¿Pueden los programas en redes sociales ayudar a las personas a mejorar su salud?

Mensajes clave

Los programas en redes sociales (como Facebook o Twitter) cuyo objetivo es aumentar la actividad física podrían ayudar a las personas a ser más activas físicamente y podrían mejorar el bienestar de las personas.

Se necesitan más estudios para averiguar si hay efectos no deseados asociados con la participación en programas de redes sociales interactivas.

¿Qué son las redes sociales?

Las redes sociales son tecnologías informáticas que ayudan a las personas a compartir ideas, reflexiones e información mediante la creación de redes y comunidades virtuales en Internet; algunos ejemplos son Facebook, Twitter o WhatsApp. Las redes sociales son "interactivas": el usuario se comunica directamente con un ordenador u otro dispositivo, para compartir y recibir información.

¿Qué se quería averiguar?

Las personas que utilizan las redes sociales pueden intercambiar ideas y compartir actualizaciones sobre sus conductas, como ser más activos o comer de forma más saludable. Se quería averiguar si los programas de salud que utilizan redes sociales interactivas podían cambiar la conducta de las personas y mejorar su salud.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que analizaran los efectos de los programas interactivos en redes sociales sobre la salud de las personas. Interesaba saber cómo estos programas podrían influir en:

- los hábitos de salud (como fumar, beber alcohol, amamantar, hacer dieta, actividad física; buscar y utilizar los servicios de salud);

- la salud (como el estado físico, la función pulmonar, los episodios de asma);

- la salud mental (como medidas de depresión, estrés, afrontamiento);

- el bienestar; y

- si las personas notificaron algún efecto no deseado relacionado con los programas de redes sociales interactivas.

¿Cuál es el grado de actualización de esta revisión?

Se incluyó la evidencia publicada hasta el 1 de junio de 2020.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 88 estudios en 871 378 adultos (mayores de 18 años). La mayoría de los estudios (49) se realizaron en EE.UU.; todos los estudios tuvieron lugar en países de ingresos altos o medios-altos. Facebook fue la plataforma de redes sociales más utilizada; también se utilizaron WeChat, Twitter, WhatsApp y Google Hangouts.

En la mayoría de los estudios, los efectos de los programas en redes sociales interactivas se compararon con los de los programas no interactivos, incluidos los programas en papel o en persona, o con ningún programa. Diez estudios compararon dos programas de redes sociales entre sí; para estos estudios se seleccionó el más interactivo de los dos programas como "programa de redes sociales interactivas".

¿Cuáles son los resultados principales de esta revisión?

En comparación con los programas no interactivos, los programas en redes sociales:

- podrían mejorar algunos hábitos de salud, como el aumento del número de pasos diarios o la participación en pruebas de revisión, pero podría mostrar poco o ningún efecto sobre otros hábitos de salud, como mejorar la alimentación o reducir el consumo de tabaco (evidencia de 54 estudios en 20 139 personas).

- podría causar pequeñas mejorías en la salud, como un pequeño aumento en la cantidad de peso perdido y una pequeña reducción de la frecuencia cardíaca en reposo (evidencia de 30 estudios en 4521 personas).

- podría mejorar el bienestar de las personas (evidencia de 16 estudios en 3792 personas).

- podría tener poco o ningún efecto sobre la salud mental de las personas, como la depresión (evidencia de 12 estudios en 2070 personas).

Ningún estudio informó efectos no deseados relacionados con el uso de las redes sociales.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

En general, la confianza en la evidencia es baja. Muchos estudios no informaron claramente cómo se realizaron. En la mayoría de los estudios, las personas sabían si estaban participando en un programa interactivo, y esto podría haber afectado los resultados del estudio. Algunos estudios no publicaron todos sus resultados y hubo mucha variabilidad en los resultados de algunos de ellos. Es probable que nuevos estudios de investigación aumenten la confianza en la evidencia.

Conclusiones de los autores: 

Esta revisión combinó datos de una variedad de desenlaces y encontró que las intervenciones en redes sociales que tienen como objetivo aumentar la actividad física podrían ser efectivas y las intervenciones en redes sociales podrían mejorar el bienestar. Aunque se evaluaron muchos otros desenlaces, había muy pocos estudios para compararlos o, cuando había estudios, la evidencia era incierta. Ninguno de los estudios incluidos informó sobre efectos adversos relacionados con el componente de red social de las intervenciones. Los estudios futuros deben evaluar los eventos adversos relacionados con el componente interactivo de las redes sociales y deben informar sobre las características de la población para aumentar la comprensión del efecto potencial de estas intervenciones para reducir las desigualdades en salud.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

Las plataformas de redes sociales ofrecen un amplio alcance para las intervenciones de salud pública, permitiendo la comunicación con un público amplio mediante herramientas que suelen ser gratuitas y fáciles de usar y que pueden combinarse con otros componentes, como las políticas de salud pública. Las redes sociales interactivas se definen como actividades, prácticas o comportamientos en comunidades de personas que se han reunido en línea para compartir interactivamente información, conocimientos y opiniones.

Objetivos: 

El objetivo fue evaluar la efectividad de las intervenciones interactivas en redes sociales, en las que los adultos pueden comunicarse directamente entre sí, para cambiar las conductas de salud, la funcionalidad corporal, la salud mental, el bienestar y los efectos adversos.

