Muchos pacientes con enfermedad renal crónica moderada o grave desarrollarán anemia y existe una variedad de tratamientos disponibles. En febrero de 2023 se actualizó una revisión Cochrane de estudios que evaluaron una serie de medicamentos con eritropoyetina y en este podcast se habla sobre los últimos hallazgos.
Este podcast ha sido traducido por Yasmín García del Centro Cochrane Iberoamericano y locutado por Orlando Cerón Solís del Centro Cochrane Asociado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Muchos pacientes con enfermedad renal crónica moderada o grave desarrollarán anemia y existe una variedad de tratamientos disponibles. En febrero de 2023 se actualizó una revisión Cochrane de estudios que evaluaron una serie de medicamentos con eritropoyetina y en este podcast se habla sobre los últimos hallazgos.
Este podcast ha sido traducido por Yasmín García del Centro Cochrane Iberoamericano y locutado por Orlando Cerón Solís del Centro Cochrane Asociado de la Universidad Nacional Autónoma de México con la colaboración del Ministerio de Sanidad de España.
La anemia es una complicación frecuente de la insuficiencia renal crónica de moderada a grave causada por la reducción de la producción de eritropoyetina o EPO por los riñones y se asocia con síntomas como fatiga y disnea. Los fármacos estimulantes de la eritropoyesis, o FEE para abreviar, son medicamentos a base de EPO recombinante y sus derivados sintéticos, que han revolucionado el tratamiento de la anemia en la enfermedad renal crónica. Sin embargo, estos agentes también plantean algunos problemas de seguridad, ya que pueden aumentar el riesgo de muerte y de eventos vasculares, como ictus e infarto de miocardio. Estos hallazgos surgieron en los primeros ensayos y se confirmaron en la primera revisión Cochrane sobre los fármacos estimulantes de la eritropoyesis, publicada en 2006.
En 2014 se revisó esa revisión para resumir la evidencia sobre las diversas formulaciones de fármacos estimulantes de la eritropoyesis y evaluar la eficacia y seguridad relativas entre ellos. Se utilizó un metanálisis en red, para aprovechar al máximo la totalidad de la evidencia y compararlos entre sí y contra placebo. Se identificaron 56 estudios con más de 15 000 participantes, pero las limitaciones metodológicas en más de la mitad de los estudios disminuyeron la confianza en los resultados. Todos los fármacos estimulantes de la eritropoyesis, excepto los biosimilares, evitaron las transfusiones de sangre, pero no hubo diferencias entre ellos. Los efectos comparativos de todos los fármacos estimulantes de la eritropoyesis entre sí o contra placebo sobre la muerte, los eventos vasculares y los síntomas como la fatiga y la disnea no estuvieron claros.
Desde la publicación de esa revisión se han realizado muchos estudios nuevos que evalúan las formas sintéticas más nuevas de fármacos estimulantes de la eritropoyesis, como la metoxi-polietilenglicol epoetina beta y los fármacos estimulantes de la eritropoyesis biosimilares, por lo que se actualizó la revisión para incluir esa evidencia.
En esta actualización se encontraron 62 estudios adicionales con más de 9000 participantes que estaban disponibles hasta abril de 2022, por lo que la revisión ahora incluye 117 estudios con más de 25 000 participantes. Sin embargo, las limitaciones metodológicas significativas en la mayoría de los estudios siguen reduciendo la confianza en los resultados y, en general, estos son similares a los de 2014. También es importante señalar que, a pesar del gran número de estudios y participantes en la revisión, el efecto de los fármacos estimulantes de la eritropoyesis solo se observó durante unos siete meses, lo que puede no ser suficiente para detectar diferencias en desenlaces clave, como la muerte y los eventos vasculares.
En cuanto a los resultados más recientes, los metanálisis en red determinaron que todos los fármacos estimulantes de la eritropoyesis tenían efectos similares sobre la prevención de la necesidad de transfusiones sanguíneas en comparación con placebo, aunque los efectos de la metoxi-polietilenglicol epoetina beta y los fármacos estimulantes de la eritropoyesis biosimilares no fueron significativos. El efecto de los fármacos estimulantes de la eritropoyesis comparados entre sí o con placebo sobre la fatiga y la disnea tampoco es concluyente debido a la falta de datos.
En cuanto a la seguridad, no hubo diferencias entre ningún fármaco estimulante de la eritropoyesis comparado con placebo, o entre sí, en la muerte, los eventos vasculares, la coagulación del acceso vascular para diálisis ni la insuficiencia renal. Todos los fármacos estimulantes de la eritropoyesis tuvieron un efecto similar sobre el aumento de la presión arterial en comparación con placebo, pero los efectos de los fármacos estimulantes de la eritropoyesis biosimilares no fueron significativos.
En resumen, esta revisión no encontró diferencias significativas entre los fármacos estimulantes de la eritropoyesis para prevenir las transfusiones de sangre ni en su perfil de seguridad cuando se utilizan para tratar la anemia en la enfermedad renal crónica. No se sabe con certeza si los diferentes fármacos estimulantes de la eritropoyesis son mejores para mejorar los síntomas de la anemia, como la fatiga o la disnea, ya que estos resultados no se informaron en la mayoría de los estudios. Por lo tanto, en la actualidad, es probable que la elección entre las formulaciones de fármacos estimulantes de la eritropoyesis se base en el coste, la disponibilidad y las preferencias del paciente, como la frecuencia del tratamiento.
Al igual que en 2014, esta revisión actualizada hace un llamado a la realización de estudios más grandes y a más largo plazo que evalúen los efectos de los fármacos estimulantes de la eritropoyesis en desenlaces centrados en el paciente. Estos estudios deben utilizar medidas de desenlace fundamentales, como las desarrolladas por la iniciativa Standardised Outcomes in Nephrology, o SONG, que reflejen las prioridades de los pacientes, los cuidadores, los médicos, los investigadores y los responsables de políticas sanitarias. Por último, dado que los fármacos estimulantes de la eritropoyesis se administran por vía subcutánea o intravenosa, la aparición de los estabilizadores del factor inducible por hipoxia como tratamiento oral resulta atractiva y los estudios que evalúen estos tratamientos se deberían incluir en futuras revisiones.
Si desea leer la actualización actual de esta revisión, y estar atento a futuras actualizaciones, puede encontrarla en línea en la Biblioteca Cochrane con una búsqueda de "FEE y enfermedad renal".