Mensajes clave
- Este estudio no encontró evidencia suficiente para mostrar que la metformina tenga un efecto sobre la función renal. Los hallazgos podrían haber estado limitados por el hecho de que la mayoría de los estudios observados se realizaron en dos poblaciones de pacientes concretas (personas con enfermedad renal quística o diabetes) y a menudo no informaron completamente sobre los efectos en la función renal.
- Se necesita más evidencia en forma de ensayos aleatorizados grandes y bien diseñados para evaluar de forma más robusta si la metformina puede ser un tratamiento protector a largo plazo en las personas con enfermedad renal crónica.
¿Por qué utilizar metformina para prevenir la progresión de la enfermedad renal crónica?
La enfermedad renal crónica reduce la capacidad de los riñones de eliminar productos de desecho del organismo. Existe evidencia que apunta a que la metformina, un medicamento utilizado tradicionalmente para la diabetes, podría ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad renal y a mantener la función renal.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso sabe si la metformina mejoró o mantuvo la función renal, redujo las posibilidad de una insuficiencia renal o redujo las posibilidades de morir. También se quería averiguar si la metformina se asoció con algún efecto secundario no deseado en personas con enfermedad renal.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que investigaran el uso de metformina comparado con placebo u otros medicamentos en personas con enfermedad renal crónica con o sin diabetes y función renal medida. Se compararon y resumieron los resultados de los estudios y la confianza en la evidencia se calificó en función de factores como la metodología, la claridad, la transparencia de los estudios y el número de pacientes incluidos.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 11 estudios que incluyeron a 8449 participantes. Cuatro estudios incluyeron a personas con enfermedades renales quísticas y siete estudios incluyeron a personas con diabetes. Tras revisar la evidencia, continuó sin estar claro si la metformina mejora o mantiene la función renal ni si reduce la posibilidad a largo plazo de desarrollar insuficiencia renal o de morir. El uso de metformina aumentó la probabilidad de padecer efectos secundarios conocidos como alteraciones digestivas.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Para la mayoría de desenlaces relacionados con el riñón y a largo plazo, los resultados no proporcionaron ningún grado de certeza con respecto a los posibles efectos de la metformina. Se observó que la calidad de los estudios fue muy variable. Algunos se presentaron solo como breves resúmenes con pocos detalles sobre su metodología y sus resultados, mientras que otros se consideraron de calidad baja por su diseño deficiente, la escasa cifra de pacientes incluidos y el sesgo debido a las discrepancias entre la metodología preestablecida y lo que finalmente se publicó. Solo uno de los 11 estudios se consideró investigación de calidad alta.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta el 19 de julio de 2023.
Esta revisión destaca la falta de ECA con información sobre los efectos de la metformina en la función renal, especialmente en pacientes con NC. La futura investigación en esta área requiere de ECA con suficiente potencia estadística que comparen la metformina con el placebo o la atención estándar en personas con NC. Esta revisión identificó siete estudios en curso, y las actualizaciones futuras, incluidos sus hallazgos, podrían aportar información adicional a los resultados de esta revisión.
La metformina se utiliza en el tratamiento de la diabetes desde hace décadas. Se trata de una intervención eficaz, de bajo coste y con un perfil de seguridad conocido. Cada vez hay más evidencia de que la metformina actúa sobre una serie de vías que conducen al daño renal crónico, por lo que su uso a largo plazo puede ralentizar el ritmo de deterioro de la función renal y la progresión de la nefropatía crónica (NC).
Evaluar el efecto del tratamiento con metformina sobre el deterioro de la función renal en pacientes con NC con o sin diabetes mellitus y valorar la seguridad y la tolerabilidad de la dosis en esta población.
Se realizaron búsquedas en el Registro de estudios del Grupo Cochrane de Riñón y trasplante (Cochrane Kidney and Transplant) hasta el 19 de julio de 2023 con la ayuda de un documentalista y el uso de términos de búsqueda pertinentes para esta revisión. Los estudios en el registro se identifican mediante búsquedas en CENTRAL, MEDLINE y EMBASE, en resúmenes de congresos, en el portal de búsqueda de la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos (ICTRP) y en ClinicalTrials.gov.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que proporcionaron desenlaces relacionados con el riñón con una duración mínima de 12 meses de administración de la intervención con metformina y cuyos criterios de elegibilidad incluyeron participantes adultos con i) un diagnóstico de NC de cualquier etiología y ii) con un diagnóstico de diabetes mellitus. Las comparaciones incluyeron placebo, ninguna intervención, intervenciones no farmacológicas, otros medicamentos antidiabéticos o cualquier otro control activo.
