¿Pueden las intervenciones psicológicas o educativas (o las combinaciones de ambas) reducir las caídas en adultos mayores que viven en casa?

Mensajes clave

– Una intervención psicológica (que incluya entrevistas motivacionales [un método que pretende modificar conductas abordando incertidumbres y fomentando el compromiso personal) y asesoramiento) combinada con educación personalizada (por ejemplo, consejos sobre ejercicio o medicación) apenas influye en el número de personas que se caen, pero es probable que reduzca el número de veces que se caen (aunque no está claro en qué medida).

– No hubo suficiente evidencia de calidad alta tener certeza de los efectos de las distintas intervenciones psicológicas o educativas por separado.

¿Qué se quiso averiguar?

A medida que envejecemos, somos más propensos a caernos y posiblemente a hacernos daño. Se estima que uno de cada tres adultos mayores se cae cada año, lo que puede afectar su autonomía y los años de vida con buena salud. Las caídas se producen por muchos motivos, y el ejercicio y las intervenciones personalizadas según los distintos factores de riesgo (como la debilidad muscular, la vista, el entorno o la medicación) podrían reducir las caídas. Si nos preocupa caernos, podemos limitar las actividades que hacemos, lo cual podría aumentar el riesgo de caídas. Las intervenciones psicológicas tratan de reducir las preocupaciones sobre las caídas, mejorar la concienciación o la motivación para tomar medidas para evitar las caídas. La educación trata de informar a las personas sobre las maneras de reducir el riesgo de caer. Se quiso observar si las intervenciones psicológicas o educativas (o las combinaciones de ambas) podrían ayudar a reducir las caídas en adultos mayores que viven en su casa.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que compararan las siguientes intervenciones frente a la atención habitual para las personas mayores que viven en su casa:

– Terapia cognitivo-conductual (terapia de conversación que puede ayudar a las personas a controlar sus problemas modificando su forma de pensar y comportarse).

– Entrevistas motivacionales (un método que pretende aumentar la motivación de la persona por mejorar conductas analizando sus dudas y fomentando el compromiso personal).

– Otras intervenciones psicológicas, como la imaginación afectiva guiada (una técnica en la que las personas aprenden a usar su imaginación para ayudar a reducir los sentimientos negativos) o el asesoramiento («coaching»).

– Educación (personalizada a los factores de riesgo personales; que abarca varios temas, como ejercicio, calzado y medicación; o un solo tema, como el entorno doméstico).

– Intervención psicológica combinada con educación.

Se compararon y resumieron los resultados, y se evaluó la confianza en la evidencia. Se exploraron los desenlaces de número de caídas, cifra de personas que se caen, cifra de personas que se cayeron y tuvieron una fractura, cifra de personas que se cayeron y precisaron atención médica, ingreso hospitalario, preocupaciones sobre las caídas y efectos no deseados.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 37 estudios con 17 478 personas que vivían en su casa con edades comprendidas entre avanzados los 60 y más de 80 (el 71% eran mujeres). En el estudio más grande se incluyeron 4667 personas y en el más pequeño, 40. Los estudios se realizaron en todo el mundo, pero sobre todo en Estados Unidos (seis estudios), Irán (seis estudios) y Australia (cinco estudios). En 15 estudios se observó a las personas durante menos de seis meses y en 17 estudios durante 12 meses o más. Los estudios evaluaron la educación (24 estudios), las intervenciones cognitivo-conductuales (seis estudios), las entrevistas motivacionales (tres estudios), otras intervenciones psicológicas (tres estudios) o una intervención psicológica combinada con educación (un estudio). La financiación de 28 estudios fue pública (por ejemplo, de universidades, becas y organizaciones benéficas).

Resultados principales

Se observó que una intervención psicológica (entrevistas motivacionales/asesoramiento) combinada con educación personalizada no supone apenas una diferencia en la cifra de personas que se caen (un estudio, 430 personas), probablemente apenas suponga una diferencia en la preocupación por las caídas (un estudio, 353 personas), pero probablemente reduzca la cifra de caídas (aunque podría ser en mayor o menor medida; un estudio, 430 personas). Un estudio informó de que no hubo efectos no deseados (430 personas).

