¿La pioglitazona previene o retrasa la diabetes tipo 2 y sus complicaciones en personas con riesgo de desarrollar diabetes mellitus de tipo 2?

¿Qué es la diabetes tipo 2?

La diabetes tipo 2, también conocida como diabetes de aparición en la edad adulta, es el tipo más común de diabetes. Evita que el cuerpo utilice la insulina de forma adecuada. La insulina es una hormona que ayuda al cuerpo a regular los niveles de azúcar en la sangre. Las personas con diabetes tipo 2 pueden tener efectos a largo plazo (complicaciones de la diabetes), como enfermedades de los ojos o los riñones, o desarrollar úlceras en los pies. Se dice que las personas con niveles de azúcar en sangre moderadamente elevados (a menudo denominado "prediabetes") tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes. La pioglitazona es un medicamento para reducir el nivel de azúcar en la sangre, que se utiliza para tratar a las personas con diabetes tipo 2.

¿Qué se quería averiguar?

Se quería saber si la pioglitazona también se puede utilizar para prevenir o retrasar la diabetes tipo 2 en personas con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Se examinaron los efectos de la pioglitazona sobre desenlaces importantes para los pacientes, como las complicaciones de la diabetes, la muerte por cualquier causa, la calidad de vida relacionada con la salud y los efectos no deseados del tratamiento.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que investigaran la pioglitazona utilizada para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2. Los participantes debían tener niveles elevados de azúcar en la sangre, pero más bajos que los niveles de diagnóstico para la diabetes, y no debían presentar otras enfermedades. Los estudios debían aplicar la intervención (pioglitazona) por al menos 24 semanas.

Qué se encontró

Se encontraron 27 ensayos controlados aleatorizados (estudios clínicos en los que los participantes son asignados al azar a uno de dos o más grupos de tratamiento) con un total de 4186 participantes. Los estudios compararon la pioglitazona con otros medicamentos antidiabéticos, dieta y ejercicio, placebo (un tratamiento "simulado") o ninguna intervención. Veintitrés de 27 estudios se realizaron en China. Los estudios duraron entre 24 semanas y tres años.

Esta evidencia está actualizada hasta noviembre de 2019.

Resultados clave

Cinco estudios compararon la pioglitazona con otros medicamentos antidiabéticos (metformina, acarbosa o repaglinida) y un estudio comparó la pioglitazona con la dieta y el ejercicio. No hubo efectos beneficiosos ni perjudiciales claros sobre el riesgo de desarrollar diabetes al comparar las medicinas.

Seis estudios compararon la pioglitazona con el placebo. Hubo una reducción o retraso en el desarrollo de la diabetes tipo 2: 188 de 1000 personas tratadas con placebo desarrollaron diabetes tipo 2 en comparación con 75 de cada 1000 personas tratadas con pioglitazona (posible dispersión: 32 por 1000 a 179 por 1000).

Veintitrés estudios compararon la pioglitazona con ninguna intervención. Hubo una reducción o retraso en el desarrollo de la diabetes tipo 2: 193 de 1000 personas con ninguna intervención desarrollaron diabetes tipo 2 en comparación con 60 de 1000 tratadas con pioglitazona (posible dispersión: 44 por 1000 a 77 por 1000).

Sólo unos pocos estudios informaron sobre las muertes por cualquier causa, los efectos graves no deseados, los ataques cardíacos no mortales o los ictus. No fue posible detectar efectos beneficiosos ni perjudiciales claros de la pioglitazona en estos desenlaces. Ninguno de los estudios incluidos informó sobre la calidad de vida relacionada con la salud o los efectos socioeconómicos (como los costos de la intervención, la ausencia al trabajo, el consumo de medicamentos).

Se encontraron dos estudios en curso que potencialmente se podrían incluir en esta revisión. Estos estudios pueden contribuir con datos de alrededor de 2694 participantes en futuras actualizaciones de esta revisión.

Los estudios de investigación futuros se deberían centrar en si el efecto de la pioglitazona se mantiene después de que las personas dejan de tomarla. Además, los estudios de investigación se deberían centrar en los desenlaces importantes para el paciente, como los efectos no deseados y las complicaciones de la diabetes.

