La rotura prematura de membranas antes de las 37 semanas de gestación (y cuando hay al menos una hora entre la rotura de membranas y el inicio de las contracciones y el trabajo de parto) puede tener consecuencias para la madre y feto. Se calcula que después de la rotura prematura de membranas, la mitad de las pacientes inician su trabajo de parto en el transcurso de una semana, y tres cuartos en el transcurso de quince días. Lo anterior significa que el feto puede nacer prematuramente y la madre y el recién nacido tienen riesgo de infección. Cuando está disponible, la mayoría de los médicos recomienda la atención hospitalaria de las pacientes para permitir la monitorización y la detección temprana de cualquier problema. Sin embargo, es posible que algunas pacientes vayan a su domicilio después de un período de observación en el hospital. No se han establecido la seguridad, el costo ni los criterios de las pacientes acerca del tratamiento en el domicilio.
En la revisión se incluyeron dos estudios controlados aleatorizados con 116 pacientes. Estos estudios compararon atención hospitalaria versus domiciliaria planificada en pacientes con rotura prematura de membranas (RPM). En ambos estudios, se aplicaron criterios estrictos para decidir si se podía incluir a las mujeres; por ejemplo, las pacientes tenían que vivir a una cierta distancia de los centros de urgencia y no debían haber signos de infección u otros problemas de las madres ni los fetos. Hubo un período de monitorización en el hospital para las pacientes de ambos grupos.
Los resultados indicaron que hubo pocas diferencias en la salud de las madres y los recién nacidos entre las pacientes atendidas en el domicilio o en el hospital, incluida mortalidad infantil, enfermedad grave o ingreso a unidades neonatales de cuidados intensivos.
Hubo alguna evidencia de que las pacientes atendidas en el hospital tuvieron mayores probabilidades de tener un parto por cesárea. Las pacientes atendidas en el domicilio tuvieron más probabilidades de pasar menos tiempo en el hospital (aproximadamente diez días menos de hospitalización) y estaban más satisfechas con la atención. Además, la atención domiciliaria se asoció con una reducción en los costos. En general, el número de pacientes incluidas en los dos estudios fue demasiado pequeño para permitir la evaluación adecuada de los resultados.
La revisión incluyó dos estudios relativamente pequeños que no tuvieron poder estadístico suficiente para detectar diferencias significativas entre los grupos. Se requieren ensayos controlados aleatorizados grandes y con un poder estadístico adecuado para medir las diferencias entre los grupos en resultados preespecificados relevantes. Se debe prestar atención especial a la evaluación de la satisfacción materna con la atención y al análisis de los costos, ya que ambos tendrán implicaciones sociales y económicas en los países desarrollados y en desarrollo.
La rotura prematura de membranas (RPM) se asocia con un aumento en el riesgo de morbilidad y mortalidad materna y neonatal. Las pacientes con RPM son tratadas principalmente en el hospital. Es posible que pacientes seleccionadas puedan ser tratadas en el domicilio después de un período de observación. No se han establecido la seguridad, el costo ni los criterios de las pacientes acerca del tratamiento en el domicilio.
Evaluar la seguridad, el costo y los criterios de las pacientes acerca de la atención hospitalaria versus domiciliaria planificada en pacientes con RPM.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (31 julio 2013) y en las listas de referencias de todos los artículos identificados.
Ensayos aleatorizados y cuasialeatorizados que compararan atención hospitalaria versus domiciliaria planificada en pacientes con RPM antes de las 37 semanas de gestación.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los ensayos clínicos según su elegibilidad para la inclusión y el riesgo de sesgo y realizaron la extracción de los datos.
Se incluyeron dos ensayos (116 mujeres) que compararon atención hospitalaria versus domiciliaria planificada en la RPM. En general, el número de pacientes incluidas en cada ensayo fue demasiado pequeño para permitir la evaluación adecuada de los resultados preespecificados. Los investigadores utilizaron criterios de inclusión estrictos y en ambos estudios, relativamente pocas pacientes con RPM fueron elegibles para la inclusión. Las pacientes fueron monitorizadas durante 48 a 72 horas antes de la asignación al azar. La mortalidad perinatal se informó en un ensayo y no hubo evidencia suficiente para determinar si difirió entre los dos grupos (riesgos relativos [RR] 1,93; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,19 a 20,05). No hubo evidencia de diferencias entre los grupos para la morbilidad neonatal grave, la corioamnionitis, la edad gestacional al parto, el peso al nacer ni el ingreso a cuidados intensivos neonatales.
No hubo información sobre la morbilidad materna grave ni la mortalidad. Hubo alguna evidencia de que las pacientes tratadas en el hospital tuvieron mayores probabilidades de tener un parto por cesárea (RR [efectos aleatorios] 0,28; IC del 95%: 0,07 a 1,15). Sin embargo, los resultados se deben interpretar con precaución, ya que hay una heterogeneidad moderada para este resultado (I²= 35%). Las pacientes asignadas al azar a atención domiciliaria estuvieron diez días menos hospitalizadas (diferencia de medias -9,60; IC del 95%: -14,59 a -4,61) y estaban más satisfechas con la atención. Además, la atención domiciliaria se asoció con una reducción en los costos.
La traducción y edición de las revisiones Cochrane han sido realizadas bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con Infoglobal Suport, cochrane@infoglobal-suport.com.