Mensajes clave:
No se sabe si el uso de la denervación renal puede mejorar los riesgos para el corazón, los vasos sanguíneos y los riñones en personas con hipertensión resistente.
Sin embargo, la denervación renal podría ser eficaz para disminuir la presión arterial en personas con hipertensión resistente.
¿Qué es la hipertensión resistente?
La hipertensión resistente es una enfermedad en la que los niveles altos de presión arterial continúan incluso después de que se hayan administrado varios medicamentos para reducir la presión arterial (antihipertensivos) a dosis altas. Se calcula que del 10% al 20% de las personas con hipertensión tiene hipertensión resistente.
¿Qué se quería averiguar?
La denervación renal es un tratamiento que consiste en destruir los nervios renales mediante una técnica mínimamente invasiva con un catéter para tratar la presión arterial alta. Se quiso saber si la denervación renal reduciría de forma segura la presión arterial y mejoraría la calidad de vida de las personas con hipertensión resistente.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que compararan la denervación renal con otros tratamientos o con ningún tratamiento en personas con hipertensión resistente.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 15 estudios en los que participaron más de 1400 personas con hipertensión resistente y que duraron de tres a 24 meses.
Resultados principales:
Hasta ahora, se desconoce si el uso de la denervación renal puede mejorar los riesgos para el corazón, los vasos sanguíneos y los riñones en personas con hipertensión resistente. Por otro lado, la denervación renal podría ser eficaz para disminuir la presión arterial en personas con hipertensión resistente.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Se necesitan más estudios que analicen factores importantes para los pacientes, como la calidad de vida. Se necesitan estudios de mayor duración y con más participantes para averiguar si la denervación puede reducir la presión arterial.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta revisión actualiza una revisión anterior. La evidencia está actualizada hasta noviembre de 2020.
En los pacientes con hipertensión resistente, existe evidencia de certeza baja de que la denervación renal no mejora los principales desenlaces cardiovasculares ni la función renal. Por el contrario, existe evidencia de certeza moderada de que podría mejorar la PA diastólica medida en la MAPA de 24 horas y en la consulta. Se necesitan futuros ensayos que midan desenlaces centrados en el paciente en lugar de variables indirectas, con períodos de seguimiento más largos, un tamaño muestral mayor y métodos de intervención más estandarizados para aclarar la utilidad de esta intervención en esta población.
La hipertensión resistente es muy prevalente entre la población hipertensa general y el tratamiento clínico de esta enfermedad sigue siendo problemático. Diferentes enfoques, como un tratamiento antihipertensivo más intensivo, cambios en el estilo de vida o ambos, han fracasado en gran medida a la hora de mejorar los desenlaces de los pacientes y reducir el riesgo cardiovascular y renal. Dado que la hiperactividad simpática renal es una de las principales causas de la hipertensión resistente, en la última década se ha propuesto la ablación simpática renal (denervación renal) como posible alternativa terapéutica para tratar esta enfermedad.
Se buscó evaluar los efectos a corto y largo plazo de la denervación renal en personas con hipertensión resistente sobre variables de valoración clínicas, incluidas los eventos cardiovasculares mortales y no mortales, la mortalidad por todas las causas, los ingresos hospitalarios, la calidad de vida, el control de la presión arterial, la hipertrofia ventricular izquierda, el perfil cardiovascular y metabólico y la función renal, así como los posibles eventos adversos relacionados con la intervención.
Para esta revisión actualizada, el documentalista del Grupo Cochrane de Hipertensión (Cochrane Hypertension) buscó ensayos controlados aleatorizados en las siguientes bases de datos hasta el 3 de noviembre de 2020: el registro especializado del Grupo Cochrane de Hipertensión, CENTRAL (número 11, 2020), Ovid MEDLINE y Ovid Embase. Se hicieron búsquedas de ensayos en curso en la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud (vía CENTRAL) y en el US National Institutes of Health Ongoing Trials Register (ClinicalTrials.gov). También se estableció contacto con los autores de los artículos relevantes con respecto a otros trabajos publicados y no publicados. En la búsqueda no hubo restricciones de idioma.
Se consideraron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon la denervación renal con el tratamiento estándar o la intervención simulada para tratar la hipertensión resistente, sin restricción de idioma.
Dos autores de la revisión extrajeron los datos de forma independiente y evaluaron el riesgo de sesgo de los estudios. Los efectos del tratamiento sobre los desenlaces clínicos disponibles y los eventos adversos se resumieron mediante metanálisis de efectos aleatorios. La heterogeneidad en los efectos estimados del tratamiento se evaluó mediante las estadísticas Ji² e I². Las estimaciones generales del tratamiento se calcularon como una diferencia de medias (DM) o una diferencia de medias estandarizada (DME) para los desenlaces continuos y una razón de riesgos (RR) para los desenlaces dicotómicos, junto con sus intervalos de confianza (IC) del 95%. La certeza de la evidencia se evaluó con el método GRADE.
Se encontraron 15 estudios elegibles (1416 participantes). En cuatro estudios, la denervación renal se comparó con una intervención simulada; en los restantes, la denervación renal se comparó con un tratamiento antihipertensivo estándar o intensificado. La mayoría de estudios tuvieron un riesgo de sesgo alto o incierto para la ocultación de la asignación y el cegamiento.
En comparación con el control, hubo evidencia de certeza baja de que la denervación renal tuvo poco o ningún efecto sobre el riesgo de infarto de miocardio (cuatro estudios; 742 participantes; RR 1,31; IC del 95%: 0,45 a 3,84), accidente cerebrovascular isquémico (cinco estudios, 892 participantes; RR 0,98; IC del 95%: 0,33 a 2,95), angina inestable (tres estudios, 270 participantes; RR 0,51; IC del 95%: 0,09 a 2,89) u hospitalización (tres estudios, 743 participantes; RR 1,24; IC del 95%: 0,50 a 3,11). De acuerdo con evidencia de certeza moderada, la denervación renal podría reducir la PA sistólica en la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) de 24 horas (nueve estudios, 1045 participantes; DM -5,29 mmHg; IC del 95%: -10,46 a -0,13), la PA diastólica en la MAPA (ocho estudios, 1004 participantes; DM -3,75 mmHg; IC del 95%: -7,10 a -0,39) y la PA diastólica en la consulta (ocho estudios, 1049 participantes; DM -4,61 mmHg; IC del 95%: -8,23 a -0,99). Por el contrario, esta intervención tuvo poco o ningún efecto en la PA sistólica en la consulta (diez estudios, 1090 participantes; DM -5,92 mmHg; IC del 95%: -12,94 a 1,10). La evidencia de certeza moderada indicó que la denervación renal podría no reducir la creatinina sérica (cinco estudios, 721 participantes, DM 0,03 mg/dl; IC del 95%: -0,06 a 0,13) y podría no aumentar la filtración glomerular estimada (FGe) ni el aclaramiento de creatinina (seis estudios, 822 participantes; DM -2,56 ml/min; IC del 95%: -7,53 a 2,42).
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