes
Las mujeres con pruebas positivas para la alteración (mutación) en uno de los genes BRCA (gen asociado a la reparación del ADN BRCA1 o asociado a la reparación del ADN BRCA2 [BRCA1 o BRCA2]) presentan un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama y de ovario-trompas de Falopio. Un número significativo de mujeres portadoras de BRCA optarán por la cirugía para extirpar el tejido mamario y las trompas de Falopio y los ovarios con el fin de reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama y cáncer de ovario-trompas de Falopio. Este tipo de cirugía puede cambiar la vida, y las mujeres pueden experimentar cambios físicos y emocionales negativos como resultado de la misma. Estos cambios pueden afectar la función y la apariencia de sus cuerpos, lo que a su vez puede tener un efecto psicológico negativo en las mujeres y sus relaciones.
Pregunta de la revisión
El objetivo de esta revisión fue averiguar si las intervenciones pueden ayudar con los efectos sociales y psicológicos de los cambios físicos y emocionales en las mujeres sometidas a cirugía reductora de riesgo.
Principales hallazgos
Se encontraron dos estudios que examinaron una intervención psicosocial para mujeres que habían sido sometidas a la extirpación de las trompas de Falopio y los ovarios para reducir el riesgo de cáncer de ovario-trompas de Falopio.
Un ensayo controlado aleatorizado (un estudio en el que los participantes son asignados a uno de dos o más grupos de tratamiento mediante un método aleatorio) evaluó un programa de entrenamiento para la reducción del estrés basado en la atención plena para los síntomas menopáusicos después de la cirugía reductora de riesgo. Aunque hubo una mejoría en las puntuaciones de la calidad de vida específicas de la menopausia a corto y a largo plazo para las mujeres con síntomas menopáusicos, la intervención no se asoció con una mejoría en el funcionamiento sexual o la angustia.
Todas las mujeres que participaron en un estudio no aleatorizado recibieron la intervención del estudio y se calificaron a sí mismas en determinados aspectos relacionados con el funcionamiento psicosexual y la adaptación psicológica antes y después de la intervención (educación específica sobre la salud sexual, concientización corporal y entrenamiento de relajación, y estrategias de terapia cognitiva basada en la atención plena). También recibieron una sesión de psicoeducación en grupo y asesoramiento telefónico. Los resultados se basaron en las diferencias entre las puntuaciones anteriores y posteriores. Todas las mujeres reclutadas para el estudio estaban en riesgo de cáncer de ovario-trompas de Falopio debido a que tenían un gen BRCA perjudicial o defectuoso, pero no había antecedentes personales de cáncer de ovario-trompas de Falopio en el grupo estudiado.
Ningún estudio informó de intervenciones sociales y psicológicas después de la cirugía reductora de riesgo para la extirpación del tejido mamario en portadoras del BRCA.
Calidad de la evidencia
La certeza (calidad) de la evidencia varió de moderada a muy baja y solo se incluyó un ensayo controlado aleatorizado y un estudio no aleatorizado que no tenía comparador en la revisión. Los dos ensayos incluyeron un escaso número de pacientes.
Conclusiones
La evidencia limitada y de certeza moderada a muy baja dio lugar a que no fue posible establecer conclusiones con respecto a las intervenciones psicosociales después de la cirugía reductora de riesgo en mujeres portadoras de BRCA en cuanto a la mejoría en la calidad de vida y la adaptación psicológica (emocional). Se necesita investigación adicional para determinar cuál es la mejor manera de apoyar a las mujeres que deciden someterse a una cirugía reductora de riesgo.
No se conoce el efecto de las intervenciones psicosociales sobre la calidad de vida y el bienestar emocional en las mujeres portadoras de BRCA sometidas a cirugía reductora de riesgo, debido a la calidad metodológica muy baja en los dos estudios incluidos en la revisión. La ausencia de dichas intervenciones destaca la necesidad de una asociación entre los investigadores y los médicos en esta área específica para llevar adelante los resultados informados por las pacientes y desarrollar intervenciones para considerar los problemas psicosociales relacionados con la cirugía reductora de riesgo en las mujeres portadoras de BRCA, en particular en esta nueva era de la genómica, donde las pruebas pueden llegar a ser más comunes y muchas más mujeres son identificadas como portadoras de genes.
Las mujeres que portan una mutación patógena en el gen asociado a la reparación de ADN BRCA1 o asociado a la reparación de ADN BRCA2 (BRCA1 o BRCA2) tienen un alto riesgo de por vida de desarrollar cáncer de mama y de ovario-trompas de Falopio. Para controlar este riesgo, las mujeres pueden optar por someterse a una cirugía reductora de riesgo para extirpar el tejido mamario, los ovarios y las trompas de Falopio. La cirugía debería aumentar la supervivencia, aunque puede tener un impacto negativo en la vida de las mujeres a nivel psicológico y psicosexual. Se necesitan intervenciones para facilitar la adaptación psicológica y mejorar la calidad de vida después de la cirugía reductora de riesgo.
