Mensajes clave
- Los estudios de investigación existentes no aportan evidencia suficiente para establecer conclusiones fiables sobre los efectos relativos de la diálisis peritoneal y la hemodiálisis en los desenlaces de salud de las personas con insuficiencia renal.
- Dado que la mayoría de los resultados proceden de estudios observacionales y no aleatorizados, todavía no está claro cuáles son los efectos beneficiosos y perjudiciales relativos de la diálisis peritoneal y la hemodiálisis.
- La generalización de los resultados es limitada debido a la gran diversidad de patrones de práctica clínica, criterios de elegibilidad para los distintos métodos de diálisis, composición de la población en diálisis y características de los pacientes en los distintos entornos y países.
¿Qué es la insuficiencia renal y cómo se debe tratar?
La insuficiencia renal se produce cuando los riñones de una persona dejan de funcionar lo suficientemente bien como para mantenerla con vida. La terapia de reemplazo renal, en forma de diálisis o trasplante, resulta necesaria para mantener a la persona con vida. El objetivo de la diálisis es eliminar solutos, toxinas y líquidos de los pacientes con insuficiencia renal, intentando imitar la función renal natural.
¿Qué se quiso averiguar?
La diálisis peritoneal y la hemodiálisis son dos opciones terapéuticas que suelen estar a disposición de los pacientes. El paciente, sus cuidadores y el equipo sanitario deben tomar una decisión compartida para elegir el método de diálisis que mejor se adapte a los objetivos y preferencias de la persona.
¿Qué se hizo?
Se buscaron todos los ensayos que evaluaron los efectos beneficiosos y perjudiciales de la diálisis peritoneal comparada con la hemodiálisis en personas con insuficiencia renal que comienzan la diálisis. Los resultados de estos ensayos se compararon y resumieron y la confianza en la información se calificó según factores como la metodología y el tamaño de los ensayos.
¿Qué se encontró?
Solo se encontraron dos ensayos controlados aleatorizados (en los que los pacientes se asignan al azar a uno u otro tratamiento) que compararon la diálisis peritoneal con la hemodiálisis. Todos los demás estudios fueron observacionales (en los que el tratamiento no se asignó al azar). Dado que la mayoría de los resultados disponibles se refieren a estudios observacionales y no aleatorizados, no está claro cuáles son los efectos beneficiosos y perjudiciales relativos de la diálisis peritoneal y la hemodiálisis.
Además, muchos pacientes cambiaron de un tratamiento a otro (de hemodiálisis a diálisis peritoneal y de diálisis peritoneal a hemodiálisis) durante su seguimiento, confundiendo así los efectos del método de diálisis sobre los desenlaces de salud a lo largo del tiempo.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
El escaso número de estudios aleatorizados fue la principal limitación de esta revisión. No todos los estudios proporcionaron datos sobre los desenlaces de interés de esta revisión. Por lo tanto, se tienen dudas sobre los resultados.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta marzo de 2023.
Sobre la base de los datos obtenidos principalmente de los ENAI, ya que solo se incluyeron dos ECA, es incierta la efectividad comparativa de la DP y la HD sobre la preservación de la FRR, el riesgo de muerte por todas las causas y por causas específicas, la incidencia de bacteriemia, otras complicaciones vasculares (p. ej., accidente cerebrovascular, eventos cardiovasculares) y los desenlaces informados por los pacientes (p. ej., participación en actividades cotidianas y fatiga).
La diálisis peritoneal (DP) y la hemodiálisis (HD) son dos modalidades posibles para las personas con insuficiencia renal que comienzan la diálisis. Solo unos pocos ensayos controlados aleatorizados (ECA) han evaluado la DP versus la HD. Los efectos beneficiosos y perjudiciales de ambas modalidades todavía son inciertos. Esta revisión incluye ECA y estudios no aleatorizados de intervenciones (ENAI).
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de la DP, en comparación con la HD, en personas con insuficiencia renal que comienzan la diálisis.
Se realizaron búsquedas en el Registro del Grupo Cochrane de Riñón y trasplante (Cochrane Kidney and Transplant) desde 2000 hasta junio de 2024 con el uso de términos de búsqueda pertinentes para esta revisión. Los estudios en el registro se identificaron mediante búsquedas en CENTRAL, MEDLINE y EMBASE, en resúmenes de congresos, en el portal de búsqueda de la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos (ICTRP) y en ClinicalTrials.gov. Se realizaron búsquedas de ENAI en MEDLINE y EMBASE desde el año 2000 hasta el 28 de marzo de 2023.
Fueron elegibles los ECA y los ENAI que evaluaron la DP en comparación con la HD en personas que comenzaban la diálisis.
Dos investigadores evaluaron de forma independiente si los estudios eran elegibles y luego extrajeron los datos. El riesgo de sesgo se evaluó mediante los métodos Cochrane estándar y se extrajeron los desenlaces pertinentes de cada informe. El desenlace principal fue la función renal residual (FRR). Los desenlaces secundarios incluyeron muerte por todas las causas, cardiovascular y relacionada con infecciones, infección, enfermedad cardiovascular, hospitalización, supervivencia a la técnica, participación en las actividades cotidianas y fatiga.
Se incluyeron 153 informes de 84 estudios (2 ECA, 82 ENAI). Los estudios variaron ampliamente en su diseño (desde pequeños estudios unicéntricos hasta análisis de registros internacionales) y en las poblaciones incluidas (criterios de inclusión amplios versus restringidos a participantes más específicos). Además, la administración del tratamiento (p. ej., DP automatizada versus DP ambulatoria continua, HD con catéter versus fístula arteriovenosa o injerto, HD en el centro versus HD domiciliaria) y la duración del seguimiento variaron ampliamente.
