El dolor lumbar es un importante problema de salud y económico que afecta a las poblaciones de todo el mundo. El dolor lumbar crónico, en particular, es una de las principales causas de gastos médicos, absentismo laboral y discapacidad. El tratamiento actual del dolor lumbar crónico incluye diferentes tratamientos como la medicación, el ejercicio y la terapia conductual. Las investigaciones han mostrado que los roles sociales y los factores psicológicos tienen un papel en el curso del dolor lumbar crónico.
Esta revisión de 30 estudios (3438 participantes) evaluó tres terapias conductuales para el dolor lumbar crónico: i) operante (que reconoce que los factores externos asociados con el dolor pueden reforzarlo), ii) cognitiva (que se ocupa de los pensamientos, sentimientos, creencias o una combinación de los tres, que desencadenan el dolor), iii) de respuesta (que interrumpe la tensión muscular con técnicas de relajación progresiva o biorretroalimentación de la actividad muscular).
Para el alivio del dolor, hubo evidencia de calidad moderada que indicó que:
(i) la terapia operante fue más eficaz que los controles de lista de espera a corto plazo,
(ii) hubo poca o ninguna diferencia entre la terapia operante, la terapia cognitiva o una combinación de terapias conductuales a corto y medo plazo, y
(iii) La terapia conductual fue más eficaz que la atención habitual (que suele consistir en fisioterapia, escuela de la espalda o tratamientos médicos) a corto plazo.
A largo plazo, hubo poca o ninguna diferencia entre el tratamiento conductual y el ejercicio en grupo para el alivio del dolor o la reducción de los síntomas depresivos. Añadir la terapia conductual a la rehabilitación de los pacientes hospitalizados no pareció aumentar el efecto de la rehabilitación de los pacientes hospitalizados solo.
En la mayoría de las demás comparaciones, sólo hubo evidencia de baja o muy baja calidad, que se basó en los resultados de sólo dos o tres ensayos pequeños. Sólo hubo unos pocos estudios que proporcionaron información sobre el efecto de la terapia conductual en la discapacidad funcional o la reincorporación al trabajo.
Es muy probable que la investigación futura tenga un impacto importante en los resultados y en la confianza en ellos.
En el caso de los pacientes con DLC, existe evidencia de calidad moderada de que a corto plazo, la terapia operante es más eficaz que la lista de espera y la terapia conductual es más eficaz que la atención habitual para el alivio del dolor, pero ningún tipo específico de terapia conductual es más eficaz que otro. De medio a largo plazo, hay poca o ninguna diferencia entre la terapia conductual y el ejercicio en grupo para el dolor o los síntomas depresivos. Es probable que los futuros estudios de investigación tengan una marcada repercusión sobre la confianza en la estimación del efecto y puedan cambiar los cálculos.
La terapia conductual se utiliza comúnmente en el tratamiento del dolor lumbar crónico (DLC) para reducir la discapacidad mediante la modificación de los procesos cognitivos y las conductas de dolor maladaptativos. En general, se distinguen tres enfoques conductuales: operante, cognitivo y de respuesta; pero a menudo se combinan como un paquete de tratamiento.
Determinar los efectos de la terapia conductual para el DLC y el enfoque conductual más efectivo.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Revisión de la Espalda (Cochrane Back Review Group), MEDLINE, EMBASE y PsycINFO hasta febrero de 2009. Se examinaron las listas de referencias y citas de los ensayos identificados y las revisiones sistemáticas relevantes.
Se incluyeron ensayos aleatorizados sobre tratamientos conductuales para el DLC inespecífico.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo de cada ensayo y extrajeron los datos. Cuando existió suficiente homogeneidad entre los estudios en las comparaciones predefinidas se realizó un metanálisis. La calidad de las pruebas para cada comparación se determinó con el enfoque GRADE.
En esta revisión se incluyeron 30 ensayos aleatorizados (3438 participantes), 11 más que en la versión anterior. Catorce ensayos (47%) tuvieron un bajo riesgo de sesgo. En la mayoría de las comparaciones, sólo hubo evidencia de baja o muy baja calidad para apoyar los resultados. Hubo evidencia de calidad moderada que indicó que:
i) la terapia operante fue más eficaz que los controles de lista de espera (DME -0,43; IC del 95%: -0,75 a -0,11) para el alivio del dolor a corto plazo;
ii) existe poca o ninguna diferencia entre las terapias operante, cognitiva o la terapia conductual combinada para el alivio del dolor a corto y medio plazo;
iii) El tratamiento conductual fue más eficaz que la atención habitual para el alivio del dolor a corto plazo (DM -5,18; IC del 95%: -9,79 a -0,57), pero no hubo diferencias a medio y largo plazo, ni en el estado funcional;
iv) hubo poca o ninguna diferencia entre el tratamiento conductual y el ejercicio en grupo para el alivio del dolor o los síntomas depresivos de medio a largo plazo;
v) añadir la terapia conductual a la rehabilitación de los pacientes hospitalizados no fue más efectivo que la rehabilitación de los pacientes hospitalizados solamente.
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