Pregunta de la revisión
¿Cuál es la relación entre la cantidad de grasa que un niño consume y su peso y grasa corporal?
Antecedentes
Para intentar impedir de una mejor manera que las personas presenten sobrepeso y obesidad se necesita comprender cuál debería ser la cantidad ideal de grasa total en la dieta y particularmente cómo se relaciona esta cantidad con el peso corporal y la gordura. Esta relación difiere en los niños en comparación con los adultos, porque los niños todavía están en crecimiento y desarrollo.
Características de los estudios
Esta revisión consideró los efectos de comer menos grasa sobre el peso corporal y la gordura en niños sanos entre dos y 18 años de edad y que no pretendían perder peso. Se realizó una búsqueda exhaustiva de estudios hasta mayo de 2017.
Resultados clave
Se encontraron tres ensayos controlados aleatorizados (estudios clínicos en que los participantes son asignados al azar a uno de dos o más grupos de tratamiento) realizados en 1054 niños de países de ingresos altos (ricos). Dos estudios reclutaron a niños de 4 a 11 años de edad y un estudio reclutó a niños de 12 a 13 años. En los estudios se examinaron diferentes tipos de intervenciones, incluidas las sesiones educativas o de orientación individuales y en grupo. Las sesiones fueron impartidas en clínicas, escuelas y hogares por dietistas, nutricionistas o profesores. Las intervenciones utilizadas en los estudios tenían por objeto ayudar a los niños a consumir menos grasas totales en su dieta (30% o menos de su energía diaria total). Estas intervenciones se compararon con una ingesta de grasa habitual o modificada (más del 30% de su energía diaria total) durante uno a siete años. Algunos de estos resultados mostraron que una ingesta inferior de grasas puede reducir el índice de masa corporal (IMC; una medida de gordura corporal basada en la talla y el peso) y los niveles sanguíneos de diferentes tipos de colesterol (una grasa que se transporta en la sangre) en comparación con una ingesta mayor de grasas. Sin embargo, estos efectos variaron con el transcurso del tiempo, ya que algunos resultados indicaron que una ingesta inferior de grasas puede lograr poco o ningún cambio. La evidencia de un ensayo indicó que la ingesta inferior de grasas probablemente no tuvo efectos sobre los niveles sanguíneos de un tipo de colesterol (llamado colesterol HDL) y puede no tener efectos sobre la talla en comparación con ingestas mayores de grasas. Esta evidencia puede no aplicarse necesariamente a todos los niños sanos, ya que dos estudios se realizaron en niños con niveles elevados de colesterol en sangre.
También se analizaron 21 estudios con aproximadamente 25059 niños que observaron y midieron la ingesta de grasa de los niños y su peso, IMC y otras medidas corporales con el transcurso del tiempo, pero no pretendieron cambiar directamente lo que comían (estos estudios se llaman estudios de cohortes). Más de la mitad de estos estudios de cohortes que informaron sobre la gordura corporal indicaron que según aumenta la ingesta total de grasas, la gordura corporal se puede modificar en la misma dirección. Sin embargo, los resultados variaron en todos estos estudios y no fue posible establecer conclusiones firmes.
Calidad de la evidencia
No se encontró evidencia de alta calidad para responder esta pregunta. La evidencia de los estudios de cohortes en general fue de muy baja calidad, por lo que no se puede estar seguro acerca de estos resultados y no se pueden establecer conclusiones. En general los tres ensayos controlados aleatorios proporcionaron evidencia de calidad moderada o baja con respecto a los resultados sobre los que esta revisión tenía más interés. No fue posible establecer conclusiones acerca de los niños de países de ingresos bajos y medios porque 23 de los 24 estudios se realizaron en países de ingresos altos. Se requieren más estudios a largo plazo de alta calidad que también incluyan a niños de ámbitos de ingresos bajos y medios.
No se pudieron extraer conclusiones firmes. La evidencia limitada de tres ensayos que asignaron al azar a niños al asesoramiento o la educación alimentaria para reducir la ingesta total de grasas inferior (30% o menos de la ET) versus una ingesta habitual o modificada de grasas, pero sin la intención de reducir el peso, mostró reducciones pequeñas en el índice de masa corporal, el colesterol total y LDL en algunos puntos temporales con una ingesta inferior de grasas en comparación con los controles. No hubo efectos consistentes en el peso, los niveles de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) ni la altura. Las asociaciones en los estudios de cohortes que relacionaron la ingesta total de grasas con medidas más tardías de gordura corporal en los niños fueron inconsistentes y la calidad de esta evidencia fue en su mayoría muy baja. La mayoría de los estudios incluidos se realizaron en países de ingresos altos, y los resultados pueden no ser aplicables a ámbitos de ingresos bajos y medios. Se necesitan estudios a más largo plazo de alta calidad que incluyan ámbitos de ingresos bajos y medios para analizar los posibles efectos beneficiosos y los perjudiciales.
Como parte de los esfuerzos para prevenir el sobrepeso y la obesidad en la niñez, se necesita comprender la relación entre la ingesta total de grasas y la gordura corporal en niños en general sanos.
Evaluar los efectos y asociaciones de la ingesta total de grasas sobre medidas del peso y la gordura corporal en niños y jóvenes que no pretendían perder peso.
Para esta actualización se revisó la estrategia de búsqueda anterior y se implementó para todos los años en la Cochrane Library, MEDLINE (Ovid), MEDLINE (PubMed) y Embase (Ovid) (actualizada hasta el 23 de mayo de 2017). No se aplicaron límites de idioma y estado de publicación. Se buscaron estudios en curso y no publicados en la World Health Organization International Clinical Trials Registry Platform y en ClinicalTrials.gov (5 junio 2017).
