La enfermedad de descompresión (ED) se debe a la presencia de burbujas en los tejidos o vasos sanguíneos después de la reducción de la presión circundante (descompresión). Se asocia más comúnmente con la respiración de gas comprimido mientras se bucea bajo el agua. Los efectos de la enfermedad de descompresión pueden variar desde los más insignificantes hasta los que ponen en peligro la vida, y el tratamiento suele administrarse con urgencia. La recompresión se aplica mientras se respira oxígeno al 100% o una mezcla de oxígeno y helio (heliox), basándose en la reducción del tamaño de la burbuja con la presión y una eliminación más rápida del nitrógeno de las burbujas al respirar mezclas pobres en nitrógeno. La recuperación sin recompresión puede ser lenta e incompleta y la enfermedad de descompresión es responsable de importantes problemas de salud en zonas geográficas donde no se dispone de recompresión. La recompresión con 100% de oxígeno se ha aceptado universalmente como el tratamiento apropiado a pesar de la falta de evidencia clínica de alta calidad de efectividad. Esta revisión encontró sólo dos ensayos aleatorizados con un total de 268 pacientes. Un ensayo comparó la recompresión de oxígeno estándar con la recompresión de helio y oxígeno, mientras que el otro comparó la recompresión de oxígeno sola con la recompresión y un fármaco antiinflamatorio no esteroide (AINE). Ambos ensayos sugirieron que estas intervenciones adicionales pueden acortar el curso de la recompresión requerida. Por ejemplo, el uso de un AINE redujo el número medio de sesiones de recompresión necesarias de tres a dos. Se llegó a la conclusión de que hay poca evidencia para utilizar una estrategia de recompresión sobre otra en el tratamiento de la enfermedad de descompresión y que la adición de un fármaco antiinflamatorio puede acortar el curso de la recompresión requerida. Se necesitan más estudios de investigación.
El tratamiento de recompresión es estándar para el tratamiento de la ED, pero no hay evidencia de ensayos controlados aleatorizados para su uso. Tanto la adición de un antiinflamatorio no esteroide (AINE) como el uso de heliox pueden reducir el número de recompresiones necesarias, pero ninguno de los dos mejora las probabilidades de recuperación. La aplicación de cualquiera de estas estrategias puede estar justificada. El modesto número de pacientes estudiados exige una interpretación cautelosa. Los beneficios pueden ser en gran medida económicos y debe realizarse un análisis económico. Se justifica la realización de grandes ensayos aleatorizados de gran rigor metodológico para definir cualquier beneficio derivado del uso de diferentes gases respiratorios y perfiles de presión durante el tratamiento de recompresión.
La enfermedad de descompresión (ED) se debe a la formación de burbujas en la sangre o los tejidos tras la respiración de gas comprimido. Clínicamente, la ED puede variar desde una enfermedad trivial hasta la pérdida de conciencia, la muerte o la parálisis. La recompresión es el tratamiento estándar universalmente aceptado de la ED. Cuando se retrasa la recompresión, se han sugerido varias estrategias para mejorar el resultado.
Examinar la efectividad y seguridad de la recompresión y los tratamientos adyuvantes en el tratamiento de la ED.
En la anterior actualización, se buscó hasta octubre de 2009. En esta versión, se hicieron búsquedas en CENTRAL (The Cochrane Library, octubre 2011); MEDLINE (1966 hasta octubre 2011); CINAHL (1982 hasta octubre 2011); EMBASE (1980 hasta octubre 2011); en la Database of Randomised Controlled Trials in Hyperbaric Medicine (octubre 2011); y se hicieron búsquedas manuales en revistas y textos.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados que compararon el efecto de cualquier programa de recompresión o tratamiento adyuvante con un programa de recompresión estándar. No se aplicaron restricciones de idioma.
Tres autores extrajeron los datos de forma independiente. Se evaluó la validez interna de cada ensayo y se resolvieron las diferencias mediante discusión. Se introdujeron los datos en RevMan 5.1.
Dos ensayos controlados aleatorizados con un total de 268 pacientes cumplieron los criterios de inclusión. El riesgo de sesgo para Drewry 1994 no estaba claro, ya que este estudio se presentó como un resumen, mientras que Bennett 2003 se calificó como de bajo riesgo. No fue posible agrupar los datos. En un estudio, no hubo evidencia de una mayor efectividad con el agregado de un antiinflamatorio no esteroide (tenoxicam) al tratamiento de recompresión habitual (a las seis semanas: riesgo relativo (RR) 1,04, intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,90 a 1,20, P = 0,58), pero hubo una reducción en el número de compresiones necesarias cuando se agregó tenoxicam de tres a dos (P = 0,01, IC del 95%: 0 a 1). En el otro estudio, las probabilidades de recompresiones múltiples fueron menores con una tabla de helio y oxígeno (heliox) en comparación con una tabla de tratamiento de oxígeno (RR 0,56, IC del 95%: 0,31 a 1,00, P = 0,05).
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