Antecedentes
Durante el ingreso a la unidad de cuidados intensivos (UCI), lo/as pacientes y sus cuidadores experimentan estresantes físicos y psicológicos que pueden dar lugar a una mayor ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT). La mejoría en la comunicación entre pacientes, cuidadores y médico/as, enfermero/as, y otro personal de la UCI puede mejorar estos resultados. La comunicación puede incluir intervenciones informativas o educacionales, en diferentes formatos, que procuran mejorar el conocimiento del trastorno del paciente, el plan de tratamiento, o los retos que pueden enfrentar después del alta de la UCI.
Características de los estudios
La evidencia está actualizada hasta el 10 abril de 2017. Se incluyeron ocho estudios con 1157 pacientes de la UCI y 943 cuidadores de lo/as pacientes de la UCI. Siete estudios están en espera de clasificación porque no se pudo evaluar su elegibilidad y hay tres estudios en curso. Se incluyeron estudios que evaluaban la información suministrada a lo/as pacientes o sus cuidadores en comparación con ninguna información, y estudios que evaluaban la información como parte de una intervención más compleja en comparación con una intervención compleja que no incluía información ni educación. Los estudios incluyeron información variada: estandarizada o adaptada al individuo, administrada de forma regular o en una única ocasión, y que incluía información verbal o escrita, grabaciones de audio, información multimedia y paquetes de información interactiva.
Resultados clave
En términos generales, no se conoce si es la información o la educación (administrada sola o como parte de una intervención más compleja) la que mejora los resultados para los pacientes y los cuidadores después de la estancia en la UCI. Para los pacientes, no se conoce si es la información o la educación la que reduce la ansiedad o la depresión, o mejora la calidad de vida relacionada con la salud. Un paciente solicitó retirarse del estudio debido a que consideró que su salud mental empeoró cuando respondieron a un cuestionario para evaluar la ansiedad y la depresión, aunque no está claro si esta persona recibió la intervención de información o no. Ningún estudio informó sobre el TEPT en pacientes. En cuidadores, no se conoce si es la información o la educación la que reduce la ansiedad o la depresión o mejora la adquisición de conocimiento por parte de cuidadores o la satisfacción con la información proporcionada.
Calidad de la evidencia
No fue posible para los investigadores realizar la ocultación de la intervención recibida a pacientes y cuidadores, y no se conoce si este hecho afectaría los resultados, que dependían de las autoevaluaciones. Los autores de los estudios no informaron el uso de métodos rigurosos de forma sistemática para realizar los ensayos aleatorios, y se observaron algunas pérdidas de pacientes y cuidadores durante los estudios. Se encontraron pocos estudios pequeños para esta revisión, que informaron datos limitados para muchos resultados de interés. No se conoce si es efectiva la información o la educación debido a la evidencia de muy baja certeza.
Conclusión
No existe seguridad acerca de los efectos de las intervenciones de información o educación administradas a pacientes adultos de la UCI y sus cuidadores. La evidencia fue de certeza muy baja, y la confianza en la evidencia fue limitada. Se sabe de la existencia de tres estudios en curso y de siete estudios que fueron completados de forma reciente pero todavía no publicados. Estos estudios pueden aportar evidencia adicional o mejorar la certeza de los resultados en las actualizaciones futuras de la revisión.
No existe seguridad en cuanto a los efectos de las intervenciones de información o de educación administradas a pacientes adultos de la UCI y sus cuidadores, debido a que la evidencia en todos los casos fue de certeza muy baja y la confianza en la evidencia fue limitada. Los estudios en curso pueden aportar más datos e introducir más certeza cuando se incorporen a futuras actualizaciones de la revisión.
Durante el ingreso a la unidad de cuidados intensivos (UCI), los pacientes y los cuidadores experimentan estresantes físicos y psicológicos que pueden dar lugar a trastornos psicológicos que incluyen ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT). La mejoría en la comunicación entre los profesionales sanitarios, los pacientes y los cuidadores puede aliviar estos trastornos. La comunicación puede incluir intervenciones informativas o educacionales, en diferentes formatos, que procuran mejorar el conocimiento del pronóstico, el tratamiento o los retos previstos después del alta de la UCI.
