Inhibidores de la roquinasa médicas para el glaucoma de ángulo abierto primario y la hipertensión ocular

Pregunta

¿Cuáles son los beneficios y riesgos de los colirios de inhibidores de la roquinasa para tratar a las personas con glaucoma o con aumento de la presión ocular?

Mensajes clave

Los colirios antiglaucomatosos, como el latanoprost y el timolol, podrían reducir más la presión del ojo en comparación con el tratamiento con un inhibidor de la roquinasa, pero la diferencia con respecto al timolol es pequeña. Al combinar los inhibidores de roquinasa con distintos tipos de medicamentos, la presión ocular podría reducirse más. Las personas que son tratadas con un inhibidor de la roquinasa experimentan más eventos adversos (efectos secundarios) en comparación con otros tratamientos. Las investigaciones futuras en este ámbito deberían centrarse en informar sobre la progresión de la enfermedad (cómo empeora el glaucoma con el tiempo).

¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es una enfermedad ocular que pone en peligro la vista y que puede provocar ceguera si no se trata. Existen diferentes tipos de glaucoma y el más común es el llamado glaucoma primario de ángulo abierto. La presión ocular elevada es un factor de riesgo conocido para la aparición del glaucoma.

Tratamiento médico del glaucoma

Existen diferentes tipos de colirios que pueden utilizarse para tratar el glaucoma. Todos los tratamientos médicos del glaucoma actúan reduciendo la presión ocular. El latanoprost y el timolol son dos medicamentos para el glaucoma, y uno de los nuevos tipos de medicamentos para el glaucoma se llama inhibidor de la roquinasa.

¿Qué se quería averiguar?

Se quería examinar si la efectividad y la seguridad de los colirios de inhibidores de la roquinasa eran mejores o peores que las de otros medicamentos.

¿Qué se hizo?

Primero se buscaron estudios que compararan:

- inhibidores de la roquinasa con placebo (un tratamiento sin efecto terapéutico);

- inhibidores de la roquinasa con otro tipo de tratamientos para el glaucoma (latanoprost y timolol).

Fecha de la búsqueda

Se buscó en las bases de datos médicas hasta el 11 de diciembre de 2020.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 17 estudios que examinaron a 4953 personas de al menos 18 años de edad con diagnóstico de glaucoma primario de ángulo abierto o presión ocular alta y tratadas con un inhibidor de la roquinasa. La duración del tratamiento de los estudios varió entre 24 horas y 12 meses. Se realizaron en los EE.UU., Canadá y Japón. Dieciséis de los estudios estaban financiados por empresas farmacéuticas, y uno no proporcionó información sobre las posibles fuentes de financiación. El efecto del tratamiento se evaluó midiendo la presión ocular y valorando los eventos adversos del tratamiento.

Los estudios no informaron sobre la progresión de la enfermedad, pero sí sobre la disminución de la presión ocular y los eventos adversos. El tratamiento con latanoprost podría ser mejor que el inhibidor de la roquinasa. El tratamiento con timolol podría ser ligeramente mejor que el tratamiento con un inhibidor de la roquinasa. Además, el tratamiento con un inhibidor de la roquinasa y latanoprost o timolol probablemente reduzca aún más la presión ocular. En general, los estudios informaron sobre los episodios adversos de formas muy diferentes. Es posible que un mayor número de personas tratadas con inhibidores de la roquinasa hayan experimentado episodios adversos relacionados con los ojos. Sin embargo, no existe mucha seguridad acerca de estos resultados. No se declararon episodios adversos graves para el tratamiento con inhibidores de la roquinasa.

Principales limitaciones de la evidencia

Los estudios no informaron sobre todos los desenlaces que interesaban a los autores de la revisión. Los estudios se centraron en desenlaces específicos como la presión ocular y los episodios adversos, mientras que los autores querían responder también a otras preguntas. La evidencia actual se basa en pocos estudios. Algunos se realizaron de forma que podrían haber introducido errores en los resultados. Los estudios variaron en cómo midieron los desenlaces y, por lo tanto, podrían no ser comparables entre sí.