Calidad de la evidencia

Todos los estudios tuvieron problemas en sus métodos o en la forma en que informaron los resultados. Además, muchos desenlaces no se informaron en ningún estudio o sólo se informaron en unos pocos. Por lo tanto, no se sabe con certeza si la pioglitazona previene o retrasa la diabetes tipo 2 en las personas con riesgo de desarrollar la enfermedad.

Conclusiones de los autores: 

La pioglitazona redujo o retrasó el desarrollo de la DMT2 en personas con mayor riesgo de DMT2 en comparación con el placebo (evidencia de certeza baja) y en comparación con ninguna intervención (evidencia de certeza moderada). No está claro si el efecto de la pioglitazona se mantiene una vez que se interrumpe. La pioglitazona, en comparación con la metformina, no mostró ni ventajas ni inconvenientes en cuanto a la aparición de DMT2 en personas con mayor riesgo (evidencia de certeza baja).

Los datos y la información sobre la mortalidad por todas las causas, los EAG y las complicaciones micro y macrovasculares en general fueron escasos. Ninguno de los estudios incluidos informó sobre la CdVRS o los efectos socioeconómicos.

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Antecedentes: 

El término prediabetes se utiliza para describir a una población con un elevado riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (DMT2). Con las proyecciones de un aumento de la incidencia de la DMT2, la prevención o el retraso de la enfermedad y sus complicaciones es primordial. Actualmente se desconoce si la pioglitazona es beneficiosa para el tratamiento de las personas con mayor riesgo de desarrollar la DMT2.

Objetivos: 

Evaluar los efectos de la pioglitazona para la prevención o el retraso de la DMT2 y las complicaciones asociadas en las personas con riesgo de desarrollar DMT2.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, bases de datos chinas, el portal de búsqueda ICTRP y ClinicalTrials.gov. No se aplicaron restricciones de idioma. Además, se investigaron las listas de referencia de todos los estudios y revisiones incluidos. Se intentó establecer contacto con todos los autores de los estudios. La fecha de la última búsqueda en las bases de datos fue noviembre de 2019 (marzo de 2020 para las bases de datos chinas).

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) con una duración mínima de 24 semanas, y participantes diagnosticados con hiperglucemia intermedia sin enfermedades concomitantes, que compararon la pioglitazona como monoterapia o como parte de un tratamiento dual con otros fármacos hipoglucemiantes, intervenciones de modificación de la conducta, placebo o ninguna intervención.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión, de forma independiente, revisaron los resúmenes, leyeron los artículos de texto completo y las entradas, evaluaron el riesgo de sesgo y extrajeron los datos. Se utilizó un modelo de efectos aleatorios para realizar el metanálisis, y se calcularon las razones de riesgos (RR) para los desenlaces dicotómicos y las diferencias de medias (DM) para los desenlaces continuos, con los intervalos de confianza (IC) del 95% para las estimaciones del efecto. La certeza de la evidencia se evaluó con GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron 27 estudios con un total de 4186 participantes asignados al azar. El tamaño de los estudios individuales varió entre 43 y 605 participantes y la duración varió entre seis y 36 meses. Se consideró que ninguno de los estudios incluidos tuvo bajo riesgo de sesgo en todos los dominios de "Riesgo de sesgo". La mayoría de los estudios identificaron a las personas con mayor riesgo de presentar DMT2 por la alteración de la glucosa en ayunas o la alteración de la tolerancia a la glucosa (IGT), o ambas.

Las principales medidas de desenlace fueron la mortalidad por todas las causas, la incidencia de DMT2, los eventos adversos graves (EAG), la mortalidad cardiovascular, el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular no mortal (IM/ACNM), la calidad de vida relacionada con la salud (CdVRS) y los efectos socioeconómicos. Las siguientes comparaciones en su mayoría sólo informaron de una fracción del principal conjunto de desenlaces.

