El personal militar y de los servicios de emergencia de primera línea corre el riesgo de desarrollar TEPT (trastorno de estrés postraumático) y otras dificultades psicológicas relacionadas con el trauma si presencian situaciones potencialmente traumáticas. Dichos sucesos pueden incluir ser testigos de lesiones o muertes o la exposición a situaciones en las que el propio personal corre el riesgo de sufrir lesiones o morir. En teoría, podría ser posible desarrollar la resiliencia psicológica (capacidad para afrontar adversidades) de estos trabajadores antes de que se enfrenten a este tipo de situaciones, reduciendo así la aparición y la gravedad de la angustia tras las situaciones traumáticas. Esta revisión identificó y recopiló la evidencia de este tipo de programas de fomento de la resiliencia. Sólo se seleccionaron para la revisión los estudios que utilizaron un diseño de grupo experimental frente a un grupo control (ensayo controlado aleatorizado [ECA]/ECA por grupos). Se examinaron más de 6774 entradas y se seleccionaron 28 estudios para su inclusión en la revisión. Los programas incluidos en esta revisión se basaban en diferentes teorías ("orientación teórica") y se impartían de diferentes maneras (p.ej., en internet o sin internet; en grupo o individualmente). Todavía no hay suficiente evidencia que respalde la afirmación de que estos programas pueden crear resiliencia a los síntomas de estrés psicológico y prevenir un diagnóstico de TEPT tras incidentes críticos. Dicho esto, la base de evidencia existente tiene sus limitaciones. Hay una gran variedad en cómo los programas de fomento de la resiliencia se orientan teóricamente,se dirigen a poblaciones concretas, se imparten, utilizan el entorno y se miden sus desenlaces (con una mayor variedad en las escalas utilizadas dentro de los desenlaces específicos). Esto ha dificultado la posibilidad de establecer conclusiones sobre la eficacia de estos programas, ya que a menudo no son lo suficientemente semejantes como para hacer comparaciones justas. Las futuras evaluaciones deberán superar estas limitaciones, lo que permitirá determinar si estos programas tienen valor en la preparación y la formación previa al despliegue.
Aunque se han publicado varias evaluaciones de programas relevantes, la calidad de las mismas limita la capacidad para determinar si los programas de fomento de la resiliencia "funcionan" en términos de prevención de desenlaces negativos como la depresión, los síntomas de estrés postraumático y los diagnósticos de TEPT. Sobre la base de los hallazgos de esta revisión, se recomienda que los estudios de investigación futuros: a) informen sobre las puntuaciones medias y la desviación estándar previas y posteriores de las escalas utilizadas en los respectivos estudios; b) adopten la forma de ECA de gran tamaño con protocolos publicados de antemano; y c) traten de medir aspectos psicológicos definidos, como la resiliencia, el TEPT y el estrés, y midan estos conceptos con el uso de herramientas psicométricas establecidas. Esto proporcionará más seguridad en las futuras evaluaciones de la base de evidencia. Desde el punto de vista de las implicaciones clínicas, en general hay evidencia variada de que las intervenciones incluidas en esta revisión son efectivas para proteger al personal militar o a los trabajadores de los servicios de emergencias de primera línea de presentar desenlaces de salud mental negativos, incluido el TEPT, tras la exposición a situaciones potencialmente traumáticas. En función de ello, los profesionales que buscan fomentar la resiliencia en el personal deben ser conscientes de las limitaciones de la base de evidencia. Los profesionales deben tener expectativas modestas en relación con la eficacia de los programas de fomento de la resiliencia como enfoque profiláctico de los traumas por incidentes críticos relacionados con la profesión.
El personal militar y los trabajadores de emergencias de primera línea podrían estar expuestos a situaciones que pueden de precipitar desenlaces negativos para la salud mental, como la depresión, los síntomas de estrés postraumático e incluso el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Se han diseñado programas para fomentar la resiliencia psicológica antes de desplegar al personal sobre el terreno. Esta revisión presenta una síntesis de la literatura sobre estos "programas de fomento de la resiliencia antes del despliegue".
El objetivo de esta revisión fue evaluar la efectividad de los programas que buscan fomentar la resiliencia ante situaciones potencialmente traumáticas entre el personal militar y de los servicios de emergencia de primera línea antes de su despliegue. Estos programas de resiliencia se compararon con otras intervenciones, con el tratamiento habitual o con ninguna intervención.