Se excluyeron los estudios que incluyeron a pacientes con cualquier modalidad de tratamiento de reemplazo renal.
Dos autores realizaron de forma independiente la extracción de datos mediante un formulario de extracción de datos estándar. La calidad metodológica de los estudios incluidos se evaluó mediante la herramienta Cochrane de riesgo de sesgo. Las estimaciones resumidas del efecto se obtuvieron mediante un modelo de efectos aleatorios y los resultados se expresaron como razones de riesgos (RR) y sus intervalos de confianza (IC) del 95% para los desenlaces dicotómicos y como la diferencia de medias (DM) y sus IC del 95% para los desenlaces continuos. La confianza en la evidencia se evaluó mediante el sistema GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation).
Esta revisión incluyó 11 estudios con información de 8449 participantes asignados al azar. Los estudios se llevaron a cabo en poblaciones de pacientes con poliquistosis renal autosómica dominante (PQRAD) (cuatro estudios) o diabetes mellitus (siete estudios). Seis estudios compararon la metformina con ningún control activo, cuatro compararon la metformina con controles activos (rosiglitazona, gliburida, pioglitazona o glipizida) y un estudio incluyó grupos de tratamiento que aleatorizaron a metformina, modificaciones del estilo de vida y la alimentación u otros tratamientos antidiabéticos.
El riesgo de sesgo de los estudios incluidos fue variable; dos estudios fueron publicados como resúmenes y se consideró que tenían un riesgo de sesgo alto en la mayoría de los dominios. Otro incluyó publicaciones que se consideraron con un riesgo de sesgo bajo en la mayoría de los dominios. En todas las comparaciones, las evaluaciones GRADE de la mayoría de los desenlaces se consideraron de certeza baja o muy baja, excepto las relativas a los efectos secundarios, la tolerancia y los retiros, que se consideraron de certeza moderada.
La evidencia apunta a que, en comparación con el placebo, la metformina podría dar lugar a i) un descenso ligeramente menor de la función renal (tres estudios, 505 participantes: DM 1,92 ml/min; IC del 95%: 0,33 a 3,51; I 2 = 0%; certeza baja), ii) efectos muy inciertos sobre la incidencia de insuficiencia renal (un estudio, 753 participantes: RR 1,20; IC del 95%: 0,17 a 8,49), iii) poco o ningún efecto sobre la muerte (tres estudios, 865 participantes: RR 1,00; IC del 95%: 0,76 a 1,32; I 2 = 0%; certeza moderada), iv) poco o ningún efecto sobre la incidencia de eventos adversos graves (tres estudios, 576 participantes: RR 1,15; IC del 95%: 0,76 a 1,72; I 2 = 0%; certeza moderada), y v) una probable mayor incidencia de intolerancia que conlleve al retiro del estudio que el placebo (cuatro estudios, 646 participantes: RR 2,19; IC del 95%: 1,46 a 3,27; I 2 = 0%; certeza moderada). La evidencia para la proteinuria fue muy incierta.
En comparación con otros controles activos (rosiglitazona, gliburida, pioglitazona o glipizida), la metformina i) mostró efectos muy inciertos sobre el deterioro de la función renal, ii) podría producir poca o ninguna diferencia en la muerte (tres estudios, 5608 participantes: RR 0,95; IC del 95%: 0,63 a 1,43; I 2 = 0%; certeza baja), iii) probablemente produzca poca o ninguna diferencia en la intolerancia que conlleve al retiro del estudio (tres estudios, 5593 participantes: RR 0,92; IC del 95%: 0,79 a 1,08; I 2 = 0%; certeza moderada), iv) probablemente produzca poca o ninguna diferencia en la incidencia de eventos adversos graves (dos estudios, 5545 participantes: RR 1,16; IC del 95%: 0,79 a 1,71; I 2 = 0%; certeza moderada), y v) podría aumentar el cociente albúmina-creatinina en orina (dos estudios, 3836 participantes: DM 14,61; IC del 95%: 8,17 a 21,05; I 2 = 0%; certeza baja). Ningún estudio informó sobre la insuficiencia renal.
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