¿Qué es la depresión?
La depresión es un problema de salud mental frecuente que puede causar un sentimiento persistente de tristeza y pérdida de interés en las personas, las actividades y las cosas que antes se disfrutaban. Una persona con depresión puede sentirse llorosa, irritable o cansada la mayor parte del tiempo, y puede tener problemas de sueño, concentración y memoria.
La depresión puede afectar la capacidad de trabajar de las personas. Las personas con depresión pueden ausentarse del trabajo (baja por enfermedad) o sentirse menos capaces de afrontar el trabajo.
Vuelta al trabajo
Reducir los síntomas de depresión podría ayudar a las personas con depresión a volver al trabajo. Los tratamientos incluyen medicación y psicoterapia (terapias de conversación), o una combinación de ambos. Los cambios en el lugar de trabajo también podrían ayudar, como por ejemplo:
cambiar las tareas o las horas de trabajo de una persona;
apoyarlas mediante un retorno gradual al trabajo; o
ayudándolas a afrontar mejor ciertas situaciones laborales.
¿Por qué se ha realizado esta revisión Cochrane?
El trabajo puede mejorar el bienestar físico y mental de la persona; ayuda a fomentar la confianza y la autoestima, permite a las personas socializar y proporciona dinero. Se quiso saber si los cambios en el lugar de trabajo y los programas clínicos podrían ayudar a las personas con depresión a volver al trabajo.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que analizaran si los cambios en el lugar de trabajo y los programas clínicos afectaban la cantidad de bajas por enfermedad que solicitaban las personas con depresión. Los programas clínicos incluían: medicamentos (antidepresivos); psicoterapias; mejora de la atención sanitaria por parte de los médicos; y otros programas como el ejercicio y la dieta.
Fecha de búsqueda: se incluyó evidencia publicada hasta el 4 de abril de 2020.
Qué se encontró
Se encontraron 45 estudios en 12 109 personas con depresión. Los estudios se realizaron en Europa (34 estudios), EE. UU. (ocho), Australia (dos) y Canadá (uno).
Se compararon los efectos de la "atención habitual" con los de los cambios en el lugar de trabajo y los programas clínicos para determinar lo siguiente:
cuántos días estaban de baja por enfermedad las personas con depresión;
cuántas personas con depresión se ausentaban del trabajo;
los síntomas de depresión de las personas; y
cómo afrontaban su trabajo las personas con depresión.
¿Cuáles son los resultados de la revisión?
Los principales hallazgos en el primer año de seguimiento, para los cambios en el lugar de trabajo o los tratamientos comparados con la atención habitual, se enumeran a continuación.
Los cambios en el lugar de trabajo combinados con un programa clínico:
probablemente reducen el número de días de baja por enfermedad (de media, 25 días por cada persona durante un año; nueve estudios; 1292 participantes);
no reducen el número de personas que se ausentan del trabajo (dos estudios; 1025 participantes);
podrían reducir o prevenir los síntomas de depresión (ocho estudios, 1091 participantes); y
podrían mejorar la capacidad de afrontar el trabajo (cinco estudios; 926 participantes).
Cambios en el lugar de trabajo solo:
podrían aumentar el número de días de baja por enfermedad (dos estudios, 130 participantes);
probablemente no conllevan que más personas se ausenten del trabajo (un estudio; 226 participantes);
probablemente no afectan los síntomas de depresión (cuatro estudios, 390 participantes); y
podrían no mejorar la capacidad de afrontar el trabajo (un estudio; 48 participantes).
La mejora de la atención sanitaria sola:
probablemente reduce el número de días de baja por enfermedad en 20 días (en dos estudios bien realizados con 692 participantes, aunque no en los siete estudios con 1912 participantes);
probablemente reduce los síntomas de depresión (siete estudios, 1808 participantes); y
podría reducir la capacidad de afrontar el trabajo (un estudio; 604 participantes).
Las psicoterapias solas:
podrían reducir el número de días que se ausentan las personas del trabajo, en 15 días (nueve estudios; 1649 participantes); y
podrían reducir los síntomas de depresión (ocho estudios, 1255 participantes).
No se sabe si las psicoterapias solas afectan la capacidad de las personas de afrontar el trabajo (un estudio; 58 participantes).