Conclusiones de los autores: 

La evidencia actual indica que en las personas diagnosticadas con HTO o G(P)AA, el efecto hipotensivo del netarsudil podría ser inferior al del latanoprost y ligeramente inferior al del timolol. La combinación de netarsudil y latanoprost probablemente reduzca aún más la PIO en comparación con la monoterapia. El netarsudil como monoterapia o tratamiento combinado podría dar lugar a más EA oculares. Sin embargo, la certeza de la evidencia fue muy baja o baja para todas las comparaciones, excepto el timolol. En general, los EA se describieron como leves, transitorios y reversibles tras la interrupción del tratamiento. Los ROKi no se asociaron con ningún EA grave en particular. Deben realizarse futuros ensayos de tamaño y seguimiento suficientes para proporcionar información fiable sobre la progresión del glaucoma, mediciones relevantes de la PIO y una descripción detallada de los EA utilizando una terminología similar. Esto garantizaría la solidez y la fiabilidad de los resultados y evaluaría la eficacia y la seguridad a medio y largo plazo de los ROKi.

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Antecedentes: 

El glaucoma es un grupo de neuropatías ópticas caracterizadas por la degeneración progresiva de las células ganglionares de la retina, la pérdida axonal y los defectos irreversibles del campo visual. El glaucoma se clasifica como primario o secundario, y en todo el mundo, el glaucoma primario es una de las principales causas de ceguera irreversible. Existen varios subtipos de glaucoma, y el glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) es el más común. Se desconoce la etiología del GPAA, pero los tratamientos actuales tienen como objetivo reducir la presión intraocular (PIO), evitando así la aparición y la progresión de la enfermedad. En comparación con los tratamientos antiglaucomatosos tradicionales, los inhibidores de la roquinasa (ROKi por sus siglas en inglés) tienen una farmacodinámica diferente. Los ROKi es el único tratamiento actual que reduce eficazmente la PIO modulando el drenaje del humor acuoso a través de la malla trabecular y el canal de Schlemm. A medida que los ROKi se introducen en el mercado de forma más amplia, es importante evaluar la eficacia y los posibles eventos adversos (EA) del tratamiento.

Objetivos: 

Comparar la eficacia y seguridad de los ROKi con placebo u otra medicación para el glaucoma en personas diagnosticadas con glaucoma de ángulo abierto (GAA), glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) o hipertensión ocular (HTO).

Métodos de búsqueda: 

Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane y se realizaron búsquedas en las bases de datos el 11 de diciembre de 2020.

Criterios de selección: 

Se incluyeron ensayos clínicos aleatorizados que examinaron el tratamiento con ROKi comercializados en monoterapia o tratamiento combinado en comparación con placebo u otros tratamientos médicos de reducción de la PIO en personas diagnosticadas con G(P)AA o HTO. Se incluyeron ensayos en los que los ROKi se administraron siguiendo las guías oficiales sobre el glaucoma. No hubo restricciones en cuanto al tipo, el año o el estado de la publicación.

Obtención y análisis de los datos: 

Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. Dos autores de la revisión, de manera independiente, seleccionaron los estudios, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo con la herramienta Cochrane RoB 2.

Resultados principales: 

Se incluyeron 17 ensayos con 4953 participantes diagnosticados con G(P)AA o HTO. Quince eran ensayos multicéntricos y 15 eran ensayos con enmascaramiento. Todos los participantes tenían más de 18 años de edad. La duración de los ensayos varió de 24 horas a 12 meses. Los ensayos se realizaron en los EE.UU., Canadá y Japón. Dieciséis ensayos estuvieron financiados por empresas farmacéuticas, y un ensayo no proporcionó información sobre las fuentes de financiación. Los ensayos compararon la monoterapia con ROKi (netarsudil o ripasudil) o el tratamiento combinado con latanoprost (análogo de la prostaglandina) o timolol (betabloqueante) con placebo, timolol, latanoprost o netarsudil. Los desenlaces notificados fueron la PIO y la seguridad. Se aplicaron metanálisis a 13 ensayos (reducción de la PIO desde el inicio) y a 15 ensayos (EA oculares).