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios (ECA) con niños de 24 meses a 18 años de edad, con o sin factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, que se asignaron a una dieta con un contenido inferior de grasas (30% o menos de la energía total [ET]) versus una dieta habitual o con un contenido moderado de grasas (mayor del 30% de la ET), sin la intención de reducir el peso, y que evaluaron una medida de peso o gordura corporal después de al menos seis meses. Se incluyeron los estudios de cohortes prospectivas si relacionaron la ingesta total de grasas inicial con el peso o la gordura corporal al menos 12 meses después.
Se obtuvieron los datos sobre los participantes, las intervenciones o las exposiciones, los controles y los resultados, las características de la calidad de los ensayos o las cohortes y los datos sobre los posibles modificadores del efecto, y se evaluó el riesgo de sesgo de todos los estudios incluidos. Se extrajeron los resultados del peso corporal y los niveles de lípidos en sangre a los seis meses, seis a 12 meses, uno a dos años, dos a cinco años y más de cinco años para los ECA; y para los estudios de cohorte, al inicio a un año, uno a dos años, dos a cinco años, cinco a 10 años y más de 10 años. Se planificó realizar metanálisis de efectos aleatorios con un subagrupamiento relevante, y análisis de sensibilidad y de los gráficos en embudo cuando los datos lo permitieron.
Se incluyeron 24 estudios que abarcaron tres ECA de grupos paralelos (n = 1054 asignados al azar) y 21 estudios analíticos de cohortes prospectivas (alrededor de 25 059 niños que completaron). Veintitrés estudios se realizaron en países de altos ingresos. No fue posible realizar metanálisis porque solo un ECA informó el mismo resultado en cada rango de puntos temporales para todos los resultados y los estudios de cohortes fueron muy heterogéneos para ser combinados..
Efectos del asesoramiento dietético para reducir la ingesta total de grasas de los ECA
Dos estudios reclutaron a niños de 4 a 11 años de edad y un tercero reclutó a niños de 12 a 13 años. Las intervenciones consistían en combinaciones de asesoramiento individual y de grupo, y sesiones de educación en clínicas, escuelas y hogares, impartidas por dietistas, nutricionistas, conductistas o maestros capacitados y supervisados. Las inquietudes con respecto a la imprecisión y el informe deficiente limitaron la confianza en los resultados. Además, la inclusión de niños con hipercolesterolemia en dos ensayos suscitó inquietudes acerca de la aplicabilidad.
Un estudio de asesoramiento dietético para reducir la ingesta total de grasa encontró que la intervención puede suponer poca o ninguna diferencia en el peso en comparación con la dieta habitual a los 12 meses (diferencia de medias (DM) -0,50 kg, intervalo de confianza (IC) del 95%: -1,78 a 0,78; n = 620; evidencia de baja calidad) y a los tres años (DM -0,60 kg, IC del 95%: -2,39 a 1,19; n = 612; evidencia de baja calidad). La educación impartida como un plan de estudios en el aula probablemente disminuyó el IMC de los niños a los 17 meses (DM -1,5 kg/m2, IC del 95%: -2,45 a -0,55; 1 ECA; n = 191; evidencia de calidad moderada). Los efectos fueron menores en el seguimiento a más largo plazo (cinco años: MD 0 kg/m2, 95% CI -0,63 a 0,63; n = 541; siete años; MD -0,10 kg/m2, 95% CI -0,75 a 0,55; n = 576; evidencia de baja calidad).
Es probable que el asesoramiento dietético reduzca ligeramente el colesterol total a los 12 meses en comparación con los controles (DM -0,15 mmol/l; IC del 95%: -0,24 a -0,06; 1 ECA; n = 618; evidencia de calidad moderada), pero puede lograr poco o ningún cambio durante períodos más largos. Es probable que el asesoramiento dietético reduzca ligeramente el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL) a los 12 meses (DM -0,12 mmol/l; IC del 95%: -0,20 a -0,04; 1 ECA; n = 618; evidencia de calidad moderada) y a los cinco años (DM -0,09, IC del 95%: -0,17 a -0,01; 1 ECA; n = 623; evidencia de calidad moderada) en comparación con los controles. Es probable que el asesoramiento dietético suponga poca o ninguna diferencia en el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) a los 12 meses (DM -0,03 mmol/l; IC del 95%: -0,08 a -0,02; 1 ECA; n = 618; evidencia de calidad moderada) y a los cinco años (DM -0,01 mmol/l, IC del 95%:-0,06 a -0,04; 1 ECA; n = 522; evidencia de calidad moderada). Del mismo modo, es probable que el asesoramiento suponga poca o ninguna diferencia en la concentración de triglicéridos a los 12 meses (DM -0,01 mmol/l; IC del 95%: -0,08 a -0,06; 1 ECA; n = 618; evidencia de calidad moderada). Una ingesta inferior de grasas versus una ingesta habitual o modificada de grasas puede lograr poco o ningún cambio en la altura a los siete años (DM -0,60 cm; IC del 95%: -2,06 a 0,86; 1 ECA; n = 577; evidencia de calidad baja).
Asociaciones entre la ingesta total de grasa, el peso y la grasa corporal de los estudios de cohorte
Más de la mitad de los análisis de cohortes que informaron sobre los resultados primarios indicaron que según aumenta la ingesta total de grasas, la gordura corporal se puede modificar en la misma dirección. Sin embargo, la heterogeneidad en los métodos y el informe en los estudios de cohortes, y sobre todo la evidencia de muy baja calidad, dificultaron establecer conclusiones firmes, y las relaciones verdaderas pueden ser significativamente diferentes.
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