Se consideró que los dos ECA incluidos tenían un alto riesgo de sesgo en cuanto al cegamiento de los participantes y el personal, y al cegamiento de la evaluación de los desenlaces relacionados con la calidad de vida. Sin embargo, la mayoría de los demás criterios se consideraron con bajo riesgo de sesgo en ambos estudios. Aunque el riesgo de sesgo (escala de Newcastle-Ottawa) fue generalmente bajo en la mayoría de los ENAI, los estudios presentaron riesgo de sesgo de selección y de confusión residual debido a las limitaciones en el diseño de los estudios observacionales.
En los niños, podría haber poca o ninguna diferencia entre la HD y la DP en la muerte por todas las causas (seis estudios, 5752 participantes: RR 0,81; IC del 95%: 0,62 a 1,07; I 2 = 28%; certeza baja) y la muerte cardiovascular (tres estudios, 7073 participantes: RR 1,23; IC del 95%: 0,58 a 2,59; I 2 = 29%; certeza baja), y no estuvo claro en el caso de la muerte relacionada con la infección (cuatro estudios, 7451 participantes: RR 0,98; IC del 95%: 0,39 a 2,46; I 2 = 56%; certeza muy baja).
En los adultos, en comparación con la HD, la DP tuvo un efecto incierto sobre la FRR (ml/min/1,73 m 2 ) a los seis meses (dos estudios, 146 participantes: DM 0,90; IC del 95%: 0,23 a 3,60; I 2 = 82%; certeza muy baja), a los 12 meses (tres estudios, 606 participantes: DM 1,21; IC del 95%: -0,01 a 2,43; I 2 = 81%; certeza muy baja) y a los 24 meses (tres estudios, 334 participantes: DM 0,71; IC del 95%: -0,02 a 1,48; I 2 = 72%; certeza muy baja). La DP tuvo efectos inciertos sobre el volumen urinario residual a los 12 meses (tres estudios, 253 participantes: DM 344,10 ml/día; IC del 95%: 168,70 a 519,49; I 2 = 69%; certeza muy baja). La DP podría reducir el riesgo de pérdida de la FRR (tres estudios, 2834 participantes: RR 0,55; IC del 95%: 0,44 a 0,68; I 2 = 17%; certeza baja).
En comparación con la HD, la DP tuvo efectos inciertos sobre la muerte por todas las causas (42 estudios, 700 093 participantes: RR 0,87; IC del 95%: 0,77 a 0,98; I 2 = 99%; certeza muy baja). En un análisis limitado a los ECA, la DP podría reducir el riesgo de muerte por todas las causas (dos estudios, 1120 participantes: RR 0,53; IC del 95%: 0,32 a 0,86; I 2 = 0%; certeza moderada). La DP tuvo efectos inciertos sobre la muerte cardiovascular (21 estudios, 68 492 participantes: RR 0,96; IC del 95%: 0,78 a 1,19; I 2 = 92%) y la muerte relacionada con infección (17 estudios, 116 333 participantes: RR 0,90; IC del 95%: 0,57 a 1,42; I 2 = 98%) (ambos con certeza muy baja).
En comparación con la HD, la DP tuvo efectos inciertos sobre el número de pacientes que presentaron bacteriemia/infección sanguínea (dos estudios, 2582 participantes: RR 0,34; IC del 95%: 0,10 a 1,18; I 2 = 68%) y el número de pacientes que presentaron episodios de infección (tres estudios, 277 participantes: RR 1,23; IC del 95%: 0,93 a 1,62; I 2 = 20%) (ambos con certeza muy baja). La DP podría reducir el número de episodios de bacteriemia/infección sanguínea (dos estudios, 2637 participantes: RR 0,44; IC del 95%: 0,27 a 0,71; I 2 = 24%; certeza baja).
En comparación con la HD, no está claro si la DP reduce el riesgo de infarto agudo de miocardio (cuatro estudios, 110 850 participantes: RR 0,90; IC del 95%: 0,74 a 1,10; I 2 = 55%), arteriopatía coronaria (tres estudios, 5826 participantes: RR 0,95; IC del 95%: 0,46 a 1,97; I 2 = 62%); cardiopatía isquémica (dos estudios, 58 374 participantes: RR 0,86; IC del 95%: 0,57 a 1,28; I 2 = 95%), insuficiencia cardíaca congestiva (tres estudios, 49 511 participantes: RR 1,10; IC del 95%: 0,54 a 2,21; I 2 = 89%) y accidente cerebrovascular (cuatro estudios, 102 542 participantes: RR 0,94; IC del 95%: 0,90 a 0,99; I 2 = 0%) debido a que la evidencia fue de certeza baja a muy baja.
En comparación con la HD, la DP tuvo efectos inciertos sobre el número de pacientes que necesitaron hospitalización (cuatro estudios, 3282 participantes: RR 0,90; IC del 95%: 0,62 a 1,30; I 2 = 97%) y tuvieron eventos de hospitalización por todas las causas (cuatro estudios, 42 582 participantes: RR 1,02; IC del 95%: 0,81 a 1,29; I 2 = 91%) (certeza muy baja).
Ninguno de los estudios incluidos informó específicamente sobre la participación en actividades cotidianas ni la fatiga. Sin embargo, dos estudios evaluaron el empleo. En comparación con la HD, la DP no tuvo efectos claros sobre el empleo al año (dos estudios, 593 participantes: RR 0,83; IC del 95%: 0,20 a 3,43; I 2 = 97%; certeza muy baja).
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