Examinar las intervenciones psicosociales en mujeres portadoras de BRCA que han sido sometidas a cirugía reductora de riesgo y evaluar la efectividad de dichas intervenciones sobre la adaptación psicológica y la calidad de vida.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (CENTRAL) en la Biblioteca Cochrane, MEDLINE y Embase vía Ovid, CINAHL, PsycINFO, Web of Science hasta abril de 2019 y Scopus hasta enero de 2018. También se realizaron búsquedas manuales en resúmenes de reuniones científicas y otras publicaciones relevantes.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA), estudios no aleatorizados (ENA), estudios de cohortes prospectivos y retrospectivos y estudios de intervención que utilizaron análisis iniciales y posintervención en mujeres portadoras de BRCA sometidas a cirugía reductora de riesgo.
Dos o más autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron los estudios para su inclusión en la revisión. Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane.
Se examinaron 4956 registros de las búsquedas y se seleccionaron 34 estudios únicos para el escrutinio de texto completo, de los cuales dos cumplieron con los criterios de inclusión: un ECA y un ENA. Los estudios incluidos evaluaron a 113 mujeres portadoras de BRCA que habían sido sometidas a cirugía reductora de riesgo, aunque hubo deserción, y no hubo datos de resultado disponibles para todos los participantes en las evaluaciones finales de los estudios. El ECA se evaluó como en riesgo alto de sesgo, mientras que el ENA no tuvo un grupo control. La certeza de la evidencia de los estudios según la evaluación GRADE fue muy baja debido a la escasez de datos y a las deficiencias metodológicas de los estudios. El resultado primario de la calidad de vida solo se midió en el ECA y fue específico para la menopausia. Ambos estudios informaron sobre la angustia psicológica y la función sexual. Ninguno de los estudios midió la imagen corporal, tal vez debido a que la misma se asocia con mayor frecuencia a la mastectomía reductora de riesgo en lugar de a la ooforectomía.
El ECA (66 participantes reclutadas y 48 con seguimiento hasta los 12 meses) evaluó los efectos a corto y a largo plazo de un programa de entrenamiento de ocho semanas de reducción del estrés basado en la atención plena (MBSR, por sus siglas en inglés) sobre la calidad de vida, el funcionamiento sexual y la angustia sexual en mujeres portadoras de BRCA (n = 34) en una clínica especializada en cáncer familiar en los Países Bajos en comparación con las portadoras de BRCA (n = 32) que recibieron atención habitual. Las mediciones en el Menopause-Specific Quality of Life Questionnaire (MENQOL) mostraron cierta mejoría a los 3 y 12 meses en comparación con el grupo de atención habitual. A los tres meses, las puntuaciones medias en el MENQOL fueron 3,5 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 3,0 a 3,9) y 3,8 (IC del 95%: 3,3 a 4,2) para los grupos de MBSR y de atención habitual respectivamente, mientras que a los 12 meses los valores correspondientes fueron 3,6 (IC del 95%: 3,1 a 4,0) y 3,9 (IC del 95%: 3,5 a 4,4) (un estudio; 48 participantes con un seguimiento a los 12 meses). Sin embargo, estos resultados deben interpretarse con cautela debido a la certeza muy baja de la evidencia, donde una puntuación más baja es mejor. Otras medidas de resultado en el Female Sexual Function Index y la Female Sexual Distress Scale no mostraron diferencias significativas entre los dos grupos. La certeza de la evidencia según la evaluación GRADE fue muy baja debido a la falta de cegamiento de los participantes y el personal, el sesgo de deserción y la autoselección (ya que solo un tercio de las mujeres elegibles optaron por participar en el estudio) y la imprecisión grave debido al tamaño pequeño de la muestra y al IC del 95% amplio.
El ENA estaba compuesto por 37 mujeres portadoras de BRCA seleccionadas de tres hospitales del área de Boston que habían sido sometidas a una intervención nueva de salud sexual después de una salpingo-ooforectomía reductora de riesgo (RRSO, por sus siglas en inglés) sin antecedentes de cáncer de ovario-trompas de Falopio. La intervención consistió en educación específica sobre salud sexual, concientización corporal y entrenamiento de relajación, y estrategias de terapia cognitiva basadas en la atención plena, seguidas de dos sesiones de asesoramiento telefónico personalizado. Se trató de un estudio de brazo único sin grupo de control. La certeza de la evidencia según la evaluación GRADE fue muy baja y, como no hubo un grupo de comparación en el estudio incluido, no fue posible estimar un efecto relativo. El estudio informó un cambio en la adaptación psicosexual desde el inicio hasta el periodo posintervención (mediana de 2,3 meses) mediante el uso de medidas del Female Sexual Function Index (n = 34), que informó un cambio con una media de 3,91; desviación estándar (DE) 9,12; p = 0,018 (1 estudio, 34 participantes; evidencia de certeza muy baja). El Brief Symptom Inventory, Global Severity Index, informó un cambio medio de 3,92; DE 5,94, P < 0,001. La Sexual Self-Efficacy Scale informó un cambio con una media de 12,14; DE 20,56; P < 0,001. La Sexual Knowledge Scale informó un cambio medio de 1,08; DE 1,50; P < 0,001 (n = 36). La satisfacción de las participantes se midió por medio de un cuestionario, y el 100% de las participantes informaron que disfrutaron la posibilidad de participar en el grupo de psicoeducación y se sintieron "seguras" o "muy seguras" de que habían aprendido habilidades nuevas que les ayudarían a lidiar con los efectos secundarios sexuales de la RRSO.
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