¿La administración de corticosteroides inhalados cuando es necesario por los síntomas puede ayudar a los pacientes con asma leve a no empeorar?

Los corticosteroides inhalados (CSI) diarios son la base de la medicación prescrita para los pacientes con asma que presentan cada vez más dificultades respiratorias. Sin embargo, en los que presentan una forma más leve de la enfermedad, es difícil predecir cuándo empeorará el asma y, por lo tanto, muchos pacientes no utilizan el inhalador de forma regular. En esta revisión, se comparó la administración intermitente de CSI al comienzo de un episodio de asma versus tratamiento placebo en niños y adultos con asma leve (dos ensayos con 385 participantes) y en niños en edad preescolar considerados con riesgo de desarrollar síntomas de asma en el futuro (cuatro ensayos con 490 participantes).

Se encontró que la administración intermitente de CSI redujo el número de pacientes con necesidad de esteroides orales para controlar los síntomas de asma. También se asoció con una mejoría en las pruebas pulmonares en adultos. Aunque los efectos beneficiosos mayores se observaron en los adultos que utilizaron un dispositivo inhalador combinado cuando los síntomas estaban en desarrollo, estos datos se basaron en los resultados de un único estudio publicado. No hubo aumentos en los problemas de seguridad para el CSI utilizado de esta forma, aunque no hubo datos suficientes para buscar diferencias en las hospitalizaciones, los síntomas de asma o los eventos adversos.

Estos hallazgos solamente representan un subgrupo de todos los pacientes con asma. En particular, los pacientes con síntomas frecuentes o graves necesitan recibir medicación todos los días para reducir la inflamación cada vez mayor en las vías respiratorias pulmonares. Los resultados consideraron por separado a los niños en edad preescolar de un año de edad, cuando es más difícil predecir si el asma continuará en la edad adulta. Además, aún no se conoce qué tipo y dosis de CSI son más efectivos, así como el mejor modelo o administración para el uso intermitente de la medicación. No obstante, la combinación de un CSI con un fármaco de alivio puede ofrecer a los médicos y a los pacientes un nuevo enfoque para los síntomas más leves si se utiliza de forma apropiada.

Conclusiones de los autores: 

En los niños y los adultos con asma persistente leve, dos estudios han mostrado que la administración intermitente de CSI en el momento de la exacerbación redujo a la mitad las posibilidades de necesitar corticosteroides orales. Este resultado es estadísticamente significativo si se supone que el tamaño del efecto es el mismo para cada población estudiada (modelo de efectos fijos), aunque no es estadísticamente significativo al utilizar un modelo de efectos aleatorios. Sin embargo, la escasez de pruebas publicadas limita las conclusiones hacia el uso de esta medicación "según sea necesario". El escaso número de estudios y de participantes fue la razón principal de la disminución de la calidad general de los resultados. Se encontró un resultado correspondiente en los niños en edad preescolar con sibilancias. En este grupo etario, una mejoría en la puntuación de los síntomas de asma diurnos y nocturnos y en la calidad de vida de los niños percibida por los padres favoreció de manera similar al grupo de CSI. Sin embargo, no hubo diferencias estadísticas en los grupos en cuanto a las tasas de hospitalización. Este tratamiento no se asoció con un aumento significativo en los eventos adversos. No se observó supresión del crecimiento con la administración intermitente de CSI en los niños en edad preescolar o en edad escolar. Debido al número limitado de estudios disponibles, se recalca la necesidad de más estudios controlados aleatorios para confirmar estos resultados.

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Antecedentes: 

Las guías internacionales recomiendan la administración de corticosteroides inhalados (CSI) diarios en el tratamiento de los niños y los adultos con asma persistente. Sin embargo, en ámbitos clínicos del mundo real, esta medicación a menudo es utilizada a intervalos irregulares por los pacientes. Las pruebas recientes indican que la administración intermitente de CSI, con el tratamiento iniciado en el momento de los primeros síntomas, todavía puede tener efectos beneficiosos para reducir la gravedad de las exacerbaciones del asma.

