Esta revisión sistemática de 37 ensayos mostró que el uso rutinario de la descompresión con sonda nasogástrica después de las operaciones abdominales, en lugar de acelerar la recuperación, puede retardarla y aumentar el riesgo de algunas complicaciones posoperatorias. Por otro lado, el uso rutinario podría disminuir el riesgo de infección de la herida y la posterior hernia ventral.
La descompresión nasogástrica sistemática no logra los objetivos previstos por lo que se debería abandonar a favor del uso selectivo de la sonda nasogástrica.
El uso sistemático de sondas nasogástricas posterior a la cirugía abdominal tiene como objetivo acelerar la recuperación de la función intestinal, prevenir las complicaciones pulmonares, disminuir el riesgo de fuga anastomótica, aumentar la comodidad de los pacientes y acortar la estancia hospitalaria.
Investigar la eficacia de la descompresión nasogástrica sistemática después de la cirugía abdominal para lograr los objetivos anteriores.
Con los términos de búsqueda "nasogastric", "tubes", "randomised" se buscó en MEDLINE, EMBASE, el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials [Central]) y en las referencias de los estudios incluidos, desde 1966 hasta septiembre de 2009.
Pacientes sometidos a cirugías abdominales de cualquier tipo, de urgencia o electivas, que se asignaron al azar antes de la finalización de la cirugía a recibir una sonda nasogástrica y mantenerla en su lugar hasta que la función intestinal se hubiera recuperado, versus pacientes que no recibieron una sonda o la sonda se les retiró de forma temprana, durante la cirugía, en la recuperación o en las 24 horas siguientes a la cirugía. Se excluirán los estudios aleatorizados que incluyeran cirugía abdominal laparoscópica y los grupos de pacientes con descompresión gástrica mediante gastrostomía.
Los datos se resumieron en un formulario que evaluó la elegibilidad del estudio, tal y como se definió anteriormente, la calidad relacionada con las asignaciones al azar, la ocultación de la asignación, el tamaño del estudio y los abandonos; las intervenciones, incluido el momento y la duración de la intubación; los desenlaces, que incluyeron el tiempo hasta la emisión de flatos, las complicaciones pulmonares, la infección de la herida, la fuga anastomótica, la duración de la estancia hospitalaria, la mortalidad, las náuseas, los vómitos, la recolocación de la sonda, la hernia ventral posterior.
Cumplieron los criterios de elegibilidad 37 estudios con 5711 pacientes, 2866 asignados al uso sistemático de la sonda y 2845 asignados al uso selectivo o ninguna sonda. Los pacientes que no estaban asignados al uso sistemático de la sonda tuvieron un retorno más temprano de la función intestinal (p < 0,00001), una disminución de las complicaciones pulmonares (p = 0,09) y una tendencia no significativa a un aumento del riesgo de infección de la herida (p = 0,39) y de hernia ventral (0,09). La fuga anastomótica no fue diferente entre los grupos (p = 0,70). Los vómitos parecieron favorecer al uso sistemático de la sonda, pero con una mayor incomodidad para el paciente. La duración de la estancia fue menor cuando no se utilizó sonda, pero la heterogeneidad encontrada en estos análisis dificulta establecer conclusiones rigurosas para este desenlace. No se notificaron eventos adversos relacionados específicamente con la inserción de la sonda (traumatismo directo por la sonda). Otros desenlaces se notificaron con una frecuencia insuficiente para ser informativos.
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