El accidente cerebrovascular es un evento que pone en peligro la vida, en el que una parte del cerebro deja de funcionar correctamente, ya sea porque no recibe sangre y oxígeno o porque se daña por la hemorragia de un vaso sanguíneo roto. Las intervenciones para reducir la temperatura pueden proteger el tejido cerebral de los daños durante un accidente cerebrovascular. Estudios anteriores han mostrado que los pacientes con una temperatura corporal más baja en el momento del accidente cerebrovascular tienen un mejor resultado que aquellos con una temperatura corporal más alta. Para reducir la muerte o la discapacidad, el tratamiento de reducción de la temperatura se utiliza en las cirugías a corazón abierto, después de un paro cardíaco y en los lactantes que pueden haber presentado falta de oxígeno al nacer. Por el contrario, el efecto terapéutico del tratamiento de reducción de la temperatura en pacientes con traumatismo craneoencefálico es menos prometedor. Además de sus posibles efectos beneficiosos, el tratamiento de reducción de la temperatura puede tener efectos adversos como infección respiratoria, trombosis venosa o arritmias cardíacas. El objetivo de esta revisión fue evaluar los posibles efectos beneficiosos y riesgos del tratamiento de reducción de la temperatura en pacientes con un accidente cerebrovascular agudo. Se consideraron todos los estudios que compararon el uso de tratamientos físicos o farmacológicas de reducción de la temperatura en el accidente cerebrovascular agudo con el tratamiento médico habitual en los pacientes con accidente cerebrovascular agudo. Las técnicas físicas de reducción de la temperatura incluyeron mantas de enfriamiento, líquidos refrigerantes, cascos de enfriamiento y otros dispositivos. Las intervenciones farmacológicas para reducir la temperatura incluyeron fármacos utilizados para reducir la temperatura. Los resultados de los cinco ensayos farmacológicos y los tres de reducción física de la temperatura incluidos, en los que participaron 423 pacientes con un accidente cerebrovascular agudo, no indican efectos clínicos beneficiosos ni perjudiciales. Ambas intervenciones se asociaron a un ligero aumento de la aparición de infecciones, pero este resultado no fue estadísticamente significativo. No se demostró un efecto clínicamente significativo del tratamiento de reducción de la temperatura en el resultado después de un accidente cerebrovascular, pero no se puede descartar. Por consiguiente, se necesitan ensayos clínicos grandes para evaluar el efecto de los tratamientos de reducción de la temperatura en los accidentes cerebrovasculares agudos.
Actualmente no hay evidencia de ensayos aleatorizados que apoyen el uso habitual de estrategias físicas o farmacológicas para reducir la temperatura en pacientes con un accidente cerebrovascular agudo. Se necesitan ensayos clínicos aleatorizados grandes para estudiar el efecto de estas estrategias.
El aumento de la temperatura corporal es frecuente en los pacientes con un accidente cerebrovascular agudo y se asocia con un resultado deficiente. En modelos animales de isquemia cerebral focal, el tratamiento de reducción de la temperatura reduce el volumen del infarto. Por lo tanto, en los pacientes con un accidente cerebrovascular agudo, la disminución de la temperatura puede mejorar el resultado. Ésta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 1999.
Evaluar los efectos de las estrategias farmacológicas y físicas para reducir la temperatura corporal o cerebral en pacientes con un accidente cerebrovascular agudo.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes Cerebrales Vasculares (Cochrane Stroke Group) (última búsqueda: diciembre de 2007). Además, se hicieron búsquedas en MEDLINE y EMBASE (enero de 1998 a diciembre de 2007). Se revisaron las referencias y se estableció contacto con los autores de los ensayos incluidos. Para la versión anterior de esta revisión, los autores se pusieron en contacto con compañías farmacéuticas y fabricantes de equipos de refrigeración en este campo.
Se consideraron todos los ensayos clínicos controlados aleatorizados o no aleatorizados completados, publicados o no publicados, en los que se aplicaron estrategias farmacológicas o físicas, o ambas, para reducir la temperatura en pacientes con un accidente cerebrovascular isquémico agudo o una hemorragia intracerebral. Las medidas de resultado fueron la muerte o la dependencia (puntuación de la modified Rankin Scale ≥ 3) al final del seguimiento, y los efectos adversos.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, aplicaron los criterios de inclusión, evaluaron la calidad de los ensayos y extrajeron y verificaron de forma cruzada los datos.
Se incluyeron cinco ensayos farmacológicos de reducción de la temperatura y tres ensayos de enfriamiento físico con un total de 423 participantes. No se encontró un efecto estadísticamente significativo del tratamiento farmacológico o físico de disminución de la temperatura para reducir el riesgo de muerte o dependencia (odds ratio [OR] 0,9; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,6 a 1,4) o muerte (OR 0,9; IC del 95%: 0,5 a 1,5). Ambas intervenciones se asociaron a un aumento no significativo de la aparición de infecciones.
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