El melanoma maligno, que puede ser mortal, es cada vez más frecuente y existe un debate acerca de si debería añadirse a la lista de cánceres para los que se realiza un cribado. Una nueva Revisión Cochrane de junio de 2019 evalúa la evidencia actual y se le preguntó a una de las autoras, Minna Johansson, de Cochrane Suecia que explicara lo que se ha encontrado.

Este podcast ha sido traducido y grabado por Laura Samsó, del centro Cochrane Iberoamericano

Al pensar en el cribado de cánceres como por ejemplo el melanoma maligno, es importante recordar que la gran mayoría de personas que han sido cribadas, no se beneficiarán del cribado ya que nunca desarrollarán la enfermedad. Cuando los sistemas sanitarios invitan a personas asintomáticas a una intervención de cribado que no han pedido, esto conduce a consideraciones éticas que son diferentes de las que existen en la atención sanitaria habitual. Es necesario saber que lo que se hace no genera más daños que beneficios y la exigencia en la certeza de la evidencia es mayor que la habitual. 
En este momento, Alemania es el único país del mundo con un programa de cribado nacional para detectar melanoma maligno, pero en mucho otros países, el cribado oportunístico está extendido. Se quiso descubrir si el cribado es efectivo para reducir el impacto negativo del melanoma sobre la salud y si tiene algún efecto nocivo.
El cribado tiene la posibilidad de reducir las muertes por melanoma mediante una detección temprana, pero podrían surgir daños potenciales si, en personas asintomáticas, se detectan melanomas y otras lesiones cutáneas que nunca hubiesen causado problemas si hubieran permanecido sin detectar.  Podrían recibir cirugías innecesarias o experimentar estrés psicológico. También existe el riesgo de que los recursos económicos y humanos utilizados para el cribado podrían estar mejor empleados en otras intervenciones con una base de evidencia más sólida y con un mejor balance entre beneficios y daños. 
Se revisó la evidencia sobre los daños y beneficios del cribado organizado de melanoma maligno comparado con ningún cribado. Se evaluaron todas la modalidades de cribado, incluyendo el autoexamen de la piel o el examen por un profesional de la salud, en cualquier persona sin sospecha de tener melanoma maligno. Se incluyeron personas con alto riesgo de desarrollar un melanoma maligno, pero no las que tenían antecedentes de melanoma. 
Se encontraron dos ensayos aleatorizados que cumplían los criterios de inclusión, pero ninguno presentó datos sobre los resultados importantes que se querían investigar. Así, la evidencia es insuficiente para cuantificar los beneficios y los daños del cribado de melanoma maligno, y significa que las prácticas actuales de cribado para melanoma no cumplen con los estándares de evidencia requeridos por organizaciones como la OMS y el Comité Nacional de Cribado del Reino Unido, las cuales destacan la importancia de tener evidencia sólida tanto para beneficios como para daños antes de implementar programas de cribado. 
En resumen, esta revisión muestra que el cribado de melanoma maligno en población adulta general no está apoyado ni refutado por la evidencia actual de los ensayos aleatorizados y por lo tanto no cumple con los criterios de cribado consolidados. Aun así, el cribado de melanoma maligno actualmente se practica  en muchos países de una forma más o menos organizada. Sería deseable un ensayo aleatorio riguroso para facilitar que las personas puedan sopesar potenciales efectos beneficiosos y dañinos, para asegurar que los programas de cribado no provocarán más daños que beneficios, y para garantizar que, si tiene efectos beneficiosos importantes, estos no sean desestimados indebidamente. 

Si quiere leer más acerca de los dos ensayos que pudieron ser incluidos en la revisión y buscar actualizaciones futuras en caso de que se realice el ensayo relevante, puede encontrarlas en Biblioteca Cochrane punto com, con una simple búsqueda de “cribado de melanoma”.