Durante el trasplante hepático, el cirujano sujeta las venas principales (se bloquean con pinzas) para completar la operación. Esta técnica permite disminuir la sangre que regresa al corazón ya que tiene la posibilidad de disminuir la presión arterial y el flujo sanguíneo a los órganos vitales. Para evitar este hecho, se recomienda el desvío del flujo sanguíneo por un circuito externo que evite las pinzas y que retorne esta sangre al corazón (derivación venovenosa). Sin embargo, el uso de la derivación venovenosa se asocia con un riesgo de importantes complicaciones potencialmente mortales y también con complicaciones menores. Por lo tanto, el uso de la derivación venovenosa es polémico.
Se efectuaron búsquedas sistemáticas en diversas bases de datos médicas para determinar si la derivación venovenosa es necesaria durante el trasplante hepático. Se identificaron tres ensayos clínicos aleatorios con alto riesgo de error sistemático y de errores aleatorios que compararon la derivación venovenosa (n = 65) con ninguna derivación venovenosa (n = 66). Ningún ensayo informó la supervivencia del injerto o de los pacientes. No hubo diferencias significativas en cuanto a la insuficiencia renal o a los requerimientos de una transfusión sanguínea entre ambos grupos. En ninguno de los ensayos se informaron complicaciones relacionadas a la derivación venovenosa o el requerimiento de la misma en el grupo de control. Además, se identificó un ensayo con alto riesgo de error sistemático y de errores aleatorios que comparó la técnica de la aguja (enfoque percutáneo) (n = 20) con la técnica abierta (n = 19) de la derivación venovenosa. No se informó la supervivencia del paciente y del injerto. No hubo diferencias en la derivación venovenosa relacionada con las complicaciones entre ambos grupos. La duración de la cirugía fue menor en el grupo de técnica percutánea. No existen pruebas que apoyen el uso sistemático de la derivación venovenosa para el transplante hepático.
No se hallaron pruebas para apoyar o refutar el uso de la derivación venovenosa para el trasplante hepático. No existen pruebas para elegir alguna técnica específica de derivación venovenosa para el trasplante hepático.
La derivación venovenosa se utiliza para contrarrestar los efectos del pinzamiento de la vena cava inferior y de la vena porta durante el trasplante hepático. Sin embargo, el uso habitual de esta derivación es polémico.
Comparar los efectos beneficiosos y perjudiciales de la derivación venovenosa (independientemente de la técnica abierta o percutánea; cubierta de heparina o sin heparina) versus ninguna derivación venovenosa durante el trasplante hepático. Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de las diferentes técnicas de derivación venovenosa durante el trasplante hepático.
Se hicieron búsquedas en el Registro Especializado de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane Hepatobiliar (Cochrane Hepato-Biliary Group), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials , CENTRAL) en Cochrane Library, MEDLINE, EMBASE, y en Science Citation Index Expanded hasta diciembre 2010.
Se incluyeron ensayos clínicos con asignación aleatoria que compararon la derivación venovenosa durante el transplante hepático (independientemente del idioma o del estado de la publicación).
Dos autores, de forma independiente, evaluaron los ensayos para su inclusión y extrajeron los datos. Los datos se analizaron con el modelo de efectos fijos y con el de efectos aleatorios mediante el análisis con el programa informático RevMan. Para los resultados continuos, se calculó la diferencia de medias (DM) con intervalos de confianza (IC) del 95% sobre la base del análisis de intención de tratar o de los análisis de casos disponibles. Para los resultados binarios, se utilizó la prueba exacta de Fisher ya que ninguna de las comparaciones de los resultados binarios incluyó más de un ensayo.
Se identificaron tres ensayos con alto riesgo de sesgo que compararon la derivación venovenosa (n = 65) versus ninguna derivación venovenosa (n = 66). La supervivencia del injerto o de los pacientes no se informó en los ensayos. No hubo diferencias significativas en cuanto a la insuficiencia renal o a los requerimientos de una transfusión sanguínea entre ambos grupos. Ninguno de los ensayos informó morbilidad relacionada a la derivación venovenosa o el requerimiento de la misma en el grupo de control.
Se identificó un ensayo con alto riesgo del sesgo que comparó la técnica percutánea (n = 20) versus la técnica abierta (n = 19) para la derivación venovenosa. No se informó la supervivencia del paciente y del injerto. No hubo diferencias en la derivación venovenosa relacionada con la morbilidad entre ambos grupos. La duración de la cirugía fue significativamente menor en el grupo de técnica percutánea (DM -59 minutos; IC del 95%: -102 a -16).