Se observó que la educación adaptada a los factores de riesgo de una persona produce poca o ninguna diferencia en el número de caídas (dos estudios, 777 personas), y no está clara la evidencia sobre las fracturas relacionadas con las caídas (dos estudios, 510 personas). La educación que abarca varios temas podría mejorar la preocupación por las caídas (un estudio, 459 personas). La evidencia de la educación en otros desenlaces no está clara o no se evaluó.

Las intervención cognitivo-conductuales podrían suponer poca o ninguna diferencia en el número de personas que se caen (cuatro estudios; 1286 personas) y en una ligera reducción de la preocupación sobre las caídas (tres estudios; 1132 personas).

La evidencia de las intervenciones psicológicas para otros desenlaces no está clara o no se evaluó.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Se tiene una confianza moderada a alta en los resultados para la intervención psicológica y educativa combinada. Se debe a que el estudio fue grande y estaba bien realizado.

Para el resto de intervenciones, se confía menos en los resultados y los resultados de futuros estudios podrían diferir de los de esta revisión. Hubo problemas con los diseños de los estudios y los hallazgos no estaban claros. Los estudios actuales no midieron todos los desenlaces de interés para la revisión.

La mayoría de los estudios se realizaron en países de ingresos altos.

¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?

La evidencia está actualizada hasta el 6 de junio de 2023.

Conclusiones de los autores: 

La evidencia indica que una combinación de intervención psicológica y educativa probablemente reduce la tasa de caídas (aunque no de personas que se caen) sin afectar a los eventos adversos. En general, la evidencia de intervenciones psicológicas por separado o de solo educación es de certeza baja o muy baja; la futura investigación podría modificar la confianza y el conocimiento de los efectos. Las intervenciones cognitivo-conductuales podrían mejorar ligeramente la preocupación acerca de las caídas, pero podrían no ayudar a reducir la cifra de personas que se caen. Ciertos tipos de educación (como la educación con varios componentes) podrían también ayudar a reducir la preocupación acerca de las caídas, pero no reducir necesariamente la cifra de caídas.

La futura investigación debería cumplir los estándares de informe a la hora de describir las intervenciones empleadas y explorar cómo podrían funcionar, para comprender mejor qué podría funcionar mejor para quién y en qué situación. Hay especial falta de evidencia de países de ingresos bajos y medios.

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Antecedentes: 

Los adultos mayores corren un mayor riesgo tanto de caídas como de lesiones relacionadas con estas. Las caídas se deben a varias causas y existen muchas intervenciones que tratan de prevenirlas, entre las que se incluyen las intervenciones psicológicas y educativas. Las intervenciones educativas tienen como objetivo aumentar la comprensión de las personas mayores acerca de lo que pueden hacer para prevenir las caídas, y las intervenciones psicológicas pretenden mejorar la confianza/motivación para participar en actividades que podrían prevenir las caídas. Esta revisión es una actualización de la evidencia anterior para centrarse en las intervenciones psicológicas y educativas para la prevención de las caídas en los adultos mayores que viven en la comunidad.

Objetivos: 

Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de las intervenciones psicológicas (como la terapia cognitivo-conductual; con o sin un componente educativo) y las intervenciones educativas para prevenir las caídas en las personas mayores que viven en la comunidad.

Métodos de búsqueda: 

Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, otras cuatro bases de datos y dos registros de ensayos hasta junio de 2023. También se examinaron las listas de referencias y se realizó un seguimiento de citas.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados con personas de a partir de 60 años que vivían en la comunidad que exploraran la efectividad de las intervenciones psicológicas (como la terapia cognitivo-conductual) o las intervenciones educativas (o ambas) para prevenir las caídas.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. El desenlace principal fue la tasa de caídas. También se exploraron: cifra de personas que se caen, personas con fracturas relacionadas con caídas, personas con caídas que requirieron atención médica, personas con ingresos hospitalarios relacionados con caídas, desenlaces psicológicos relacionados con caídas (es decir, preocupación por caerse); calidad de vida relacionada con la salud; y eventos adversos.