¿Qué fiabilidad tienen los resultados?
La confianza en los resultados es principalmente moderada a baja. Algunos hallazgos se basan en escasos estudios que incluyeron pocos participantes. También se identificaron limitaciones en la forma en que algunos estudios se diseñaron, realizaron e informaron.
Mensajes clave
Es probable que combinar los cambios en el trabajo con un programa clínico ayude a las personas con depresión a volver al trabajo antes y a ausentarse menos días por enfermedad. Se necesita más evidencia para evaluar qué combinación de cambios en el trabajo y programas clínicos funciona mejor.
Es probable que la mejora de la atención sanitaria también ayude a las personas con depresión a ausentarse menos días por enfermedad.
Es probable que la combinación de una intervención orientada al trabajo y una intervención clínica reduzca los días de ausencia por enfermedad, pero al año o más de seguimiento esto no conlleva que más personas del grupo de intervención estén trabajando. La intervención también podría reducir los síntomas de depresión y es probable que aumente la funcionalidad laboral más que la atención habitual. Las intervenciones específicas orientadas al trabajo podrían no ser más eficaces que la atención habitual orientada al trabajo por sí sola. Las intervenciones psicológicas podrían reducir el número de días de ausencia por enfermedad, en comparación con la atención habitual. Es probable que las intervenciones para mejorar la atención clínica conlleven un menor absentismo por enfermedad y niveles más bajos de depresión, en comparación con la atención habitual. No hubo evidencia de una diferencia entre los fármacos antidepresivos comparados en el efecto sobre el absentismo por enfermedad. Se necesitan investigaciones adicionales para evaluar qué combinación de intervenciones orientadas al trabajo y clínicas funciona mejor.
La incapacidad laboral como el absentismo por enfermedad es frecuente en personas con depresión.
Evaluar la efectividad de las intervenciones orientadas a reducir la incapacidad laboral en trabajadores con trastornos depresivos.
Se hicieron búsquedas en CENTRAL (The Cochrane Library), MEDLINE, Embase, CINAHL y en PsycINFO hasta el 4 de abril de 2020.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y ECA grupales de las intervenciones clínicas y orientadas al trabajo en personas con depresión, que incluyeron días de ausencia por enfermedad o no ir al trabajo como desenlaces. También se analizaron los efectos sobre la depresión y la funcionalidad laboral.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, extrajeron los datos y calificaron la certeza de la evidencia según los criterios GRADE. Se utilizaron las diferencias de medias estandarizadas (DME) o las razones de riesgos (RR) con intervalos de confianza (IC) del 95% para agrupar los resultados de los estudios que se consideraron suficientemente similares.
En esta actualización se añadieron 23 estudios nuevos. En total, se incluyeron 45 estudios con 88 grupos de estudio, con 12 109 participantes que presentaban un trastorno depresivo mayor o un nivel alto de síntomas depresivos.
Riesgo de sesgo
Los tipos más habituales de riesgo de sesgo fueron el sesgo de detección (27 estudios) y el sesgo de desgaste (22 estudios), ambos para el desenlace de ausencia por enfermedad.
Intervenciones orientadas al trabajo
Intervenciones orientadas al trabajo combinadas con intervenciones clínicas
La combinación de una intervención orientada al trabajo y una intervención clínica probablemente reduce los días de ausencia por enfermedad en el primer año de seguimiento (DME -0,25; IC del 95%: -0,38 a -0,12; nueve estudios; evidencia de certeza moderada). Esto se traduce en 0,5 menos (IC del 95%: -0,7 a -0,2) días de baja por enfermedad en las últimas dos semanas o 25 días menos durante un año (IC del 95%: -37,5 a -11,8). La intervención no da lugar a que menos personas dejen de trabajar después de un año de seguimiento (RR 1,08; IC del 95%: 0,64 a 1,83; dos estudios, evidencia de certeza alta). La intervención podría reducir los síntomas de depresión (DME -0,25; IC del 95%: -0,49 a-0,01; ocho estudios; evidencia de certeza baja) y es probable que tenga poco efecto en la funcionalidad laboral (DME -0,19; IC del 95%: -0,42 a 0,06; cinco estudios; evidencia de certeza moderada) en el primer año de seguimiento.
