La cabeza del radio está ubicada en el extremo superior del radio, que es uno de los dos huesos del antebrazo. Las fracturas de cabeza del radio son las fracturas más frecuentes del codo en adultos. Las mismas pueden afectar gravemente la función del codo. Las fracturas menos graves en general son tratadas sin cirugía y las fracturas más graves con intervención quirúrgica. Existen tres tipos principales de cirugía. Uno es la resección, en la que se extrae la cabeza del radio fracturada. Otro tipo es la reducción abierta y la fijación interna (RAFI), en la que el hueso fracturado se ubica en su posición original y se fija en su lugar mediante el uso de diversos dispositivos como tornillos. El tercer tipo de intervención quirúrgica es el reemplazo de cabeza del radio o artroplastia, en la que la cabeza del radio se reemplaza con un implante metálico. Existen dudas y controversia acerca de cuándo se necesita cirugía, así como qué tipo de intervención quirúrgica es mejor.
Esta revisión incluye pruebas de tres ensayos aleatorios con un total de 251 participantes. Los tres ensayos tuvieron riesgo de sesgo, lo cual significa que tal vez los resultados no sean fiables.
Dos ensayos compararon el reemplazo de cabeza del radio con RAFI para el tratamiento de las fracturas de cabeza del radio muy fragmentadas. Estos ensayos mostraron que después del reemplazo de cabeza del radio, los pacientes presentaron una mejoría significativa de la función del codo y menos eventos adversos que los tratados con RAFI en el plazo de entre uno y tres años de seguimiento.
Un ensayo comparó clavos biodegradables con tornillos metálicos estándar para el tratamiento de las fracturas de cabeza del radio desplazadas. Encontró resultados similares para los dos tipos de materiales en cuanto a la función del codo y los eventos adversos.
En términos generales, hay algunas pruebas para apoyar el reemplazo de cabeza del radio para el tratamiento de las fracturas de cabeza del radio muy fragmentadas en lugar de intentar la fijación del hueso fracturado en su posición original. Sin embargo, las pruebas son de baja calidad y no se conoce si estos resultados podrían aplicarse a más largo plazo o de forma más general. El uso de implantes biodegradables puede presentar la misma eficacia que los implantes metálicos para la fijación de algunas fracturas, generalmente más estables aunque se necesitan más pruebas para confirmar estos datos.
Sólo es posible establecer conclusiones provisionales a partir de las pruebas disponibles en esta revisión. En comparación con la RAFI, hubo algunas pruebas de que el reemplazo de cabeza del radio dio lugar a una mejoría en la función del codo y a menos eventos adversos para las fracturas de cabeza del radio de tipo III de Mason a corto plazo. Sin embargo, las pruebas son de baja calidad y no se conoce si estos resultados podrían aplicarse a más largo plazo o de forma más general. El uso de implantes biodegradables puede presentar la misma eficacia que los implantes metálicos para la fijación de algunas fracturas generalmente más estables, aunque se necesitan más pruebas para confirmar estos datos. Se necesitan pruebas de buena calidad para considerar las áreas de incertidumbre en cuanto al tratamiento quirúrgico de las fracturas de cabeza del radio.
Las fracturas de cabeza del radio son el tipo más común de fractura del codo y pueden afectar gravemente la función del codo. Existen dudas y controversia acerca de cuándo indicar la cirugía así como qué tipo de intervención quirúrgica es mejor.
Evaluar los efectos de las intervenciones quirúrgicas para el tratamiento de las fracturas de cabeza del radio en adultos. Se intentó comparar el tratamiento quirúrgico versus no quirúrgico y diferentes métodos de intervención quirúrgica.
Se hicieron búsquedas en el Registro Especializado de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane de Lesiones Óseas, Articulares y Musculares (Cochrane Bone, Joint and Muscle Trauma Group) (mayo 2012), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (The Cochrane Library; 2012 número 4), MEDLINE (1946 hasta mayo de 2012), EMBASE (1980 hasta 2012, semana 19) y registros de ensayos (noviembre de 2011). No se aplicaron restricciones en cuanto al idioma.
Todos los ensayos controlados aleatorios y cuasialeatorios que evaluaran las intervenciones quirúrgicas para el tratamiento de las fracturas de cabeza del radio.
Dos revisores seleccionaron los ensayos de forma independiente, evaluaron el riesgo de sesgo y extrajeron los datos. Cuando fue apropiado, se combinaron los resultados.
Se incluyeron tres ensayos controlados aleatorizados en los que participaron un total de 251 personas. Los tres ensayos estuvieron en riesgo alto de sesgo de realización, lo cual refleja el hecho de que no fue posible realizar el cegamiento de los cirujanos. Un ensayo estuvo en riesgo bajo de sesgo de selección, aunque fue debilitado por un sesgo alto de deserción, en parte debido a las exclusiones posteriores a la asignación al azar. No hubo detalles completos de la metodología en cuanto a los otros dos ensayos, lo cual generalmente dio lugar a que se consideraran en riesgo incierto de sesgo.
Dos ensayos compararon el reemplazo de la cabeza del radio con la reducción abierta y fijación interna (RAFI) para el tratamiento de las fracturas de cabeza del radio de tipo III de Mason. Los revisores informaron los resultados a una media de 2,8 años y 15 meses respectivamente. Hubo diferencias significativas entre los dos grupos a favor del reemplazo de cabeza del radio en cuanto a las puntuaciones del codo de Broberg y Morrey (92,1 versus 72,4; diferencia de medias [DM] 19,70; intervalo de confianza [IC] del 95%: 15,64 a 23,76; un ensayo, 45 participantes), las puntuaciones del codo de Broberg y Morrey excelentes y buenas (33/36 versus 16/31, cociente de riesgos [CR] 1,88; IC del 95%: 1,27 a 2,77; dos ensayos) y los eventos adversos generales (6/36 versus 15/31; CR 0,33; IC del 95%: 0,14 a 0,77; dos ensayos). No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos en ninguno de los eventos adversos individuales informados.
Un ensayo comparó clavos biodegradables con tornillos metálicos estándar para el tratamiento de las fracturas de cabeza del radio de clasificación AO 21 B2. Los dos tipos de dispositivos de fijación produjeron resultados similares, sin diferencias significativas entre los grupos en las puntuaciones de Broberg y Morrey (93,3 versus 90,9; DM 2,40; IC del 95%: -0,10 a 4,90), las puntuaciones del codo de Broberg y Morrey excelentes o buenas (72/74 versus 56/61; CR 1,06; IC del 95%: 0,97 a 1,15) y los eventos adversos (13/82 versus 16/82; CR 0,81; IC del 95%: 0,42 a 1,58) a los dos años de seguimiento.
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