De los ensayos que evaluaban la PIO, siete tenían un riesgo bajo, en tres había algunas dudas y tres tenían un riesgo de sesgo alto. Tres ensayos encontraron que la monoterapia con netarsudil podría ser superior al placebo (diferencia de medias [DM] 3,11 mmHg, intervalo de confianza [IC] del 95%: 2,59 a 3,62; I2 = 0%; 155 participantes; evidencia de certeza baja). La evidencia de tres ensayos indicó que el timolol podría ser superior al netarsudil con una DM de 0,66 mmHg (IC del 95%: 0,41 a 0,91; I2 = 0%; 1415 participantes; evidencia de certeza baja). La evidencia de cuatro ensayos apuntó a que el latanoprost podría ser superior al netarsudil con una DM de 0,97 mmHg (IC del 95%: 0,67 a 1,27; I2 = 4%; 1283 participantes; evidencia de certeza moderada).

La evidencia de tres ensayos mostró que, en comparación con la monoterapia con latanoprost, el tratamiento combinado con netarsudil y latanoprost probablemente condujo a una reducción media agrupada adicional de la PIO desde el inicio de 1,64 mmHg (IC del 95%: -2,16 a -1,11; 1114 participantes). La evidencia de tres ensayos mostró que, en comparación con la monoterapia con netarsudil, el tratamiento combinado con netarsudil y latanoprost probablemente condujo a una reducción media agrupada adicional de la PIO desde el inicio de 2,66 mmHg (IC del 95%: -2,98 a -2,35; 1132 participantes). La certeza de la evidencia fue moderada. Un ensayo demostró que, en comparación con la monoterapia con timolol, el tratamiento combinado con ripasudil y timolol podría dar lugar a una reducción de la PIO con respecto al valor inicial de 0,75 mmHg (IC del 95% -1,29 a -0,21; 208 participantes). La certeza de la evidencia fue moderada.

De los ensayos que evaluaron los EA oculares totales, tres tenían un riesgo bajo, cuatro presentaban algunas dudas y ocho tenían un riesgo de sesgo alto.

Se encontró evidencia de certeza muy baja de que el netarsudil podría provocar más EA oculares en comparación con el placebo, con 66 EA oculares más por cada 100 personas-meses (IC del 95%: 28 a 103; I2 = 86%; cuatro ensayos, 188 participantes). Se encontró evidencia de certeza baja de que el netarsudil podría provocar más EA oculares en comparación con el latanoprost, con 29 EA oculares más por cada 100 persona-meses (IC del 95%: 17 a 42; I2 = 95%; cuatro ensayos, 1286 participantes).

Se encontró evidencia de certeza moderada de que, en comparación con el timolol, el netarsudil probablemente produjo 21 EA oculares adicionales (IC del 95%: 14 a 27; I2 = 93%; cuatro ensayos, 1678 participantes). Los datos de tres ensayos (1132 participantes) no mostraron evidencia de existencia de diferencias en la tasa de incidencia de EA entre el tratamiento combinado con netarsudil y latanoprost y la monoterapia con netarsudil (un evento más por cada 100 persona-meses, IC del 95%: 0 a 3). Sin embargo, la certeza de la evidencia era baja. De manera similar, se encontró evidencia de certeza baja de que, en comparación con latanoprost, el tratamiento combinado con netarsudil y latanoprost podría causar 29 eventos oculares más por cada 100 persona-meses (IC del 95%: 11 a 47; tres ensayos, 1116 participantes). Se encontró evidencia de certeza moderada de que, en comparación con la monoterapia con timolol, el tratamiento combinado con netarsudil y timolol podría causar 35 eventos oculares más por cada 100 personas-meses (IC del 95%: 25 a 45; un ensayo, 208 participantes). Todos los ensayos incluidos declararon que los ROKi no se asociaron con ningún EA grave en concreto.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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