Tres estudios compararon la pioglitazona con la metformina. No informaron de la mortalidad por todas las causas y cardiovascular, ni del IM/ACNM, la CdVRS o los efectos socioeconómicos. La incidencia de DMT2 fue de 9/168 participantes de los grupos de pioglitazona versus 9/163 participantes de los grupos de metformina (RR 0,98; IC del 95%: 0,40 a 2,38; p = 0,96; tres estudios, 331 participantes; evidencia de certeza baja). En dos estudios (201 participantes; evidencia de certeza baja) no se informó sobre los EAG. Un estudio comparó la pioglitazona con la acarbosa. La incidencia de DMT2 fue de 1/50 participantes del grupo de pioglitazona versus 2/46 participantes del grupo de acarbosa (evidencia de certeza muy baja). Ningún participante presentó EAG (evidencia de certeza muy baja). Un estudio comparó la pioglitazona con la repaglinida. La incidencia de DMT2 fue de 2/48 participantes del grupo de pioglitazona versus 1/48 participantes del grupo de repaglinida (evidencia de certeza baja). Ningún participante presentó EAG (evidencia de certeza baja).

Un estudio comparó la pioglitazona con una consulta personalizada de dieta y ejercicios. No se informó de la mortalidad por todas las causas y cardiovascular, ni del IM/ACNM, la CdVRS o los efectos socioeconómicos. La incidencia de DMT2 fue de 2/48 participantes del grupo de pioglitazona versus 5/48 participantes del grupo de consulta de dieta y ejercicios (evidencia de certeza baja). Ningún participante presentó EAG (evidencia de certeza baja).

Seis estudios compararon la pioglitazona con el placebo. Ningún estudio informó sobre la CdVRS ni los efectos socioeconómicos. La mortalidad por todas las causas fue de 5/577 participantes de los grupos de pioglitazona versus 2/579 participantes de los grupos placebo (odds ratio de Peto 2,38; IC del 95%: 0,54 a 10,50; p = 0,25; cuatro estudios, 1156 participantes; evidencia de certeza muy baja). La incidencia de DMT2 fue de 80/700 participantes de los grupos de pioglitazona versus 131/695 participantes de los grupos placebo (RR 0,40; IC del 95%: 0,17 a 0,95; p = 0,04; seis estudios, 1395 participantes; evidencia de certeza baja). Hubo 3/93 participantes con EAG de los grupos de pioglitazona versus 1/94 participantes de los grupos placebo (RR 3,00; IC del 95%: 0,32 a 28,22; p = 0,34; dos estudios, 187 participantes; evidencia de certeza muy baja). Sin embargo, el estudio más grande de esta comparación no distinguió entre eventos adversos graves y no graves. Este estudio informó que 121/303 (39,9%) participantes del grupo de pioglitazona versus 151/299 (50,5%) participantes del grupo placebo presentaron un evento adverso (p = 0,03). Un estudio observó la mortalidad cardiovascular en 2/181 participantes del grupo de pioglitazona versus 0/186 participantes del grupo placebo (RR 5,14; IC del 95%: 0,25 a 106,28; p = 0,29; evidencia de certeza muy baja). Un estudio observó un infarto de miocardio no mortal en 2/303 participantes del grupo de pioglitazona versus 1/299 participantes del grupo placebo (RR 1,97; IC del 95%: 0,18 a 21,65; p = 0,58; evidencia de certeza muy baja).

Veintiún estudios compararon la pioglitazona con ninguna intervención. Ningún estudio informó sobre mortalidad cardiovascular, IM/ACNM, CdVRS ni efectos socioeconómicos. La mortalidad por todas las causas fue de 11/441 participantes de los grupos de pioglitazona versus 12/425 participantes de los grupos de ninguna intervención (RR 0,85; IC del 95%: 0,38 a 1,91; p = 0,70; tres estudios, 866 participantes; evidencia de certeza muy baja). La incidencia de DMT2 fue de 60/1034 participantes de los grupos de pioglitazona versus 197/1019 participantes de los grupos de ninguna intervención (RR 0,31; IC del 95%: 0,23 a 0,40; p < 0,001; 16 estudios, 2053 participantes; evidencia de certeza moderada). Los estudios informaron de EAG en 16/610 participantes de los grupos de pioglitazona versus 21/601 participantes den los grupos de ninguna intervención (RR 0,71; IC del 95%: 0,38 a 1,32; p = 0,28; siete estudios, 1211 participantes; evidencia de certeza baja).

Se identificaron dos estudios en curso que comparan la pioglitazona con el placebo y con otros fármacos hipoglucemiantes. Estos estudios, con 2694 participantes, pueden aportar evidencia en futuras actualizaciones de esta revisión.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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