Probióticos ("bacterias saludables") para la prevención de la infección aguda del oído medio en niños

Pregunta de la revisión

¿Consumir probióticos ("bacterias saludables") evita que los niños presenten infecciones agudas del oído medio?

Antecedentes

La infección aguda del oído medio es muy frecuente en la niñez. Es causada por bacterias que se trasladan de la parte superior de la garganta, a través de canales (llamados trompas de Eustaquio), hasta el oído medio. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de oído y ocasionalmente se puede perforar el tímpano, con secreción de pus en el canal del oído.

Para la infección aguda del oído medio, se suelen prescribir antibióticos, aunque solo tienen un efecto moderado sobre la reducción de los síntomas. Además, la administración excesiva de antibióticos da lugar a la resistencia a los antibióticos, lo que hace que sean menos efectivos para esta y otras infecciones. Por lo tanto, es muy conveniente prevenir la infección aguda del oído medio.

A menudo los probióticos se venden como comprimidos o polvos, como ingredientes de los alimentos (p.ej., en el yogur) e incluso se rocían de manera directa en la garganta. Sin embargo, todavía no está claro si previenen la infección aguda del oído medio. En esta revisión se analizó la evidencia científica para responder a esta pregunta.

Características de los estudios y las búsquedas

Se realizaron búsquedas y se identificaron 17 ensayos controlados aleatorizados (estudios en los que los participantes se asignan a uno de dos o más grupos de tratamiento mediante un método aleatorio), publicados antes de octubre de 2018. Todos se realizaron en Europa, y en conjunto incluyeron a 3488 niños. Doce ensayos incluyeron a niños que no eran propensos a las infecciones agudas del oído medio, mientras que cinco ensayos incluyeron a niños que eran propensos a dichas infecciones.

Resultados clave

Un tercio menos de los niños no propensos a la infección aguda del oído medio que tomaron probióticos presentaron infecciones agudas del oído medio, en comparación con los niños que no tomaron probióticos. Sin embargo, es posible que los probióticos no tengan efectos beneficiosos en los niños propensos a la infección aguda del oído medio. El consumo de probióticos no repercutió en la cantidad de días de escuela perdidos por los niños. Ninguno de los estudios informó de la repercusión de los probióticos sobre la gravedad de la infección aguda del oído medio. No hubo diferencias entre el grupo que tomó probióticos y el grupo que no tomó probióticos en la cantidad de niños que presentaron eventos adversos (efectos perjudiciales).

Calidad de la evidencia

Por lo general, la calidad (o la certeza) de la evidencia fue moderada (lo que significa que los estudios de investigación adicionales pueden cambiar las estimaciones) o alta (es poco probable que los estudios de investigación adicionales cambien estas estimaciones). Sin embargo, los ensayos difirieron en cuanto a los tipos de probióticos evaluados, con qué frecuencia y por cuánto tiempo se tomaron y cómo se informaron los resultados de los ensayos.

Conclusiones de los autores: 

Los probióticos pueden prevenir la OMA en los niños que no son propensos a la OMA, pero la inconsistencia de los análisis de subgrupos indica que se debe tener cuidado al interpretar estos resultados. Los probióticos redujeron la proporción de niños que tomaron antibióticos por cualquier infección. La proporción de niños que presentaron eventos adversos no difirió entre los grupos de probióticos y de comparación. Se debe establecer la cepa, la duración, la frecuencia y el momento de administración óptimos de los probióticos.

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Antecedentes: 

La otitis media aguda (OMA), o la infección aguda del oído medio, es una de las enfermedades que ocurren con mayor frecuencia en la niñez y la razón más común para prescribir antibióticos en este grupo etario. Las guías a menudo recomiendan los antibióticos como tratamiento de primera línea para la OMA grave. Sin embargo, los antibióticos también dan lugar a la resistencia a los antibióticos, por lo que prevenir los episodios de OMA es una prioridad urgente.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de los probióticos para prevenir la aparición y reducir la gravedad de la otitis media aguda en niños.