Intervenciones únicas orientadas al trabajo
Una sola intervención específica orientada al trabajo puede podría aumentar el número de días de ausencia por enfermedad en comparación con la atención orientada al trabajo de manera habitual (DME 0,39; IC del 95%: 0,04 a 0,74; dos estudios, evidencia de certeza baja), pero probablemente no lleva a que más personas se ausenten del trabajo en el primer año de seguimiento (RR 0,93; IC del 95%: 0,77 a 1,11; un estudio, evidencia de certeza moderada) o más allá (RR 1,00; IC del 95%: 0,82 a 1,22; dos estudios, evidencia de certeza moderada). Es probable que no haya efectos sobre los síntomas de depresión (DME -0,10; IC del 95%: -0,30 a 0,10; cuatro estudios; evidencia de certeza moderada) en el primer año de seguimiento y podría no haber efecto sobre los síntomas de depresión después del año (DME 0,18; IC del 95%: -0,13 a 0,49; un estudio; evidencia de certeza baja). La intervención podría dar lugar a una mejor funcionalidad laboral (DME -0,32; IC del 95%: -0,90 a 0,26; un estudio; evidencia de certeza baja) en el primer año de seguimiento.
Intervenciones psicológicas
Una intervención psicológica, ya sea presencial o una intervención de salud mental electrónica, con o sin orientación profesional, podría reducir el número de días de ausencia por enfermedad, en comparación con la atención habitual (DME -0,15; IC del 95%: -0,28 a -0,03; nueve estudios, evidencia de certeza baja). También podría reducir los síntomas de depresión (DME -0,30; IC del 95%: -0,45 a -0,15; ocho estudios; evidencia de certeza baja). No se sabe con certeza si estas intervenciones psicológicas mejoran la capacidad de trabajo (DME -0,15, IC del 95%: -0,46 a 0,57; un estudio; evidencia de certeza muy baja).
Intervenciones psicológicas en combinación con medicación antidepresiva
Dos estudios compararon el efecto de una intervención psicológica combinada con antidepresivos con los antidepresivos solos. Un estudio combinó la terapia psicodinámica con medicamentos antidepresivos tricíclicos (ATC) y otro combinó la terapia cognitiva conductual (TCC) administrada por teléfono con un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS). No se sabe si esta intervención reduce el número de días de ausencia por enfermedad (DME -0,38; IC del 95%: -0,99 a 0,24; dos estudios; evidencia de certeza muy baja), pero se halló que podría no tener efectos sobre los síntomas de depresión (DME -0,19; IC del 95%: -0,50 a 0,12; dos estudios; evidencia de certeza baja).
Fármacos antidepresivos solo
Tres estudios compararon la efectividad del ISRS con el inhibidor selectivo de la recaptación de norepinefrina (ISRN) en cuanto a la reducción del absentismo por enfermedad y produjeron resultados muy inconsistentes.
Mejora de la atención
En general, las intervenciones para mejorar la atención no condujeron a menos días de ausencia por enfermedad, en comparación con la atención habitual (DME -0,05; IC del 95%: -0,16 a 0,06; siete estudios, evidencia de certeza moderada). Sin embargo, en estudios con un riesgo de sesgo bajo, es probable que la intervención conlleve menos días de ausencia por enfermedad en el primer año de seguimiento (DME -0,20; IC del 95%: -0,35 a -0,05; dos estudios; evidencia de certeza moderada). Es probable que la atención mejorada reduzca los síntomas de depresión (DME -0,21; IC del 95%: -0,35 a-0,07; siete estudios; evidencia de certeza moderada), pero podría posiblemente dar lugar a una reducción de la funcionalidad laboral (DME 0,5; IC del 95%: 0,34 a 0,66; un estudio; evidencia de certeza moderada).
Ejercicio
El ejercicio de fuerza supervisado podría reducir el ausentismo por enfermedad en comparación con la relajación (DME -1,11; IC del 95%: -1,68 a -0,54; un estudio; evidencia de certeza baja). Sin embargo, es probable que el ejercicio aeróbico no sea más efectivo que la relajación o el estiramiento (DME -0,06; IC del 95%: -0,36 a 0,24; dos estudios; evidencia de certeza moderada). Ninguno de estos dos estudios hallaron diferencias entre las dos condiciones en los síntomas de depresión.
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