No se conoce la proporción ideal de energía proveniente de las grasas de los alimentos ni su relación con la grasa corporal. Esta revisión analizó el efecto de la reducción de la proporción de energía proveniente de las grasas de los alimentos sobre la grasa corporal en adultos que no tienen como objetivo la pérdida de peso. La grasa corporal se midió usando el peso corporal, el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura y el porcentaje de grasa corporal. La evidencia se actualizó hasta octubre 2019. La revisión encontró que la reducción de la proporción de grasa en los alimentos da lugar a una disminución pequeña pero notoria en el peso corporal, el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal y la circunferencia de la cintura. El efecto no cambió con el tiempo, pero la reducción de la ingesta de grasa en mayor medida da lugar a una mayor reducción del peso. Se evaluaron los efectos perjudiciales potenciales de la reducción de la grasa total, pero no se encontró evidencia de efectos perjudiciales en el nivel de lípidos séricos, la presión arterial o la calidad de vida.
Los ensayos en los que los participantes fueron asignados al azar a una menor ingesta de grasa versus una mayor ingesta de grasa, pero sin intención de reducir el peso, mostraron un efecto consistente, estable pero pequeño de la ingesta reducida de grasa sobre la grasa corporal: peso, IMC, circunferencia de la cintura y porcentaje de grasa corporal ligeramente menores en comparación con los brazos de mayor ingesta de grasa. Una mayor reducción de la grasa, un menor consumo de grasa al inicio y un mayor IMC inicial se asociaron con mayores reducciones del peso. No hubo evidencia de efectos perjudiciales relacionados con el nivel de lípidos séricos, la presión arterial o la calidad de vida, sino más bien de beneficios pequeños o ningún efecto.
No se conoce la proporción ideal de energía proveniente de las grasas de los alimentos ni su relación con el peso corporal. Para prevenir el sobrepeso y la obesidad en la población general se necesita comprender la relación entre la proporción de energía proveniente de las grasas y el peso y la grasa corporal resultante en la población general.
Evaluar los efectos de la proporción de la ingesta de energía procedente de la grasa en las medidas de la grasa corporal (incluido el peso corporal, la circunferencia de la cintura, el porcentaje de grasa corporal y el índice de masa corporal) en personas que no tienen como objetivo la pérdida de peso, utilizando todos los ensayos controlados aleatorizados (ECA) apropiados de al menos seis meses de duración.
Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, ClinicalTrials.gov y en la International Clinical Trials Registry Platform (ICTRP) de la OMS hasta octubre 2019. La búsqueda no se limitó por idioma.
Los ensayos cumplieron con los siguientes criterios: 1) ensayo de intervención aleatorizado, 2) incluía adultos de al menos 18 años de edad, 3) asignó al azar a una dieta de menor contenido de grasa versus mayor contenido de grasa, sin la intención de reducir el peso en ninguno de los participantes, 4) no era multifactorial y 5) evaluaba una medida del peso o la grasa corporal después de al menos seis meses. Las decisiones sobre la inclusión se realizaron por duplicado y los desacuerdos se resolvieron mediante discusión o la derivación a un tercero.
Se extrajeron los datos sobre la población, la intervención, el control y las medidas de resultado por duplicado. Se extrajeron medidas de la grasa corporal (peso corporal, IMC, porcentaje de grasa corporal y circunferencia de la cintura) de forma independiente y por duplicado en todos los puntos temporales disponibles. Se realizaron metanálisis de efectos aleatorios, metarregresión, análisis de subgrupos, análisis de sensibilidad, análisis de los gráficos de embudo y evaluación según los criterios GRADE.
Se incluyeron 37 ECA (57 079 participantes). Hay evidencia consistente de calidad alta procedente de ECA de que la reducción de la ingesta total de grasa da lugar a pequeñas reducciones de la grasa corporal; este hecho se observó en casi todos los estudios incluidos y fue muy resistente a los análisis de sensibilidad (evidencia de calidad alta según los criterios GRADE, no disminuida). El efecto de una ingesta menor de grasa (en comparación con una ingesta mayor de grasa) es una reducción media del peso corporal de 1,4 kg (intervalo de confianza [IC] del 95%: -1,7 a -1,1 kg, en 53 875 participantes de 26 ECA, I2 = 75%). La heterogeneidad se explicó en el subagrupamiento y la metarregresión. Los mismos sugirieron que la mayor pérdida de peso resulta de una mayor reducción de la grasa en las personas con una menor ingesta de grasa al inicio, y en las personas con un mayor índice de masa corporal (IMC) al inicio. El tamaño del efecto sobre el peso no se altera con el tiempo y se refleja en las reducciones del IMC (DM -0,5 kg/m2, IC del 95%: -0,6 a -0,3; 46 539 participantes en 14 ensayos, I2 = 21%), la circunferencia de la cintura (DM -0,5 cm, IC del 95%: -0,7 a -0,2; 16 620 participantes en 3 ensayos; I2 = 21%), y el porcentaje de grasa corporal (DM -0,3% de grasa corporal, IC del 95%: -0,6 a 0,00; P = 0,05; en 2350 participantes en 2 ensayos; I2 = 0%).
No se sugirieron efectos perjudiciales asociados con las dietas con bajo contenido de grasa que pudieran mitigar cualquier efecto beneficioso sobre la grasa corporal. La reducción del peso corporal se reflejó en pequeñas reducciones en el LDL (-0,13 mmol/L, IC del 95%: -0,21 a -0,05), y el colesterol total (-0,23 mmol/L, IC del 95%: -0,32 a -0,14), con poco o ningún efecto sobre el colesterol HDL (-0,02 mmol/L, IC del 95%: -0,03 a 0,00), los triglicéridos (0,01 mmol/L, IC del 95%: -0,05 a 0,07), la presión arterial sistólica (-0,75 mmHg, IC del 95%: -1,42 a -0,07) o la presión arterial diastólica (-0,52 mmHg, IC del 95%: -0,95 a -0,09), evidencia de calidad alta según los criterios GRADE para todos los resultados, o la calidad de vida (0,04; IC del 95%: 0,01 a 0,07; en una escala de 0 a 10; evidencia de calidad baja según los criterios GRADE).
La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.