Se han estudiado las interrupciones estructuradas de tratamientos (IET) del tratamiento antirretroviral (TAR) como estrategia alternativa en el tratamiento de los pacientes con infección por VIH crónica desde 1999. La investigación de las interrupciones del tratamiento (también llamada "descanso del medicamento") se realizó inicialmente en pacientes que buscaban aliviar la fatiga al tratamiento, reducir la toxicidad relacionada con el fármaco y mejorar la calidad de vida. En los pacientes con fracaso del TAR, se ha implementado la interrupción del tratamiento para detener la progresión de la resistencia al fármaco del VIH en el régimen que fracasó, preservando las opciones de tratamiento posteriores. En los pacientes con resistencia a múltiples fármacos, algunos estudios tempranos sugirieron que la interrupción del TAR podría mejorar la respuesta posterior al TAR. Más recientemente, se ha propuesto la IET como una manera de reducir el costo del tratamiento del VIH en ámbitos con recursos limitados.
Se realizó una revisión sistemática de las pruebas en relación con IET en personas con infección por VIH crónica, no suprimida y resistente a múltiples fármacos. De acuerdo con los ensayos completos que se analizaron, la gran mayoría de las pruebas sugieren más daños que beneficios de la interrupción del TAR en los pacientes con infección por VIH crónica, con fracaso del tratamiento debido a un VIH resistente a múltiples fármacos. La evidencia no apoya el uso de la IET con esos pacientes.
La evidencia actual disponible principalmente apunta a la falta de un beneficio de la IET antes de cambiar de tratamiento, en los pacientes con viremia no suprimida del VIH a pesar del TAR. Hay evidencia de daños al intentar la IET en pacientes con enfermedad por VIH relativamente avanzada, debido a la disminución asociada de células CD4 y al mayor riesgo de progresión clínica de la enfermedad. En este momento, no existen pruebas para recomendar el uso de la IET en esta categoría clínica de pacientes con fracaso del tratamiento.
Se han investigado las interrupciones estructuradas de tratamiento (IET) del tratamiento antirretroviral (TAR) como parte de estrategias nuevas de tratamiento, con diferentes propósitos y objetivos según las poblaciones involucradas. Estas poblaciones incluyen: 1) pacientes que comienzan TAR durante la infección por VIH aguda; 2) pacientes con infección por VIH crónica, con TAR, con viremia suprimida con éxito; y 3) pacientes con infección por VIH crónica y fracaso del tratamiento, con viremia persistente debido al VIH resistente a múltiples fármacos (Hirschel 2001; Deeks 2002; Miller 2003).
En una revisión Cochrane anterior (Pai 2005), se había resumido la evidencia acerca de los efectos de la IET en la infección por VIH crónica suprimida. En esta revisión, se resume la evidencia sobre IET en pacientes con infección por VIH crónica no suprimida debido al VIH farmacorresistente. La infección por VIH no suprimida describe a los pacientes que no pueden suprimir la viremia, debido a la presencia del virus resistente a varios fármacos. También se denomina fracaso del tratamiento.
La resistencia al fármaco se identifica mediante la presencia de mutaciones resistentes en el valor inicial.
Las IET como estrategia de tratamiento en los pacientes infectados por VIH con viremia crónica no suprimida incluyen la interrupción del TAR en ámbito clínicos controlados, durante un período de tiempo prestablecido. Estas interrupciones poseen diferentes objetivos, incluidos los siguientes: 1) permitir que el virus natural reaparezca y reemplace al virus mutante resistente, con la esperanza de mejorar la eficacia de un régimen de TAR posterior; 2) detener el desarrollo de farmacorresistencia y conservar las opciones de tratamiento posteriores; 3) aliviar la fatiga por el tratamiento y reducir los efectos adversos relacionados con los fármacos; y 4) mejorar la calidad de vida (Miller 2003; Montaner 2001; Vella 2000;).
El objetivo de esta revisión sistemática fue sintetizar la evidencia sobre los efectos de las interrupciones estructuradas del tratamiento en pacientes adultos con infección por VIH crónica no suprimida.
Se incluyeron todos los estudios de intervención disponibles (ensayos controlados aleatorizados y ensayos no aleatorizados) realizados en pacientes infectados por VIH de todo el mundo. Se hicieron búsquedas en nueve bases de datos que cubrían el periodo desde enero de 1996 hasta febrero de 2006. También se analizaron bibliografías de estudios pertinentes y se estableció contacto con los expertos en el área para identificar estudios no publicados, resúmenes y ensayos en curso.