Resultados principales: 

Se incluyeron 37 estudios (seis sobre intervenciones cognitivo-conductuales; tres sobre entrevistas motivacionales; tres sobre otras intervenciones psicológicas; nueve sobre educación multifactorial [personalizada]; 12 sobre educación de varios temas; dos sobre educación monotemática; uno con un tipo de educación poco claro; y uno con intervención psicológica junto con educación). Los estudios asignaron al azar a 17 478 participantes (71% mujeres; media de edad de 73 años). La mayoría de los estudios tuvieron riesgo alto o incierto de sesgo en al menos un dominio.

Intervenciones cognitivo-conductuales

Las intervenciones cognitivo-conductuales suponen una diferencia escasa o nula en la cifra de personas que se caen (razón de riesgos [RR] 0,92; intervalo de confianza [IC] del 95% 0,82 a 1,02; cuatro estudios, 1286 participantes; evidencia de certeza baja) y hubo una ligera reducción en las preocupaciones sobre las caídas (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,30; IC del 95%: -0,42 a -0,19; tres estudios; 1132 participantes; evidencia de certeza baja). Falta evidencia o esta es muy incierta con respecto al efecto de las intervenciones cognitivo-conductuales en otros desenlaces.

Entrevistas motivacionales

La evidencia es muy incierta con respecto al efecto de las entrevistas motivacionales en la tasa de caídas, la cifra de personas que se caen y desenlaces psicológicos relacionados con las caídas. No se dispuso de evidencia sobre los efectos de las entrevistas motivacionales en las personas con fracturas relacionadas con una caída, las caídas que precisan de atención médica, los ingresos hospitalarios relacionados con una caída ni los eventos adversos.

Otras intervenciones psicológicas

La evidencia es muy incierta con respecto al efecto del asesoramiento en salud sobre la tasa de caídas, la cifra de personas que se caen, las personas que sufren una fractura relacionada con una caída, los ingresos hospitalarios relacionados con caídas; el efecto de otras intervenciones psicológicas sobre estos desenlaces no se midió. La evidencia es muy incierta con respecto al efecto del asesoramiento en salud, la imaginación afectiva guiada y la práctica mental en los desenlaces psicológicos relacionados con las caídas. El efecto de otras intervenciones psicológicas sobre las caídas que precisan atención médica o los eventos adversos no se midió.

Educación multifactorial

La educación multifactorial (personalizada) supone poca o ninguna diferencia en la tasa de caídas (cociente de tasas [CT] 0,95; IC del 95%: 0,77 a 1,17; dos estudios; 777 participantes; evidencia de certeza baja). El efecto de la educación multifactorial en personas con fracturas relacionadas con caídas fue muy impreciso (RR 0,66; IC del 95%: 0,29 a 1,48; dos estudios, 510 participantes; evidencia de certeza baja) y la evidencia es muy incierta con respecto a sus efectos en la cifra de personas que se caen. No hubo evidencia para otros desenlaces.

Educación con varios componentes

La educación con varios componentes podría mejorar los desenlaces psicológicos relacionados con las caídas (DM -2,94; IC del 95%:-4,41 a -1,48; un estudio, 459 participantes; evidencia de certeza baja). Sin embargo, la evidencia es muy incierta con respecto a su efecto sobre todos los demás desenlaces.

Educación monotemática

La evidencia es muy incierta con respecto al efecto de la educación monotemática en la tasa de caídas, la cifra de personas que se caen y los desenlaces psicológicos relacionados con las caídas. No hubo evidencia para otros desenlaces.

intervenciones psicológicas junto con educación

Es probable que las entrevistas motivacionales/asesoramiento combinados con educación multifactorial (personalizada) reduzcan la tasa de caídas (aunque la magnitud del efecto no está clara; cociente de tasas 0,65; IC del 95%: 0,43 a 0,99; un estudio, 430 participantes; evidencia de certeza moderad), pero provoquen poca o ninguna diferencia en la cifra de personas que se caen (RR 0,93; IC del 95%: 0,76 a 1,13; un estudio, 430 participantes; evidencia de certeza alta). Es probable que suponga una diferencia escasa o nula en los desenlaces psicológicos relacionados con las caídas (DM 0,70; IC del 95%: -1,81 a 0,41; un estudio, 353 participantes; evidencia de certeza moderada). No se detectaron eventos adversos (un estudio, 430 participantes; evidencia de certeza moderada). No hubo evidencia de la intervención psicológica junto con educación para otros desenlaces.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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