La zidovudina (AZT) fue el primer medicamento antirretroviral utilizado para el VIH y el SIDA. Es costosa y tiene varios efectos adversos, como náuseas, vómitos, problemas sanguíneos (anemia y neutropenia) y miopatía (debilidad muscular). La revisión de los ensayos encontró que la AZT retrasa la progresión temprana de la enfermedad del VIH, pero esta mejoría no se mantiene. La AZT por sí sola no aumenta la supervivencia de las personas sin SIDA.
Aunque el uso inmediato de AZT disminuye a la mitad la progresión de la enfermedad durante el primer año, este efecto no se mantiene y no hay mejoría en la supervivencia a corto o largo plazo.
La monoterapia con zidovudina (AZT) fue el primer fármaco antiretroviral probado ampliamente. Ensayos posteriores en la infección por el VIH asintomática o sintomática temprana indicaron retrasos a corto plazo en la progresión de la enfermedad con AZT, pero sin una mejoría en la supervivencia.
Evaluar los efectos de la zidovudina (AZT) inmediata versus diferida en la progresión de la enfermedad por el VIH y la supervivencia.
Se estableció contacto con investigadores y compañías farmacéuticas, y las búsquedas en MEDLINE se complementaron con búsquedas en resúmenes de congresos.
Ensayos controlados aleatorizados que compararon la AZT inmediata versus diferida en participantes sin SIDA que obtuvieron datos en forma prospectiva acerca de las muertes y los nuevos eventos de SIDA.
Se obtuvieron los datos de pacientes individuales con, siempre que fue posible, un seguimiento más allá del publicado previamente y se verificó la consistencia interna y la consistencia con cualquier informe publicado; cualquier discrepancia evidente se resolvió con los autores de los ensayos.
Se analizó el tiempo transcurrido hasta la muerte y hasta la progresión de la enfermedad (definida como un nuevo evento definitorio de SIDA o previo a la muerte) sobre la base de la intención de tratar, estratificado para evitar comparaciones directas entre los participantes de ensayos diferentes.
Se incluyen nueve ensayos en el metanálisis. Durante una mediana de seguimiento de 50 meses, 1908 individuos desarrollaron progresión de la enfermedad, de los cuales murieron 1351. En el grupo diferido, el 61% comenzó el tratamiento antiretroviral (mediana del tiempo hasta comenzar el tratamiento 28 meses, que fue la monoterapia con AZT en el 94%). Durante el primer año de seguimiento la AZT inmediata redujo a la mitad la tasa de progresión de la enfermedad (p < 0,0001), aumentando la probabilidad de supervivencia sin SIDA al año del 96% al 98%, pero este efecto beneficioso temprano no persistió: después de seis años la supervivencia sin SIDA fue del 54% en ambos grupos, y en ningún momento hubo diferencias en la supervivencia general, que a los seis años fue del 64% con la AZT inmediata y del 65% con la diferida (cociente de tasas [CT] 1,04; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,94 a 1,15).
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