Una frecuencia cardíaca fetal anormal o no tranquilizadora durante el trabajo de parto puede ser causada por la incapacidad del recién nacido de adaptarse a la disminución del suministro de oxígeno durante el parto. El suministro de oxígeno inadecuado puede provocar la aparición de acidosis (niveles bajos del pH) y un aumento del lactato en la sangre. Después de la rotura de las membranas amnióticas y de la dilatación del cuello hasta alrededor de 3 cm, es posible medir los niveles del lactato (o del pH) en una muestra de sangre tomada del cuero cabelludo del feto. Para la prueba del lactato se necesita una cantidad mucho más pequeña de sangre que para medir el pH. Esta revisión identificó dos estudios con 3348 pares madre-recién nacido, que compararon la prueba del lactato y del pH durante el trabajo de parto. La prueba del lactato tuvo mayores probabilidades de ser exitosa que la prueba del pH, pero no hubo diferencias en cuanto a los resultados del recién nacido, incluido el número de recién nacidos con puntuaciones de Apgar bajas, pH bajo de la sangre del cordón o ingresos en la unidad de cuidados intensivos neonatales. No hubo diferencias en cuanto al número de mujeres a las que se les realizó cesárea o tuvieron un parto con fórceps o ventosa entre los dos grupos. Se concluye que es más probable que la prueba del lactato durante el trabajo de parto se realice con éxito que la prueba del pH.
Cuando se indica una prueba adicional para evaluar el bienestar fetal durante el trabajo de parto, es más probable que la estimación del lactato sanguíneo del cuero cabelludo fetal se realice con éxito, comparada con la estimación del pH. Los estudios adicionales pueden considerar un análisis de subgrupos por edad gestacional, estadio del trabajo de parto y muestreo durante el período expulsivo del trabajo de parto. Además, se esperan los resultados de los estudios en curso que comparan la asignación a ninguna muestra de sangre fetal con la toma de muestras de lactato y abordan resultados neonatales a más largo plazo, la satisfacción materna con la monitorización fetal intraparto y un análisis económico.
Se puede considerar realizar el muestreo sanguíneo fetal para la estimación del lactato después de la identificación de un patrón de frecuencia cardíaca fetal anormal o no tranquilizador. El volumen más pequeño de sangre requerido para esta prueba, en comparación con la estimación más tradicional del pH, puede mejorar las tasas de muestreo. Para el uso apropiado de esta práctica es necesario realizar una revisión sistemática de su seguridad y efectividad clínicas antes de la introducción generalizada.
Evaluar la efectividad y los riesgos del muestreo del lactato del cuero cabelludo fetal en la evaluación del bienestar fetal durante el trabajo de parto, en comparación con ninguna prueba o una prueba alternativa.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (31 de enero 2015).
Todos los ensayos aleatorizados y cuasialeatorizados publicados y no publicados que compararon la prueba del lactato del cuero cabelludo fetal con ninguna prueba o una prueba alternativa para evaluar el estado fetal en presencia de una cardiotocografía no tranquilizadora durante el trabajo de parto.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group). Dos autores de la revisión de forma independiente evaluaron los resultados.
La búsqueda identificó dos ensayos controlados aleatorizados (ECA) completados y dos ensayos en curso. Los dos ECA publicados consideraron los resultados de 3348 pares madre-recién nacidos asignados a la estimación del lactato o del pH de las muestras de sangre fetal cuando estaban clínicamente indicados en el trabajo de parto. En general, los ECA publicados tuvieron riesgo de sesgo bajo o incierto. Hubo alto riesgo de sesgo de realización, ya que no habría sido factible el cegamiento de los médicos o las participantes.
No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos para la encefalopatía neonatal (riesgo relativo [RR] 1,00; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,32 a 3,09; un estudio, 2992 recién nacidos), ni para la muerte. Ningún estudio informó sobre convulsiones neonatales. Se había planificado informar la muerte junto con otras morbilidades, por ejemplo, la encefalopatía neonatal; sin embargo, no hubo datos disponibles en un formato adecuado, por lo que la muerte por anomalías congénitas se consideró por separado. Las tres muertes neonatales informadas ocurrieron en recién nacidos con hernias diafragmáticas (n = 2) o fibrosis cardíaca congénita (n = 1). Los tres recién nacidos se habían asignado al azar al grupo de pH y no presentaban acidemia al nacer.
No hubo diferencias estadísticamente significativas para cualquiera de los resultados secundarios fetales, neonatales o infantiles preespecificados con datos disponibles. Lo anterior incluyó la puntuación de Apgar baja a los cinco minutos (RR 1,13; IC del 95%: 0,76 a 1,68; dos estudios, 3319 recién nacidos) y el ingreso en las unidades de cuidados intensivos neonatales (RR 1,02; IC del 95%: 0,83 a 1,25; un estudio, 2992 recién nacidos), o la acidemia metabólica (RR 0,91; IC del 95%: 0,60 a 1,36; un estudio, 2675 recién nacidos) considerada en los estudios, ya sea en general o cuando hubo datos disponibles para los recién nacidos a los que se les había tomado una muestra de sangre fetal dentro de los 60 minutos del parto.
A proporciones similares de fetos se les realizaron otras pruebas para evaluar de forma adicional el bienestar durante el trabajo de parto, incluido el pH del cuero cabelludo en el grupo de lactato o lactato del cuero cabelludo en el grupo de pH (RR 0,22; IC del 95%: 0,04 a 1,30; dos estudios 3333 recién nacidos; Tau² 1,00; I² = 58%). Los intentos de tomar una muestra de sangre fetal para calcular el lactato y el pH tuvieron éxito en el 98,7% y el 79,4% de los procedimientos, respectivamente, en el único estudio que informó de este resultado.
No hubo diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la modalidad de parto o el parto quirúrgico para un estado fetal no tranquilizador, ya sea para todas las mujeres, o dentro del grupo en el que la muestra de sangre fetal se había tomado dentro de los 60 minutos del parto (por ejemplo, cesárea, todas las participantes, RR 1,09, IC del 95%: 0,97 a 1,22, dos estudios, 3319 mujeres; parto quirúrgico por un estado fetal no tranquilizador, todas las participantes, RR 1,02; IC del 95%: 0,93 a 1,11; un estudio, 2992 mujeres).
Ninguno de los dos estudios informó sobre los efectos adversos de las laceraciones del cuero cabelludo del feto o la ansiedad de la madre.
La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.