Mensajes clave
Los medicamentos neuromoduladores, como la gabapentina y la pregabalina, pueden ayudar a controlar la forma en que el organismo percibe el picor y responde a él. Estos medicamentos podrían reducir el picor después de la quemadura en comparación con los antihistamínicos orales.
Las modalidades físicas mostraron variaciones en su eficacia para reducir el prurito posterior a una quemadura. La terapia con masajes y el tratamiento con ondas de choque extracorpóreas probablemente reducen el prurito posterior a una quemadura en comparación con los controles pertinentes, mientras que el toque terapéutico podría aumentar el prurito posterior a una quemadura en comparación con la presencia de enfermeros.
Las intervenciones tópicas también mostraron variaciones en su eficacia para reducir el prurito posterior a una quemadura. La pomada de enalapril probablemente reduce el prurito posterior a una quemadura en comparación con el control placebo, mientras que la crema hidratante Provase podría no tener efectos sobre el prurito posterior a una quemadura en comparación con la crema hidratante control.
¿Qué es el prurito posterior a una quemadura?
El prurito posterior a una quemadura es una afección frecuente y bien reconocida que suele presentarse en dos marcos temporales y contextos clínicos distintos. El primero es el prurito transitorio de cicatrización, que se produce al principio de la cicatrización aguda y es muy frecuente pero de corta duración. El segundo es el prurito de las cicatrices de quemaduras, que es duradero y algo resistente al tratamiento.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso determinar qué intervenciones, comparadas con sus comparadores relativos, reducirían el prurito relacionado con las quemaduras.
Para cada una de las intervenciones se examinó:
- el cambio en el prurito relacionado con las quemaduras;
- los efectos perjudiciales (por ejemplo, somnolencia) después del tratamiento;
- la relación calidad-precio;
- el dolor;
- la satisfacción percibida por los participantes con la intervención;
- la cicatrización de las heridas;
- la calidad de vida.
¿Qué se hizo?
Se incluyeron estudios que reclutaron participantes de cualquier edad y sexo que experimentaran prurito en las quemaduras, el injerto o la zona donante y fueran tratados en cualquier ámbito asistencial. Se buscaron los estudios en los que:
- los participantes presentaban prurito relacionado con quemaduras (pero no los que corrían riesgo de sufrirlo);
- los participantes se asignaron al azar para evaluar el efecto de las distintas intervenciones con respecto a los comparadores pertinentes.
¿Qué se encontró?
Se incluyeron 25 estudios que evaluaron 21 intervenciones con un total de 1166 participantes. Seis estudios compararon medicamentos neuromoduladores con comparadores antihistamínicos o placebo. Cuatro estudios compararon diferentes tipos de láser con ningún tratamiento o placebo. Dos estudios compararon la estimulación eléctrica con la atención estándar o la estimulación simulada. Seis estudios compararon diferentes tipos de modalidades físicas (p. ej., terapia con masajes, toque terapéutico, tratamiento con ondas de choque extracorpóreas, reforzar el conocimiento sobre los apósitos de gel de silicona) con comparadores pertinentes. Cinco estudios compararon diferentes tipos de tratamientos tópicos (p. ej., gel de silicona, hidrogel, pomada de enalapril, crema hidratante Provase y crema de cera de abejas y aceite de hierbas) con comparadores pertinentes. Los otros dos estudios compararon diferentes terapias combinadas y a base de plantas.
- Aunque todos los estudios informaron cambios en el prurito relacionado con las quemaduras, solo cuatro informaron efectos perjudiciales. En ninguno de los estudios incluidos se informó sobre la relación calidad-precio, la satisfacción percibida por los participantes con la intervención ni la cicatrización de las heridas.
- En cuanto a los medicamentos neuromoduladores, aunque la gabapentina, la pregabalina y la doxepina podrían ser más eficaces para reducir el prurito posterior a una quemadura en comparación con los antihistamínicos orales, se tiene mayor confianza en que el ondansetrón probablemente reduzca el prurito posterior a una quemadura en comparación con los antihistamínicos orales.
- En cuanto a los tratamientos tópicos, el CQ-01 (hidrogel) podría ser más eficaz para reducir el prurito posterior a una quemadura en comparación con los controles pertinentes. La pomada de enalapril probablemente reduce el prurito posterior a una quemadura en comparación con el control placebo. La crema de gel de silicona y la crema hidratante Provase podrían tener poco o ningún efecto sobre el picor posterior a una quemadura. No fue posible determinar el efecto de la cera de abejas y la crema de aceite de hierbas sobre el prurito posterior a una quemadura debido a la falta de datos.
