Casi todos los receptores de trasplantes de hígado toman ciclosporina o tacrolimus para prevenir el rechazo del injerto. Se trata de una revisión de ensayos clínicos que compararon pacientes a los que se les prescribió inicialmente uno de los dos medicamentos antirrechazo después del trasplante de hígado. Se incluyeron 16 ensayos (3813 participantes). La revisión muestra que el tacrolimus es marginalmente mejor que la ciclosporina para prevenir la muerte del paciente y la pérdida del injerto. El tacrolimus es sustancialmente mejor que la ciclosporina para prevenir el rechazo. No se observaron diferencias entre los medicamentos con respecto a los episodios adversos (insuficiencia renal, trastorno linfoproliferativo), excepto en el caso de la diabetes mellitus, que fue más frecuente con el tacrolimus. Tras el trasplante de hígado, un mayor número de pacientes permaneció con tacrolimus que con ciclosporina. El tacrolimus es más beneficioso que la ciclosporina y se debe considerar el tratamiento de elección tras el trasplante de hígado. Esta revisión no evalúa los efectos beneficiosos ni perjudiciales de cambiar de un medicamento antirrechazo a otro.
El tacrolimus es superior a la ciclosporina en la mejoría de la supervivencia (del paciente y del injerto) y en la prevención del rechazo agudo tras el trasplante de hígado, pero aumenta el riesgo de diabetes posterior al trasplante. Tratar a 100 receptores con tacrolimus en lugar de ciclosporina evitaría el rechazo agudo y el rechazo resistente a los esteroides en nueve y siete pacientes, respectivamente, y la pérdida del injerto y la muerte en cinco y dos pacientes, respectivamente, pero otros cuatro pacientes desarrollarían diabetes tras el trasplante de hígado.
La mayoría de los receptores de trasplantes de hígado reciben ciclosporina o tacrolimus para prevenir el rechazo. Ambos fármacos inhiben la calcineurina fosfatasa, lo que se cree que es el mecanismo de su efecto antirrechazo y de sus principales efectos tóxicos. Los fármacos tienen perfiles farmacocinéticos y eficacias diferentes. Varios ensayos clínicos aleatorizados han comparado la ciclosporina y el tacrolimus en receptores de trasplantes de hígado, pero sigue sin estar claro cuál es superior.
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de la inmunosupresión con ciclosporina versus tacrolimus en pacientes con trasplante de hígado.
Se realizaron búsquedas en elRegistro de ensayos controlados del Grupo Cochrane Hepatobiliar (Cochrane Hepato-Biliary Group), en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) en La Biblioteca Cochrane, en MEDLINE, EMBASE y Science Citation Index Expanded, y en las actas de congresos (agosto de 2005) para identificar ensayos clínicos aleatorizados relevantes. La búsqueda incluyó el examen de las listas de referencias de los artículos pertinentes y la correspondencia con investigadores y compañías farmacéuticas.
Todos los ensayos clínicos aleatorizados en los que se comparó el tacrolimus con la ciclosporina para el tratamiento inicial de los receptores de un primer trasplante de hígado. Los ensayos aleatorizados se incluyeron independientemente del cegamiento, el idioma y el estado de publicación.
La medida de desenlace principal fue la mortalidad por todas las causas. Los datos se resumieron (modelo de efectos fijos) y los resultados se expresaron como riesgo relativo (RR), con valores inferiores a 1,0 a favor del tacrolimus, con intervalos de confianza (IC) del 95%. Dos autores evaluaron la elegibilidad y la calidad de los ensayos y extrajeron los datos de forma independiente.
Se incluyeron 16 ensayos aleatorizados. El número de muertes fue 254 en el grupo de tacrolimus (1899 pacientes) y 302 en el grupo de ciclosporina (1914 pacientes). Al año, la mortalidad (RR 0,85; IC del 95%: 0,73 a 0,99) y la pérdida del injerto (RR 0,73; IC del 95%: 0,61 a 0,86) se redujeron significativamente en los receptores tratados con tacrolimus. El tacrolimus redujo el número de receptores con rechazo agudo (RR 0,81; IC del 95%: 0,75 a 0,88), y el rechazo resistente a los esteroides (RR 0,54; IC del 95%: 0,47 a 0,74) en el primer año. No se observaron diferencias con respecto al trastorno linfoproliferativo o a las tasas de diálisis de novo, pero hubo más diabetes mellitus de novo que requirió insulina (RR 1,38; IC del 95%: 1,01 a 1,86) en el grupo de tacrolimus. Se retiraron más pacientes del tratamiento con ciclosporina que con tacrolimus (RR 0,57; IC del 95%: 0,49 a 0,66).
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