Aunque en los países desarrollados la seguridad de los suministros de sangre es alta, aún preocupa el hecho de contraer enfermedades por una transfusión. Las personas suelen donar su propia sangre antes de la cirugía para utilizarla en caso de que sea necesaria una transfusión (donación autóloga). Sin embargo, la revisión de los ensayos encontró que no es seguro que las personas se beneficien. Aunque la donación preoperatoria podría reducir las posibilidades de necesitar la sangre de otra persona, aumenta las posibilidades de transfusión en general. Es posible que la donación provoque cierta anemia (disminución de los glóbulos rojos), o que los cirujanos sean más propensos a transfundir si se dispone de sangre autóloga. La sobretransfusión tiene riesgos, especialmente en las personas mayores.
Aunque los ensayos de DPA mostraron una reducción de la necesidad de sangre alogénica, la calidad metodológica de los ensayos fue deficiente y las tasas generales de transfusión (alogénica y autóloga) en estos ensayos fueron altas, y aumentaron por el reclutamiento en los grupos de DPA de los ensayos. Esto plantea dudas sobre el verdadero efecto beneficioso de la DPA. En ausencia de ensayos grandes y de calidad alta que utilicen variables principales de valoración clínica, no es posible afirmar si los efectos beneficiosos de la DPA son mayores que los efectos perjudiciales.
La preocupación de la población por la seguridad de la sangre transfundida ha hecho que se reconsideren las indicaciones para la transfusión de eritrocitos alogénicos (sangre de un donante no emparentado), así como una serie de técnicas destinadas a reducir las necesidades de transfusión.
Examinar la evidencia de la eficacia de la donación preoperatoria de sangre autóloga (DPA) para reducir la necesidad de transfusión perioperatoria de eritrocitos.
Los artículos se identificaron mediante búsquedas en las bases de datos electrónicas; MEDLINE (desde enero de 1950 hasta julio de 2009), EMBASE (desde enero de 1980 hasta la semana 31 de 2009), ISI Web of Science (desde el inicio hasta agosto de 2009), La Biblioteca Cochrane 2009, número 3, y el registro especializado del Grupo Cochrane de Lesiones (Cochrane Injuries Group) (búsqueda del 7 de agosto de 2009). Se comprobaron las listas de referencias de las publicaciones pertinentes y se estableció contacto con los autores para identificar estudios adicionales. Las búsquedas se actualizaron en agosto de 2009.
Ensayos controlados aleatorizados con un grupo control concurrente en los que pacientes adultos, programados para una cirugía no urgente, se asignaron al azar a DPA, o a un grupo control que no recibió la intervención.
Los datos se extrajeron de forma independiente y se evaluó el riesgo de sesgo. Se calcularon los riesgos relativos (RR) y las diferencias de medias (DM) con intervalos de confianza (IC) del 95%. Los datos se agruparon mediante un modelo de efectos aleatorios. Los desenlaces principales fueron la proporción de pacientes expuestos a eritrocitos alogénicos y la cantidad de sangre transfundida. En la revisión se detallan otros desenlaces clínicos.
Se incluyeron 14 ensayos. En general, la DPA redujo el riesgo de recibir una transfusión de sangre alogénica en un 68% relativo (RR 0,32; IC del 95%: 0,22 a 0,47). La reducción absoluta del riesgo de transfusión alogénica fue del 44% (diferencia de riesgos [DR] -0,44; IC del 95%: -0,68 a -0,21). Por el contrario, los resultados muestran que el riesgo de recibir cualquier transfusión de sangre (alogénica y autóloga) aumenta con la DPA (RR 1,24; IC del 95%: 1,02 a 1,51). Hubo evidencia de heterogeneidad significativa para ambos desenlaces.
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