- En cuanto a las modalidades físicas, reforzar el conocimiento sobre los apósitos de gel de silicona podría ser más eficaz para reducir el prurito posterior a una quemadura en comparación con el conocimiento convencional acerca de ellas. La terapia con masajes y el tratamiento con ondas de choque extracorpóreas podrían ser más eficaces para reducir el prurito posterior a una quemadura en comparación con los controles pertinentes.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
No se tiene mucha confianza en la evidencia porque solo hubo uno o dos estudios disponibles para cada comparación y la mayoría de los estudios reclutaron a un escaso número de participantes (46 participantes de media). La mayoría de los estudios utilizaron métodos que podían introducir errores en sus resultados, como que los participantes supieran a qué grupo de tratamiento estaban asignados.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Este resumen está actualizado hasta septiembre de 2022.
Existe evidencia de certeza moderada a baja sobre los efectos de 21 intervenciones. La mayoría de los estudios fueron pequeños y tenían un alto riesgo de sesgo relacionado con el cegamiento y datos incompletos de los desenlaces. Cuando existe evidencia de certeza moderada, los médicos deben considerar la aplicabilidad de la evidencia a sus pacientes.
El prurito (picor) posterior a una quemadura es un síntoma frecuente y molesto que se experimenta en el sitio de una herida cicatrizada o en proceso de cicatrización de quemaduras o injertos. Existen tratamientos tópicos, sistémicos y físicos para controlar el prurito posterior a una quemadura; sin embargo, sigue sin estar clara su eficacia.
Evaluar los efectos de las intervenciones para tratar el prurito posterior a una quemadura en cualquier ámbito asistencial.
En septiembre de 2022 se hicieron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Heridas (Cochrane Wounds Group), en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (CENTRAL); Ovid MEDLINE (incluido In-Process & Other Non-Indexed Citations); Ovid Embase y EBSCO CINAHL Plus. También se realizaron búsquedas en registros de ensayos clínicos y se examinaron las referencias de las publicaciones pertinentes para identificar ensayos elegibles. No hubo restricciones con respecto al idioma, la fecha de publicación ni el lugar del estudio.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA) que reclutaron personas con prurito posterior a una quemadura para comparar una intervención para el prurito posterior a una quemadura con cualquier otra intervención, placebo o intervención simulada, o ninguna intervención.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. Se utilizó el sistema GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.
Se incluyeron 25 ECA que evaluaron 21 intervenciones con 1166 participantes asignados al azar. Estas 21 intervenciones se pueden agrupar en seis categorías: fármacos neuromoduladores (como doxepina, gabapentina, pregabalina, ondansetrón), tratamientos tópicos (como hidrogel CQ-01, gel de silicona, pomada de enalapril, crema hidratante Provase, cera de abeja y crema de aceite de hierbas), modalidades físicas (como terapia con masajes, toque terapéutico, tratamiento con ondas de choque extracorpóreas, reforzar el conocimiento sobre los apósitos de gel de silicona), revisión de las cicatrices con láser (láser de colorante pulsado, láser pulsado de alta intensidad, láser fraccionado de CO2), estimulación eléctrica (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, estimulación transcraneal por corriente directa), y otros tratamientos (combinación de cetirizina/cimetidina, té de bálsamo de limón [melisa]). La mayoría de los ECA se realizaron en hospitales académicos y tenían un alto riesgo de sesgo de realización, desgaste y detección. Aunque 24 de los 25 estudios incluidos informaron sobre el cambio en el prurito relacionado con las quemaduras, los desenlaces secundarios como la coste-efectividad, el dolor, la percepción del paciente, la cicatrización de la herida y la calidad de vida relacionada con la salud de los participantes no se informaron o se informaron de forma incompleta.
Fármacos neuromoduladores versus antihistamínicos o placebo
Existe evidencia de certeza baja de que la doxepina en crema podría reducir el prurito relacionado con las quemaduras en comparación con el antihistamínico oral (diferencia de medias [DM] -2,60 en una escala visual analógica [EVA] de 0 a 10; intervalo de confianza [IC] del 95%: -3,79 a -1,42; dos estudios, 49 participantes). Un cambio de 2 puntos representa una diferencia mínima clínicamente importante (DMCI). Debido a la evidencia de certeza muy baja, no se sabe con certeza si la doxepina en crema influye en la incidencia de somnolencia como evento adverso en comparación con el antihistamínico oral (razón de riesgos [RR] 0,64; IC del 95%: 0,32 a 1,25; un estudio, 24 participantes). En el estudio incluido no se aportaron datos sobre el dolor.