El objetivo secundario fue evaluar los efectos de estas intervenciones en la salud de las poblaciones que experimentan desigualdades sanitarias según la definición de PROGRESS-Plus. Se evaluó si existe evidencia de la inclusión de poblaciones PROGRESS-Plus en los estudios y si los resultados se analizan en función de alguna de estas características.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, CINAHL, Embase, MEDLINE (incluidos los registros de ensayos) y PsycINFO. Se utilizaron Google, Web of Science y webs relevantes para identificaron otros estudios y se realizaron búsquedas en las listas de referencias de los estudios incluidos. Se realizaron búsquedas de estudios publicados y no publicados desde 2001 hasta el 1 de junio de 2020. No se limitaron los resultados por idioma.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA), estudios controlados tipo antes y después (ECAD) (before and after studies) y de series de tiempo interrumpido (STI). Se incluyeron estudios en los que la web, la aplicación o la plataforma de redes sociales de intervención describían un objetivo de cambio de la conducta de salud, o incluían una técnica de cambio conductual. La intervención en las redes sociales debía realizarse en una plataforma de redes sociales de uso habitual o en una que imitara una plataforma de uso habitual. Se incluyeron los estudios que compararon una intervención en redes sociales interactivas sola o como un componente de una intervención multicomponente con un control de redes sociales no interactivas o un comparador de redes sociales activas, pero menos interactivas (p.ej., un grupo de debate moderado versus uno no moderado).

Los principales desenlaces fueron las conductas de salud (p.ej., la actividad física), los desenlaces de funcionalidad corporal (p.ej., la glucemia), los desenlaces de salud mental (p.ej., la depresión), el bienestar y los eventos adversos. Los desenlaces secundarios fueron desenlaces de procesos importantes para el cambio conductual e incluían conocimientos, actitudes, intención y motivación, susceptibilidad percibida, autoeficacia y apoyo social.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizó un formulario de extracción de datos analizado previamente y se recopilaron los datos por duplicado de forma independiente. Dado que el objetivo era evaluar desenlaces generales, se extrajo solo un desenlace de cada categoría de desenlace principal y secundario, priorizando aquellos que eran el desenlace principal según informaron los autores del estudio, se utilizaron en un cálculo del tamaño muestral y aquellos que eran importantes para el paciente.

Resultados principales: 

Se incluyeron 88 estudios (871 378 participantes), 84 de los cuales eran ECA, tres eran ECAD y uno era STI. La mayoría de los estudios se realizaron en los EE.UU. (54%). En total, el 86% se realizaron en países de ingresos altos y el 14% restante, en países de ingresos medios-altos. La plataforma de redes sociales más utilizada fue Facebook (39%) y pocos estudios utilizaron otras plataformas como WeChat, Twitter, WhatsApp y Google Hangouts. Muchos estudios (48%) utilizaron comunidades o aplicaciones web que imitan las funciones de estas conocidas plataformas de redes sociales.

Se compararon los estudios que evaluaron las intervenciones interactivas en redes sociales con las intervenciones no interactivas en redes sociales, que incluían intervenciones en papel o presenciales o ninguna intervención. Los resultados de los ECA solo se informaron en la tabla de “Resumen de los hallazgos”. Se encontró una serie de efectos en las conductas de salud, como la lactancia materna, el uso del preservativo, la calidad de la alimentación, la adherencia a la medicación, los cribados y pruebas médicas, la actividad física, el tabaquismo y la vacunación. Por ejemplo, estas intervenciones podrían aumentar la actividad física y las pruebas médicas de cribado, pero el efecto fue escaso o nulo en otras conductas de salud, como la mejoría de la alimentación o la reducción del tabaquismo (20 139 participantes en 54 ECA). Para los desenlaces de la funcionalidad corporal, las intervenciones con redes sociales interactivas podrían dar lugar a efectos positivos pequeños pero importantes, como un efecto positivo pequeño pero importante sobre la pérdida de peso y una reducción pequeña pero importante de la frecuencia cardíaca en reposo (4521 participantes en 30 ECA). Las redes sociales interactivas podrían mejorar el bienestar general (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,46; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,14 a 0,79; efecto moderado, evidencia de certeza baja), mostrado por un aumento de 3,77 puntos en una escala de bienestar general (de 1,15 a 6,48 puntos más), donde las puntuaciones varían de 14 a 70 (3792 participantes en 16 estudios). No se encontraron diferencias en el efecto sobre los desenlaces psicológicos (depresión y malestar), representado por una diferencia de 0,1 puntos en una escala estándar en la que las puntuaciones varían de 0 a 63 puntos (DME -0,01; IC del 95%: -0,14 a 0,12; evidencia de certeza baja; 2070 participantes en 12 ECA).

También se compararon los estudios que evaluaron intervenciones interactivas en redes sociales con aquellas con un control de redes sociales activas, pero menos interactivas (11 estudios). Cuatro ECA (1523 participantes) que informaron sobre la actividad física encontraron una mejoría mostrada por un aumento de 28 minutos en la actividad física semanal de moderada a intensa (de 10 a 47 minutos más, DME 0,35; IC del 95%: 0,12 a 0,59, efecto pequeño, evidencia de certeza muy baja).. Dos estudios encontraron poca o ninguna diferencia en el bienestar de los participantes de los grupos de intervención y control (DME 0,02; IC del 95%: -0,08 a 0,13; efecto pequeño, evidencia de certeza baja), demostrada por un cambio medio de 0,4 puntos en una escala con un rango de 0 a 100.

Ninguno de los estudios incluidos informó sobre eventos adversos relacionados con el componente de red social de las intervenciones, como los problemas de privacidad.

No fue posible realizar los análisis de subgrupos previstos relacionados la equidad en salud puesto que solo cuatro estudios proporcionaron datos relevantes.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

Tools
Information