Métodos de búsqueda: 

Se buscó en CENTRAL, PubMed, Embase y otras tres bases de datos (octubre de 2018), dos registros de ensayos (octubre de 2018) y se realizó un análisis prospectivo y retrospectivo de las citas (agosto de 2018). No se aplicaron restricciones de idioma, ni de estado de publicación.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorizados (ECA) de niños (hasta 18 años de edad), que compararon probióticos con placebo, atención habitual o ningún probiótico.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de revisión evaluaron de forma independiente la elegibilidad de los ensayos para inclusión y el riesgo de sesgo de los ensayos incluidos, y extrajeron los datos mediante formularios de extracción de datos previamente sometidos a una prueba piloto. Los datos dicotómicos se analizaron como riesgos relativos (RR) u odds ratios (OR) y los datos continuos como diferencias de medias (DM).

Resultados principales: 

Se incluyeron 17 ECA que incluyeron a 3488 niños, y 16 de ellos se incluyeron en los metanálisis. De los 16 ECA que informaron la edad media de los niños, la edad media general fue de 2,4 años; en cuatro ECA la edad media de los niños que participaron en el ensayo fue inferior a un año; en dos ECA la edad media estuvo entre uno y dos años; y en diez ECA la edad media fue superior a dos años. Las cepas de probióticos evaluadas por los ensayos variaron, 11 de los ECA incluidos evaluaron probióticos que contienen Lactobacillus, y seis ECA evaluaron probióticos que contienen Streptococcus.

La proporción de niños (es decir, la cantidad de niños en cada grupo) que presentaron uno o más episodios de OMA durante el tratamiento fue inferior en los que tomaron probióticos (RR 0,77; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,63 a 0,93; 16 ensayos; 2961 participantes; número necesario a tratar para un resultado beneficioso adicional (NNTB) = 10; evidencia de certeza moderada).

El análisis de subgrupos post hoc encontró que entre los niños no propensos a la otitis media, una proporción inferior de los niños que recibieron probióticos presentó OMA (CR 0,64; IC del 95%: 0,49 a 0,84; 11 ensayos; 2227 participantes; NNTB = 9; evidencia de certeza moderada). Sin embargo, entre los niños propensos a la otitis, no hubo diferencias entre los grupos de probióticos y de comparación (RR 0,97; IC del 95%: 0,85 a 1,11; cinco ensayos; 734 participantes; evidencia de alta certeza). La prueba para detectar diferencias de subgrupos fue significativa (P = 0,007).

Ninguno de los ensayos incluidos informó la gravedad de la OMA.

La proporción de niños que presentaron eventos adversos no difirió entre los grupos de probióticos y de comparación (OR 1,54; IC del 95%: 0,60 a 3,94; cuatro ensayos; 395 participantes; evidencia de baja certeza).

Los probióticos disminuyeron la proporción de niños que tomaron antibióticos por cualquier infección (RR 0,66; IC del 95%: 0,51 a 0,86; ocho ensayos; 1768 participantes; NNTB = 8; evidencia de certeza moderada). La prueba para detectar diferencias de subgrupos (administración de antibióticos específicamente para la OMA, administración de antibióticos para infecciones diferentes de la OMA) no fue significativa.

No hubo diferencias en el número medio de días de ausencia a la escuela (DM -0,95; IC del 95%: -2,47 a 0,57; cinco ensayos; 1280 participantes; evidencia de certeza moderada). No hubo diferencias entre los grupos en el nivel de cumplimiento con la intervención (RR 1,02; IC del 95%: 0,99 a 1,05; cinco ensayos; 990 participantes).

Los probióticos disminuyeron la proporción de niños con otras infecciones (RR 0,75; IC del 95%: 0,65 a 0,87; 11 ensayos; 3610 participantes; NNTB = 12; evidencia de certeza moderada). La prueba para detectar diferencias de subgrupos (infecciones respiratorias agudas, infecciones gastrointestinales) no fue significativa.

Las cepas de probióticos probadas y sus dosis, así como la frecuencia y la duración de la administración, variaron de manera considerable entre los estudios, lo que es probable que haya contribuido a los niveles significativos de heterogeneidad. La prueba de sensibilidad de los gráficos en embudo no mostró sesgo de publicación.

Notas de traducción: 

La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.

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