Existe evidencia de certeza baja de que la gabapentina podría reducir el prurito relacionado con las quemaduras en comparación con la cetirizina (DM -2,40 en la EVA; IC del 95%: -4,14 a -0,66; un estudio, 40 participantes). Un cambio de 2 puntos representa una DMCI. Existe evidencia de certeza baja de que la gabapentina reduce la incidencia de somnolencia en comparación con la cetirizina (RR 0,02; IC del 95%: 0,00 a 0,38; un estudio, 40 participantes). En el estudio incluido no se aportaron datos sobre el dolor.
Existe evidencia de certeza baja de que la pregabalina podría dar lugar a una reducción de la intensidad del prurito relacionado con las quemaduras en comparación con la cetirizina con maleato de feniramina (DM -0,80 en la EVA; IC del 95%: -1,24 a -0,36; un estudio, 40 participantes). Un cambio de 2 puntos representa una DMCI. Existe evidencia de certeza baja de que la pregabalina reduce la incidencia de somnolencia en comparación con la cetirizina (RR 0,04; IC del 95%: 0,00 a 0,69; un estudio, 40 participantes). En el estudio incluido no se aportaron datos sobre el dolor.
Existe evidencia de certeza moderada de que el ondansetrón probablemente produce una reducción de la intensidad del prurito relacionado con las quemaduras en comparación con la difenhidramina (DM -0,76 en una escala numérica analógica [ENA] de 0 a 10; IC del 95%: -1,50 a -0,02; un estudio, 38 participantes). Un cambio de 2 puntos representa una DMCI. En el estudio incluido no se informaron datos sobre el dolor ni los eventos adversos.
Tratamientos tópicos versus comparadores pertinentes
Hay evidencia de certeza moderada de que la pomada de enalapril probablemente disminuye el prurito medio relacionado con las quemaduras en comparación con el control con placebo (DM -0,70 en una tabla de puntuación de 0 a 4 para el prurito; IC del 95%: -1,04 a -0,36; un estudio, 60 participantes). En el estudio incluido no se informaron datos sobre el dolor ni los eventos adversos.
Modalidades físicas versus comparadores pertinentes
En comparación con la atención estándar, existe evidencia de certeza baja de que el masaje podría reducir el prurito relacionado con las quemaduras (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,86; IC del 95%: -1,45 a -0,27; dos estudios, 166 participantes) y el dolor (DME -1,32; IC del 95%: -1,66 a -0,98). Estas DME equivalen a una reducción de 4,60 puntos del prurito y de 3,74 puntos del dolor en una EVA de 10 puntos. Un cambio de 2 puntos en la EVA en el picor representa una DMCI. No se informaron datos sobre los eventos adversos en los estudios incluidos.
Existe evidencia de certeza baja de que el tratamiento con ondas de choque extracorpóreas podría reducir el prurito relacionado con las quemaduras en comparación con la estimulación simulada (DME -1,20; IC del 95%: -1,65 a -0,75; dos estudios, 91 participantes). Esto equivale a una reducción del prurito de 5,93 puntos en una Pruritus Severity Scale de 22 puntos y 12 ítems. Existe evidencia de certeza baja de que el tratamiento con ondas de choque extracorpóreas podría reducir el dolor en comparación con la estimulación simulada (DM 2,96 en un umbral de dolor a la presión de 0 a 25; IC del 95%: 1,76 a 4,16; un estudio, 45 participantes). No se informaron datos sobre los eventos adversos en los estudios incluidos.
Revisión de las cicatrices con láser versus controles no tratados o placebo
Existe evidencia de certeza moderada de que el láser pulsado de alta intensidad probablemente produce una reducción de la intensidad del prurito relacionado con las quemaduras en comparación con el láser placebo (DM -0,51 en la Itch Severity Scale [ISS] de 0 a 1; IC del 95%: -0,64 a -0,38; un estudio, 49 participantes). Existe evidencia de certeza moderada de que el láser pulsado de alta intensidad probablemente reduce el dolor en comparación con el láser placebo (DM -3,23 EVA; IC del 95%: -5,41 a -1,05; un estudio, 49 participantes). No se informaron datos sobre los eventos adversos en los estudios incluidos.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.