Las infecciones respiratorias son uno de los motivos más frecuentes de consulta en atención primaria o general y los antibióticos se utilizan a menudo como tratamiento de estas. Sin embargo, existe una preocupación creciente acerca del uso de antibióticos y se han desarrollado varias estrategias para reducir su uso. Entre otras, la llamada «prescripción diferida de antibióticos» cuya revisión Cochrane se actualizó en octubre de 2023.

Este podcast ha sido traducido y locutado por Andrea Cervera del Centro Cochrane Iberoamericano.

La estrategia de prescripción diferida de antibióticos se desarrolló en respuesta al problema del uso excesivo de antibióticos, especialmente en el caso de las infecciones respiratorias, para las que, es bien sabido, los antibióticos no suelen estar recomendados. Sin embargo, los médicos que los prescriben o bien desconocen este hecho o se sienten presionados a prescribir por los pacientes. Esto ocurre a pesar de que la prescripción diferida de antibióticos ha mostrado ser una de las estrategias más eficaces para reducir las prescripciones innecesarias de antibióticos para las infecciones respiratorias. Los antibióticos innecesarios son caros, suponen un riesgo de padecer efectos secundarios y contribuyen a la resistencia a los antibióticos y se quiso recopilar la evidencia de ensayos aleatorizados para cuantificar los efectos de la prescripción inmediata, comparada con la diferida, y con no prescribir antibióticos para las infecciones respiratorias.
Para esta actualización, se encontró e incluyó un ensayo aleatorizado adicional, por lo que los hallazgos se basan ahora en 12 ensayos con casi 4000 participantes y una mezcla de adultos y niños. Los resultados muestran que, si se recibe una prescripción inmediata de antibióticos, de media en el 93% de los casos se dispensarán. Mientras que si se trata de una prescripción con instrucciones de retrasar el inicio de los antibióticos, solo un 29% de las personas acudirá a la farmacia para la dispensación de dicho antibiótico. Finalmente, si no se prescriben, un 13% de las personas acudirá a otro centro a obtener una prescripción de antibióticos, lo que muestra que la idea de que las personas irán a otro sitio a por una prescripción si esta no se les da de entrada, ocurre con poca frecuencia. Por otro lado, las tres estrategias tienen tasas altas de satisfacción del paciente, por encima del 80%, aunque la satisfacción es algo más alta con la prescripción diferida que cuando no se prescriben en absoluto.
Con respecto a los desenlaces clínicos, la mayoría fueron parecidos en los tres grupos con algunos pequeños beneficios en la mejora de los síntomas con la prescripción inmediata en algunos ensayos. No obstante, también hubo menos efectos adversos de los antibióticos en los grupos sin prescripción o con prescripción diferida, como era de esperar.
En resumen, el mensaje para profesionales es que cuando consideren que no es seguro prescribir antibióticos inmediatamente, pero no se sientan cómodos negándole la prescripción al paciente, la prescripción diferida supondrá una importante reducción de la ingesta de antibióticos sin afectar a la satisfacción del paciente ni comprometer su seguridad.

Si desea saber más sobre las estrategias de prescripción diferida de antibióticos y sus beneficios, puede leer la revisión en la Biblioteca Cochrane buscando “prescripción diferida de antibióticos”.