La broncoconstricción inducida por el ejercicio, también llamada comúnmente asma inducida por el ejercicio, se asocia con síntomas tales como tos (tos del vestuario), sibilancias, disnea y opresión torácica posterior al ejercicio. Aunque cada episodio suele ser autolimitado, puede hacer que los afectados eviten la actividad fuerte y que los atletas serios tengan un rendimiento inferior, al limitar la tolerancia al ejercicio y prolongar el tiempo de recuperación. Los resultados combinados de los estudios, determinaron que los agonistas beta de acción corta inhalados antes del ejercicio redujeron la gravedad de los ataques tanto en adultos como en niños, en comparación con los estabilizadores de los mastocitos solos. Además, los estabilizadores de los mastocitos fueron ligeramente más efectivos que los broncodilatadores anticolinérgicos. La combinación de los agonistas beta de acción corta y los estabilizadores de los mastocitos no fue más efectiva que los medicamentos administrados solos. No se informaron efectos adversos significativos con el uso de cualquiera de los medicamentos de corta duración.
En una población con asma estable, los agonistas beta de acción corta, los estabilizadores de los mastocitos o los anticolinérgicos ofrecerán un efecto protector significativo contra la broncoconstricción inducida por el ejercicio con pocos efectos adversos. Como promedio los ABAC resultaron más efectivos para atenuar los síntomas que los estabilizadores de los mastocitos, mientras que éstos fueron más efectivos que los agentes anticolinérgicos. La combinación de ABAC y los estabilizadores de los mastocitos podría ser apropiada en algunos casos. La variabilidad en el grado de respuesta individual a estos fármacos en ensayos con múltiple grupos indica que los médicos y los pacientes deben trabajar juntos para identificar el tratamiento profiláctico más efectivo.
La broncoconstricción (o asma) que se produce al hacer ejercicios físicos enérgicos es frecuente y puede causar un rendimiento subóptimo, síntomas como tos, disnea, sibilancias, opresión torácica y puede hacer que las personas eviten la actividad física. El control se centra en la prevención, con la administración de diversos agentes farmacológicos antes del ejercicio. Los agentes estabilizadores de los mastocitos son efectivos para atenuar la broncoconstricción inducida por el ejercicio, pero su efectividad comparada con los fármacos broncodilatadores no está clara.
Comparar de forma cuantitativa los efectos de inhalar una sola dosis de fármacos estabilizadores de los mastocitos (nedocromilo sódico o cromoglicato sódico) con una sola dosis de agonistas beta de acción corta o agentes anticolinérgicos (atropina o bromuro de ipratropio) antes de la prueba de provocación con ejercicios enérgicos, en participantes con asma de seis o más años de edad y que presenten broncoconstricción inducida por el ejercicio reproducible. La revisión también compara los efectos de un agonista beta de acción corta sólo, con una combinación de un agonista beta de acción corta más un estabilizador de los mastocitos.
Se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Vías respiratorias (Cochrane Airways Group), CENTRAL, Current Contents, artículos de revisión, libros de texto y listas de referencias de artículos. Se estableció contacto con los fabricantes de los fármacos y los autores principales para obtener citas adicionales. Las búsquedas están actualizadas hasta agosto de 2008.
Ensayos aleatorizados que compararan una dosis profiláctica única de un estabilizador de los mastocitos con un agonista beta de acción corta, un agente anticolinérgico o un agonista beta de acción corta solo con una combinación de un agonista beta de acción corta más un estabilizador de los mastocitos, para prevenir la broncoconstricción en personas con asma de más de seis años de edad. La prueba de provocación con ejercicios debía ajustarse a los estándares aceptados y la función pulmonar (PFR) se informó como una disminución porcentual del VEF1 o el flujo máximo con respecto al inicio. Se incluyeron medidas de protección completa (porcentaje máximo de disminución de la prueba de la función pulmonar [PFR] después del ejercicio < 15%) y de protección clínica (50% de mejoría sobre el efecto placebo).
Dos autores de la revisión, de forma independiente, realizaron la evaluación de los ensayos a incluir y la calidad de los mismos, con el uso de formularios estandarizados. Un segundo autor de la revisión confirmó los datos obtenidos y los cálculos. Se realizaron intentos para establecer contacto con los autores de los estudios. La estimación agrupada de las medidas continuas de la función pulmonar se presenta como diferencia de medias ponderada (DMP), y los datos dicotómicos como odds ratio (OR), ambos con intervalos de confianza del 95% (IC del 95%), con el uso de un modelo de efectos aleatorios. Se realizaron pruebas de heterogeneidad de los resultados agrupados.
Se incluyeron 24 ensayos (518 participantes) realizados en 13 países entre 1976 y 1998. Todos los fármacos fueron efectivos para atenuar la broncoconstricción inducida por el ejercicio; pero en diversos grados, incluso en el mismo individuo. En comparación con los agentes anticolinérgicos, los estabilizadores de los mastocitos fueron algo más efectivos para atenuar la broncoconstricción. Como promedio, la disminución máxima con los estabilizadores de los mastocitos se redujo al 7,1% en comparación con el 13,8% con los agentes anticolinérgicos (DMP 6,7%; IC del 95%: 3,3 a 10,0), lo que dio lugar a más individuos con protección completa (73% versus 56%; OR 2,2; IC del 95%: 1,3 a 3,7) y protección clínica (73% versus 52%; OR 2,7; IC del 95%: 1,1 a 6,4). No hubo diferencias entre los subgrupos según la edad, la gravedad o la calidad de los estudios y no se informaron efectos adversos en ningún grupo. Cuando se compararon con los agonistas beta de acción corta, los estabilizadores de los mastocitos no fueron tan efectivos para prevenir el deterioro. Como promedio, la disminución máxima con los estabilizadores de los mastocitos fue 11,2% en comparación con 4,3% con los agonistas beta (DMP 6,8%; IC del 95%: 4,5 a 9,2). Los estabilizadores de los mastocitos proporcionaron a menos individuos una protección completa (66% versus 85%; OR 0,3; IC del 95%: 0.2 a 0,5) o una protección clínica (55% versus 77%; OR 0,4; IC del 95%: 0,2 a 0,8). No hubo diferencias significativas en los subgrupos en función de la edad, la gravedad, el fármaco, la forma de administración o la calidad de los estudios. Se demostró una diferencia no significativa en los efectos secundarios, ya que el 11% de los pacientes con agonistas beta de acción corta presentaron efectos secundarios en comparación con el 3% de los que recibieron estabilizadores de los mastocitos (OR 0,2; IC del 95%: 0,0 a 8,2). La combinación de los estabilizadores de los mastocitos con un agonista beta de acción corta no dio lugar a ventajas significativas en la función pulmonar, en comparación con los agonistas beta de acción corta solos. Como promedio, la disminución máxima con los ABAC sólo se redujo a 5,3% en comparación con 3,5% con la combinación (DMP 1,8%; IC del 95%: -1,1 a 4,6). Los agonistas beta por sí solos proporcionaron a un menor número de individuos una protección completa (68% versus 80%; OR 0,5; IC del 95%: 0,2 a 1,4) o una protección clínica (70% versus 86%; OR 0,4; IC del 95%: 0,1 a 1,2) pero la diferencia no alcanzó significación (p = 0,17). No hubo diferencias en los subgrupos.
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