Objetivos: 

Comparar la eficacia y la seguridad de los CSI intermitentes versus placebo en el tratamiento de los niños y los adultos con diagnóstico de síntomas de asma persistente leve, o con sospechas de dicha afección.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en el registro especializado de ensayos del Grupo Cochrane de Vías Respiratorias (Cochrane Airways Group, CAGR), en el sitio web de ClinicalTrials.gov y en el portal de ensayos de la Organización Mundial de la Salud (World Health Organization, WHO) en marzo 2015.

Criterios de selección: 

Se incluyeron los ensayos controlados aleatorios (ECA) que compararon la administración intermitente de CSI versus placebo en niños y adultos con síntomas de asma persistente. No se permitieron cointervenciones que no fueran fármacos de alivio y corticosteroides orales de rescate durante las exacerbaciones.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los ensayos para su inclusión, su calidad metodológica y extrajeron los datos. El resultado primario de eficacia fue el riesgo de exacerbaciones del asma que requirieran corticosteroides orales y el resultado primario de seguridad fueron los eventos adversos graves de salud. Los resultados secundarios incluyeron exacerbaciones, pruebas de la función pulmonar, control del asma, efectos adversos y tasas de retiros. La calidad de las pruebas se evaluó mediante los criterios GRADE.

Resultados principales: 

Seis ensayos (que representaron a 490 niños en edad preescolar, 145 niños en edad escolar y 240 adultos) cumplieron con los criterios de inclusión. La duración de los estudios fue de 12 a 52 semanas. Los resultados de los niños en edad preescolar se presentaron en un análisis por separado debido a que estos datos representan una afección clínica diferente, no necesariamente relacionada con la aparición de asma a largo plazo.

Hubo una reducción del riesgo de los pacientes de experimentar una o más exacerbaciones que requirieran corticosteroides orales en los niños mayores (145 participantes, odds ratio [OR] 0,57; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,29 a 1,12; pruebas de baja calidad) y los adultos con asma (240 participantes, OR 0,10; IC del 95%: 0,01 a 1,95; pruebas de baja calidad). Cada uno de estos análisis se basó en los hallazgos de un único estudio. No se observaron diferencias entre los grupos en cuanto al riesgo de que los pacientes experimentaran eventos adversos graves de salud (385 participantes; OR 1,00; IC del 95%: 0,14 a 7,25; pruebas de calidad moderada). En comparación con el grupo placebo, no hubo un número suficiente de participantes para establecer conclusiones firmes sobre si el grupo de CSI intermitentes mostró alguna reducción de la tasa de hospitalizaciones, las puntuaciones de los síntomas diurnos y nocturnos, o los eventos adversos. Las pruebas de la función pulmonar informada por un único estudio favorecieron la administración de CSI. No hubo diferencias significativas entre los grupos en la tasa de crecimiento de los niños, o en los retiros generales.

En los niños en edad preescolar con episodios de sibilancias frecuentes, la administración intermitente de CSI en el momento de la aparición de los primeros síntomas redujo a la mitad la probabilidad de necesitar corticosteroides orales de rescate (490 participantes; OR: 0,48; IC del 95%: 0,31 a 0,73; pruebas de calidad moderada con heterogeneidad mínima). El tratamiento intermitente se asoció con menos eventos adversos graves (439 participantes; OR 0,42; IC del 95%: 0,17 a 1,02; pruebas de baja calidad). No hubo diferencias significativas en las hospitalizaciones o en un único estudio que midió la calidad de vida percibida por los padres. Sin embargo, el tratamiento intermitente se asoció con mejorías en los síntomas diurnos y nocturnos. No hubo aumento en las tasas de retiros, ni en los eventos adversos generales y específicos del tratamiento.

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