Los estudios se identificaron a través de búsquedas en bases de datos electrónicas como Ovid MEDLINE, Embase, PsycINFO, Web of Science y Google Scholar. La búsqueda inicial tuvo lugar en enero de 2019, con una búsqueda actualizada completada a finales de septiembre de 2020.
Sólo se incluyeron los estudios que utilizaron una metodología de ensayo controlado aleatorizado (ECA)/ECA por conglomerados. Los programas evaluados deberían haber tratado de fomentar la resiliencia antes de la exposición al trauma. Los participantes del estudio debían tener 18 años o más y ser personal militar o trabajadores de primera línea de emergencias.
Se reunieron los estudios que cumplían los criterios de inclusión. Los datos extraídos incluyeron los métodos, información de los participantes, información de la intervención, información del comparador e información sobre los desenlaces. Los desenlaces principales de interés fueron la resiliencia, los síntomas de estrés postraumático y el TEPT. Los desenlaces secundarios de interés incluyeron el trastorno de estrés agudo, la depresión, el apoyo social, la capacidad de afrontamiento, la flexibilidad emocional, la autoeficacia, el funcionamiento social, los niveles subjetivos de agresión, la calidad del sueño, la calidad de vida y el estrés. También se completó la evaluación del riesgo de sesgo. En una síntesis narrativa de los resultados se incluyeron un total de 28 estudios.
Todos los estudios incluidos compararon una intervención experimental de fomento de la resiliencia versus un control o ninguna intervención. Se utilizó una amplia variedad de modalidades terapéuticas que incluyeron programas basados en la terapia cognitivo-conductual (TCC), programas basados en la biorretroalimentación, programas de gestión del estrés, los programas de conciencia plena (“mindfulness”) y relajación, los programas basados en la neuropsicología y los programas basados en la psicoeducación. Los desenlaces principales se especifican en esta sección, los desenlaces secundarios, como la depresión, el apoyo social, las habilidades de afrontamiento, la autoeficacia, los niveles subjetivos de agresión y el estrés se proporcionan en el texto. Ningún estudio informó sobre los siguientes desenlaces predefinidos: trastorno de estrés agudo, flexibilidad emocional, funcionamiento social, calidad del sueño y calidad de vida.
Resiliencia
Ocho estudios informaron sobre la resiliencia como desenlace. Los datos de estos estudios se resumieron de forma narrativa y las conclusiones muestran que cinco de estas intervenciones fueron exitosas para el fomento de la resiliencia en sus respectivas muestras. Dos de los estudios que proporcionaron resultados significativos utilizaron un enfoque de TCC para fomentar la resiliencia, mientras que los otros tres programas exitosos fueron intervenciones basadas en la conciencia plena.
Síntomas de estrés postraumático
La síntesis narrativa de los resultados incluyó ocho estudios. Dos de los ocho estudios dieron lugar a reducciones significativas de los síntomas de estrés postraumático en comparación con los controles. Estas intervenciones utilizaron modelos de intervención neuropsicológicos y de biorretroalimentación, respectivamente.
Casos de TEPT
Cuatro estudios informaron sobre los casos de TEPT como desenlace. La síntesis narrativa de los resultados indica que la evidencia con respecto a la efectividad de estas intervenciones para reducir el diagnóstico clínico de TEPT es variada. Un estudio sobre el programa Attention Bias Modification Training (AMBT) orientado a la neuropsicología tuvo éxito en la reducción de los síntomas de estrés postraumático y del número de participantes que recibieron un diagnóstico de TEPT. Un programa de gestión del estrés informó de que, cuando se controlaron las diferencias iniciales en los índices de problemas de salud mental previos al despliegue, los participantes del grupo control tenían un riesgo 6,9 veces mayor de presentar un diagnóstico de TEPT en comparación con los del grupo de intervención.
Debido a la diversidad de diseños de intervención y orientaciones teóricas utilizadas (que incluían programas de gestión del estrés, neuropsicológicos y psicoeducativos), no es posible afirmar con seguridad ni de forma definitiva la eficacia de los programas previos al despliegue para reducir los síntomas del estrés postraumático y el TEPT.
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