En el primer análisis, se identificó un total de 3186 citas posiblemente aptas de nueve bases de datos y se identificaron las fuentes, de las cuales se excluyeron 2047 citas duplicadas. Las 1139 citas restantes se analizaron detalladamente, y se excluyeron 951 citas de estudios modelos, estudios en animales, informes de casos y artículos de opinión. Como se muestra en la Figura 01, se identificaron 188 citas en el segundo análisis como pertinentes para el análisis del texto completo. De estas, 60 estudios científicos básicos, se excluyeron los editoriales y resúmenes, y se recuperaron 128 artículos de texto completo. En el tercer análisis, se examinaron todos los artículos de texto completo para su elegibilidad en la revisión. Se los subclasificó en tres categorías: 1) infección por VIH crónica suprimida; 2) infección por VIH crónica no suprimida; e 3) infección por VIH aguda. Se excluyeron más estudios si los resúmenes no contenían suficiente información para la inclusión en las revisiones. Finalmente, se clasificó un total de 62 estudios en las categorías crónica suprimida, aguda y crónica no suprimida. De estos, 17 ensayos cumplieron los criterios de elegibilidad para esta revisión.
Criterios de inclusión
Todos los ensayos controlados disponibles, aleatorizados o no, que investigaban las interrupciones planificadas del tratamiento en pacientes con infección por VIH crónica no suprimida. También se incluyeron estudios piloto tempranos prospectivos no aleatorizados sobre las interrupciones del tratamiento, con duración fija y variable. Además, se incluyeron los resúmenes pertinentes sobre ensayos controlados aleatorizados, si tenían información suficiente.
Criterios de exclusión
Se excluyeron los editoriales, las revisiones, los estudios modelo y los estudios científicos básicos. Los estudios sobre IET en pacientes con infección por VIH crónica suprimida se resumieron en otra revisión. Esta revisión no tiene en cuenta los estudios sobre IET en la infección por VIH primaria.
Dos autores de la revisión extrajeron los datos de forma independiente y evaluaron la elegibilidad y la calidad de los estudios. Los desacuerdos se resolvieron mediante consulta con un tercer autor de la revisión.
La revisión incluyó un total de 17 estudios sobre IET. Sin embargo, debido a la heterogeneidad significativa entre los estudios (es decir, en el diseño del estudio, las poblaciones, las características iniciales, los resultados informados; y en el informe de las medidas del efecto, las proporciones de riesgo y los riesgos relativos), no se consideró apropiado realizar un metanálisis.
En los ensayos piloto tempranos no aleatorizados se destacó un patrón entre los estudios. Durante la interrupción del tratamiento, se informó una disminución en los recuentos de células CD4, un aumento en la carga viral y un cambio en el nivel de resistencia genotípica al fármaco hacia un virus del VIH más de tipo natural. Esto sugiere que se puede usar la IET para aumentar la sensibilidad al fármaco a un régimen de rescate optimizado al reiniciar el tratamiento. Estos estudios generaron datos e hipótesis útiles que posteriormente se investigaron en ensayos controlados aleatorizados.
Los ensayos controlados aleatorizados se consideraron de calidad alta. De los ocho ensayos controlados aleatorizados analizados, siete se habían completado, mientras que uno estaba en curso y continúa cegado. De los siete ensayos controlados aleatorizados completados, seis informaron patrones virológicos e inmunológicos coherentes, y no encontraron un beneficio significativo en la respuesta virológica al TAR posterior en el grupo de IET, comparado con el grupo de control. Además, el ensayo aleatorizado completado más amplio informó un mayor número de eventos clínicos de progresión de la enfermedad y evidencia de una repercusión negativa prolongada en los recuentos de células CD4 en el grupo de IET (Beatty 2005; Benson 2004; Deeks 2001; Lawrence 2003; Walmsley 2005; Ruiz 2003).
El único ECA con resultados que difieren de los otros (GigHAART) y que informó un beneficio virológico e inmunológico significativo debido a la IET, estableció una duración menor de la IET y un régimen de TAR de rescate de ocho a nueve fármacos. También había diferencias en las características en la población de pacientes con este estudio, que estaba dirigido a aquellos con enfermedad por VIH muy avanzada (Katlama 2004).
A pesar de que se esperan resultados no cegados del octavo ECA (OPTIMA), la evidencia hasta el momento no apoyan la IET en el ámbito de la infección por VIH crónica no suprimida con fracaso del tratamiento antirretroviral (Brown 2004; Holodniy 2004; Kyriakides 2002; Singer 2006).
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