La infección respiratoria aguda (incluida la neumonía) es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en los niños menores de cinco años de los países en vías de desarrollo. Los antibióticos son necesarios cuando se sospecha de una infección bacteriana. Los niños reciben antibióticos inyectables frecuentemente cuando son hospitalizados. Esta conducta tiene desventajas: dolor, riesgo de otras infecciones y coste. Hay estudios que demuestran que los antibióticos orales son efectivos para el tratamiento ambulatorio de los niños. El objetivo de esta revisión fue determinar la efectividad y la seguridad de los antibióticos orales comparados con los antibióticos parenterales en el tratamiento de la neumonía, en niños menores de 5 años de edad. El tratamiento oral parece ser una alternativa efectiva y segura a los antibióticos parenterales en los niños hospitalizados con neumonía grave sin signos o síntomas importantes. En la actualidad, no hay evidencia suficiente para determinar los efectos beneficiosos y perjudiciales relativos de los antibióticos orales en niños con neumonía grave con signos y síntomas graves, o en niños con neumonía grave asociada a confirmación bacteriana o consolidación lobular en la radiografía de tórax.
El tratamiento oral parece ser una alternativa efectiva y segura a los antibióticos parenterales en los niños hospitalizados con neumonía grave sin signos o síntomas importantes.
La infección respiratoria aguda (IRA) es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en los niños menores de 5 años en los países en vías de desarrollo. En los casos en que se requiere hospitalización, la práctica habitual incluye la administración de antibióticos parenterales si se sospecha infección bacteriana. Esta conducta tiene desventajas, ya que causa dolor y molestias en los niños, lo que puede provocar un rechazo al tratamiento o reducir el cumplimiento. También se asocia con complicaciones relacionadas con la aguja. En algunos ámbitos este equipo escasea o no está disponible y es necesario trasladar al niño, lo que aumenta los riesgos y los costes de la asistencia sanitaria.
Determinar la equivalencia en cuanto a efectividad y seguridad del antibiótico oral comparado con los tratamientos antibióticos parenterales en el tratamiento de la neumonía grave en niños entre 3 meses y 5 años de edad.
Se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL) (The Cochrane Library número 2, 2005) que contiene el registro especializado del Grupo de Infecciones Respiratorias Agudas (Acute Respiratory Infections Group); MEDLINE (enero 1966 hasta julio 2005); EMBASE (enero 1990 hasta julio 2005) y LILACS (febrero 2005).
La revisión incluyó ensayos controlados aleatorizados (ECA) y ensayos controlados cuasialeatorizados, publicados o no, que compararan cualquier tratamiento antibiótico oral con cualquier tratamiento antibiótico parenteral para el tratamiento de la neumonía grave en niños de 3 meses a 5 años de edad.
La búsqueda obtuvo más de 1300 títulos. Sólo 3 estudios cumplieron con todos los criterios de elegibilidad. Aún no se han publicado los resultados de uno de los ensayos identificados. No se realizó un metanálisis debido a la heterogeneidad clínica de los tratamientos comparados en los ensayos incluidos.
Campbell 1988 comparó cotrimoxazol oral versus penicilina procaínica intramuscular seguida de ampicilina oral en 134 niños. Al séptimo día de seguimiento, hubo fracaso del tratamiento en 6/66 (9,1%) en el grupo cotrimoxazol oral y de 7/68 (10,2%) en el grupo tratamiento combinado. La diferencia de riesgo fue -0,01% (intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,11 a 0,09). El grupo APPIS 2004 evaluó 1 702 pacientes y comparó amoxicilina oral versus penicilina intravenosa durante 2 días, seguida de amoxicilina oral. Después de 48 horas, hubo fracaso del tratamiento en 161/845 (19%) en el grupo amoxicilina y en 167/857 (19%) en el grupo penicilina parenteral. La diferencia de riesgo fue -0,4% (IC del 95%: -4,2 a 3,3). Los autores informaron una recuperación similar en ambos grupos a los 5 y 14 días.
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