En muchos países la vacunación contra la neumonía (para la protección contra la infección de la bacteria neumococo), forma parte del programa de inmunización de los niños, así como de las personas con bronquiectasias. En esta revisión, la búsqueda de ensayos controlados aleatorizados que analizaron la efectividad de las vacunas antineumocócicas para las personas con bronquiectasia reveló un ensayo aleatorizado y uno cuasialeatorizado. Se concluyó que, a pesar de las limitaciones de la revisión, los adultos y los niños (cuando tienen la edad apropiada) con bronquiectasia deberían ser vacunados con la vacuna antineumocócica de polisacáridos de 23 valencias, como se sugiere en muchas guías nacionales. Debido a la ausencia de datos sobre la frecuencia de administración de la vacuna, se recomienda seguir las guías nacionales hasta que se disponga de más evidencia.
Las evidencia actual, aunque limitada, apoya el uso de la vacuna antineumocócica de 23 valencias como tratamiento habitual en adultos con bronquiectasia. La evidencia circunstancial también apoya el uso de la vacuna antineumocócica habitual de 23 valencias en niños con bronquiectasia. Se necesitan más ensayos controlados aleatorizados que analicen la eficacia de esta intervención utilizando varios tipos de vacunas en diferentes grupos de edad. No hay datos sobre la eficacia de la vacuna antineumocócica en el declive pulmonar. Dada la falta de evidencia sobre la frecuencia con la que se debe administrar la vacuna, se recomienda que los proveedores de servicios de salud se adhieran a las guías nacionales.
La bronquiectasia se reconoce cada vez más como una de las principales causas de morbilidad respiratoria, especialmente en los países en desarrollo. Incluso en los países prósperos, la bronquiectasia se observa cada vez más en algunas subsecciones de la comunidad (por ejemplo, las comunidades aborígenes) y se produce como un modificador de la comorbilidad y la enfermedad en las enfermedades respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Las exacerbaciones respiratorias en personas con bronquiectasias están asociadas con la reducción de la calidad de vida, la aceleración del declive pulmonar, la hospitalización e incluso la muerte. La vacuna antineumocócica conjugada forma parte del programa de inmunización infantil habitual en muchos países. Las recomendaciones actuales para la vacunación antineumocócica adicional incluyen a los niños y adultos con enfermedad crónica supurativa.
Evaluar la eficacia de la vacuna antineumocócica como tratamiento habitual en niños y adultos con bronquiectasia para: a) reducir la gravedad y la frecuencia de las exacerbaciones respiratorias y b) el deterioro pulmonar.
El Grupo Cochrane de Vías Respiratorias realizó búsquedas en el Registro Cochrane de Ensayos Controlados (CENTRAL), el Registro Especializado del Grupo Cochrane de Vías Respiratorias, las bases de datos MEDLINE y EMBASE. También se contactó con los fabricantes farmacéuticos de vacunas antineumocócicas. Las últimas búsquedas se realizaron en noviembre de 2008.
Todos los ensayos controlados aleatorizados que utilizaron la vacuna antineumocócica en niños y adultos con bronquiectasia. Se incluyeron todos los tipos de vacunas antineumocócicas.
Los resultados de las búsquedas se analizaron en base a criterios de inclusión predeterminados. No se identificaron ensayos elegibles y, por lo tanto, no se disponía de datos para el análisis. Se informó de un pequeño ensayo controlado no aleatorizado en niños.
Un estudio aleatorizado controlado y abierto en 167 adultos con enfermedad pulmonar crónica (bronquiectasia y otras enfermedades asociadas a la bronquiectasia) comparó la vacuna neumocócica (PV) de 23 valencias y la vacuna contra la gripe con la vacuna contra la gripe sola (grupo de control). El estudio encontró una reducción significativa de las exacerbaciones respiratorias infecciosas agudas en el grupo de PV en comparación con el grupo de control, OR = 0,48 (IC del 95%: 0,26, 0,88); número necesario a tratar para obtener un beneficio = 6 (IC del 95%: 4, 32) durante 2 años. Sin embargo, no hubo diferencias en los episodios de neumonía entre los grupos y no se disponía de datos sobre el declive pulmonar. En otro estudio, sobre un ensayo no aleatorizado en niños, se halló un beneficio en la eliminación de neumococos en el esputo pero no se describió ningún efecto clínico.
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