¿Qué es la canalización intravenosa periférica?
La colocación de una vía intravenosa periférica es uno de los procedimientos más básicos en medicina. Consiste en introducir un tubo fino y flexible (conocido como catéter o sonda) en una vena mediante una aguja. Este proceso se conoce como "canalización". Es necesario cuando se administran líquidos, medicamentos y se extraen muestras de sangre.
La canalización intravenosa periférica suele realizarse viendo y tocando la vena escogida en la mano o el brazo. Es lo que se conoce como método convencional. A veces la colocación de una vía intravenosa periférica es difícil y requiere varias punciones si el personal sanitario no encuentra una vena adecuada. Si la canalización intravenosa periférica fracasa con el método convencional, el siguiente paso suele ser una vía venosa central en el cuello o el tórax. Sin embargo, la colocación de una vía venosa central puede tener complicaciones graves, como infección, trombosis (coágulos sanguíneos) y neumotórax (colapso pulmonar). También es más lenta y cara. Por lo tanto, la inserción de una vía central debe ser el último recurso.
¿Cómo puede ayudar la ecografía?
La ecografía puede encontrar venas aptas invisibles al ojo. La ecografía también permite a los profesionales sanitarios ver la aguja y las estructuras circundantes importantes que no se deben dañar al insertar el tubo. La guía ecográfica se utiliza a menudo para ayudar en la canalización venosa central, pero su utilidad para la canalización venosa periférica sigue sin estar clara.
¿Qué se quería averiguar?
Se quería averiguar si la guía por ecografía es útil y segura en comparación con el método convencional para la canalización intravenosa periférica en adultos. También se quería averiguar si el uso de la ecografía difería según si la canalización se clasificaba como difícil, moderadamente difícil o fácil.
¿Qué se hizo?
Se realizaron búsquedas sistemáticas de estudios que compararan los efectos de la guía ecográfica con el método convencional en la canalización intravenosa periférica en adultos. Se combinaron los estudios y la confianza en la evidencia se evaluó en función de factores como las metodologías y los tamaños de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 16 estudios con 2267 participantes que compararon la canalización intravenosa periférica con guía ecográfica con el método convencional a la vista y el tacto. El efecto de la guía por ecografía dependió de los niveles de dificultad de canalización de las personas según el método convencional. El mayor efecto se observó en las personas clasificadas como "difíciles" de coger una vía y el efecto fue menor a medida que disminuyó la dificultad.
- En los pacientes "difíciles", la ecografía podría aumentar el éxito de la canalización en el primer intento (es decir, la inserción satisfactoria del tubo en la primera vez), el éxito global de la canalización y no tuvo un efecto claro sobre el dolor de las personas.
- En los pacientes "moderadamente difíciles", la guía por ecografía probablemente aumentó el éxito de la canalización en el primer intento y no hubo un efecto claro sobre el dolor de las personas. Ningún estudio evaluó el éxito global de la canalización.
- En los pacientes "fáciles", la guía por ecografía redujo el éxito de la canalización en el primer intento y probablemente aumentó el dolor de las personas. Ningún estudio evaluó el éxito global de la canalización.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
No se tiene mucha confianza en esta evidencia porque los estudios no siempre midieron los desenlaces de forma fiable. Además, la forma de definir definieron los niveles de dificultad con el método convencional y el "fracaso de la punción" varió entre los estudios.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta evidencia está actualizada hasta noviembre de 2021. Se identificaron seis estudios en curso. En futuras actualizaciones se incluirán los resultados de estos estudios.
Mensajes clave
En las personas en las que la canalización intravenosa periférica mediante el método convencional resulta difícil, la guía por ecografía podría aumentar el éxito de la canalización en el primer intento y en general, y no tiene un efecto claro sobre el dolor. En pacientes moderadamente difíciles, la guía por ecografía probablemente aumente ligeramente el éxito de la canalización en el primer intento y podría no tener un efecto claro sobre el dolor. En los pacientes fáciles, la guía por ecografía reduce el éxito de la canalización en el primer intento y probablemente aumenta ligeramente el dolor.
La falta de definiciones comunes entre los estudios incluidos de los niveles de dificultad con el método convencional y el fracaso de la punción debilitó los resultados. Los estudios futuros deberían utilizar definiciones comunes.
Existe evidencia de certeza muy baja y baja de que, en comparación con el método convencional, la guía por ecografía podría beneficiar a los participantes difíciles por el mayor éxito de la canalización en el primer intento y en general, sin que se detectaran diferencias en cuanto al dolor. Existe evidencia de certeza moderada y baja de que, en comparación con el método convencional, la guía ecográfica podría beneficiar a los participantes moderadamente difíciles debido a un pequeño aumento del éxito de la canalización en el primer intento, sin que se detecten diferencias en el dolor. Existe evidencia de certeza moderada y alta de que, en comparación con el método convencional, la guía ecográfica no beneficia a los participantes fáciles: la ecografía disminuyó el éxito de la canalización en el primer intento sin que se detectaran diferencias en el éxito global de la canalización ni en el aumento del dolor.
La canalización intravenosa periférica es una de las intervenciones más básicas y habituales en medicina. A veces resulta difícil asegurar una línea periférica con el método convencional mediante la vista y la palpación (sin dispositivos de guía). La guía mediante ecografía se ha convertido en un procedimiento estándar para la canalización venosa central, pero su eficacia para lograr la canalización venosa periférica no está clara.
Evaluar la efectividad y la seguridad de la guía por ecografía en comparación con el método convencional para la canalización intravenosa periférica en adultos.
Se utilizaron los métodos exhaustivos estándares de búsqueda de Cochrane. La última fecha de búsqueda fue el 29 de noviembre de 2021.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados (ECA en los que los participantes se asignan de forma sistemática según datos como la fecha de nacimiento o de reclutamiento) que compararon los efectos de la guía ecográfica con el método convencional para la canalización intravenosa periférica en adultos.
Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Los desenlaces principales de esta revisión fueron el éxito de la canalización en el primer intento, el éxito global de la canalización y el dolor. Los desenlaces secundarios fueron la duración del procedimiento de canalización en el primer intento, la duración del procedimiento de canalización global, el número de intentos, la satisfacción del paciente y las complicaciones generales. Para evaluar la certeza de la evidencia se utilizó el método GRADE.
La colocación de una vía intravenosa periférica puede clasificarse en "difícil", "moderada" o "fácil". Se utilizan los términos "participantes difíciles", "participantes moderados/moderadamente difíciles" y "participantes fáciles" como forma abreviada de caracterizar el nivel de dificultad a la hora de colocar una línea periférica utilizando el método convencional de vista y palpación. Se utilizaron las definiciones de los estudios originales de los niveles de dificultad de la canalización intravenosa periférica con el método convencional. Se analizaron los resultados en estos subgrupos: "participantes difíciles", "participantes moderados" y "participantes fáciles". Se hizo así porque se esperaba que el efecto de la canalización venosa periférica guiada por ecografía fuera mayor en los participantes clasificados como "difíciles" y menor en los clasificados como "moderados" y "fáciles".
Se incluyeron 14 ECA y dos ensayos controlados cuasialeatorizados con 2267 participantes sometidos a canalización intravenosa periférica. Los participantes se clasificaron como "difíciles" en 12 estudios (880 participantes), "moderados" en un estudio (401 participantes) y "fáciles" en un estudio (596 participantes). Dos estudios (390 participantes) no restringieron por nivel de dificultad del método convencional. Las evaluaciones generales del riesgo de sesgo variaron entre baja y alta. Se consideró que los estudios presentaron un alto riesgo de sesgo, principalmente debido a las dudas acerca del cegamiento en el caso de los desenlaces subjetivos.
En los participantes difíciles, la guía ecográfica aumentó el éxito de la canalización en el primer intento (razón de riesgos [RR] 1,50; intervalo de confianza del 95% [IC del 95%]: 1,15 a 1,95; 10 estudios, 815 participantes; evidencia de certeza baja), y el éxito global de la canalización (RR 1,40; IC del 95%: 1,10 a 1,77; 10 estudios, 670 participantes; evidencia de certeza muy baja). No hubo diferencias claras en el dolor (diferencia de medias [DM] -0,20; IC del 95%: -1,13 a 0,72; cuatro estudios, 323 participantes; evidencia de certeza muy baja; escala de calificación numérica [ECN]: 0 a 10, donde 10 es el dolor máximo). La guía ecográfica aumentó la duración del procedimiento de canalización en el primer intento (DM 119,9 segundos; IC del 95%: 88,6 a 151,1; dos estudios, 219 participantes; evidencia de certeza baja) y la satisfacción del paciente (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,49; IC del 95%: 0,07 a 0,92; cinco estudios, 333 participantes; evidencia de certeza muy baja; ECN: 0 a 10 donde 10 es la máxima satisfacción). La guía ecográfica disminuyó el número de intentos de canalización (DM -0,33; IC del 95%: -0,64 a -0,02; nueve estudios, 568 participantes; evidencia de certeza muy baja). La guía ecográfica no mostró diferencias claras en la duración del procedimiento de canalización global (DM -24,9 segundos; IC del 95%: -323,1 a 273,3; ocho estudios, 413 participantes; evidencia de certeza muy baja) ni en las complicaciones generales (RR 0,64; IC del 95%: 0,37 a 1,10; cinco estudios, 431 participantes; evidencia de certeza baja).
En los participantes moderados, la guía ecográfica aumentó el éxito de la canalización en el primer intento (RR 1,14; IC del 95%: 1,02 a 1,27; un estudio, 401 participantes; evidencia de certeza moderada). Ningún estudio evaluó el éxito global de la canalización. No hubo diferencias claras en el dolor (DM 0,10; IC del 95%: -0,47 a 0,67; un estudio, 401 participantes; evidencia de certeza baja; ECN: 0 a 10, donde 10 es el dolor máximo). La guía ecográfica aumentó la duración del procedimiento de canalización en el primer intento (DM 95,2 segundos; IC del 95%: 72,8 a 117,6; un estudio, 401 participantes; evidencia de certeza alta). La guía ecográfica no mostró diferencias claras en las complicaciones generales (RR 0,83; IC del 95%: 0,38 a 1,82; un estudio, 401 participantes; evidencia de certeza moderada). Ningún estudio evaluó la duración del procedimiento de la canalización global, el número de intentos de canalización ni la satisfacción del paciente.
En los participantes fáciles, la guía ecográfica disminuyó el éxito de la canalización en el primer intento (RR 0,89; IC del 95%: 0,85 a 0,94; un estudio, 596 participantes; evidencia de certeza alta). Ningún estudio evaluó el éxito global de la canalización. La guía ecográfica aumentó el dolor (DM 0,60; IC del 95%: 0,17 a 1,03; un estudio, 596 participantes; evidencia de certeza moderada; ECN: 0 a 10, donde 10 es el dolor máximo). La guía ecográfica aumentó la duración del procedimiento de canalización en el primer intento (DM 94,8 segundos; IC del 95%: 81,2 a 108,5; un estudio, 596 participantes; evidencia de certeza alta). La guía ecográfica no mostró diferencias claras en las complicaciones generales (RR 2,48; IC del 95%: 0,90 a 6,87; un estudio, 596 participantes; evidencia de certeza moderada). Ningún estudio evaluó la duración del procedimiento de la canalización global, el número de intentos de canalización ni la satisfacción del paciente.
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