Evaluar los efectos de las intervenciones de información o de educación para la mejoría de los resultados en pacientes adultos de la UCI y sus cuidadores.
Se realizaron búsquedas en el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials [CENTRAL]), MEDLINE, Embase, CINAHL y en PsycINFO desde el inicio de las bases de datos hasta 10 abril 2017. Se hicieron búsquedas en los registros de ensayos clínicos y en la literatura gris, y se buscaron listas de referencias de los estudios incluidos y revisiones relacionadas.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorios (ECA), y se planificó incluir ensayos controlados cuasialeatorios, que comparaban las intervenciones de información o de educación presentadas a participantes versus ninguna intervención de información o de educación, o que comparaban intervenciones de información o de educación como parte de una intervención compleja versus una intervención compleja sin información ni educación. Se incluyó a participantes que eran pacientes adultos de la UCI, o a sus cuidadores; los mismos incluían a familiares y no familiares, incluidos los representantes significativos de los pacientes.
Dos autores de la revisión evaluaron los estudios para la inclusión, extrajeron los datos, evaluaron el riesgo de sesgo y aplicaron los criterios GRADE para evaluar la certeza de la evidencia de forma independiente.
Se incluyeron ocho ECA con 1157 participantes pacientes y 943 participantes cuidadores. No se encontraron ensayos controlados cuasialeatorios. Se identificaron siete estudios que esperan clasificación y tres estudios en curso.
Tres estudios diseñaron una intervención dirigida a pacientes, cuatro a cuidadores, y uno tanto a pacientes como a cuidadores. Los estudios incluyeron información variada: estandarizada o adaptada, presentada una vez o varias veces y que incluía información verbal o escrita, grabaciones de audio, información multimedia y paquetes de información interactiva. Cinco estudios informaron métodos consistentes de asignación al azar y ocultación de la asignación. Se observaron tasas altas de desgaste en cinco estudios. No fue factible cegar a lo/as participantes, y todos los estudios se calificaron como en alto riesgo de sesgo de realización, y en riesgo poco claro de sesgo de detección debido a que la mayoría de los resultados requirieron el autoinforme.
Se intentó agrupar los datos estadísticamente, sin embargo, este procedimiento no siempre fue posible debido a los niveles altos de heterogeneidad. Se calcularon las diferencias de medias (DM) mediante los datos informados por parte de los autores de los estudios individuales cuando fue posible, y los resultados se sintetizaron de forma narrativa. Se informaron las siguientes dos comparaciones.
Intervención de información o de educación versus ninguna intervención de información o de educación (cuatro estudios)
Para la ansiedad de los pacientes, no se agruparon los datos de tres estudios (332 participantes) debido a la heterogeneidad estadística apreciable no explicada y las posibles diferencias clínicas o metodológicas en los estudios. Un estudio informó menos ansiedad cuando se utilizó una intervención (DM -3,20; intervalo de confianza [IC] del 95%: -3,38 a -3,02) y dos estudios informaron poca o ninguna diferencia entre los grupos (DM -0,40; IC del 95%: -4,75 a 3,95; DM -1,00; IC del 95%: -2,94 a 0,94). De igual manera, para la depresión de pacientes, no se agruparon los datos de dos estudios (160 participantes pacientes). Estos estudios informaron menos depresión cuando se usó una intervención de información o de educación (DM -2,90; IC de 95%: -4,00 a -1,80; DM -1,27; IC del 95%: -1,47 a -1,07). Sin embargo, no se conoce si son las intervenciones de información o de educación las que reducen la ansiedad o la depresión del paciente debido a la evidencia de muy baja certeza.
No se conoce si las intervenciones de información o de educación mejoran la calidad de vida relacionada con la salud debido a la evidencia de muy baja certeza de un estudio que informó poca o ninguna diferencia entre los grupos de intervención (DM -1,30; IC del 95%: -4,99 a 2,39; 143 participantes pacientes). Ningún estudio informó los efectos adversos, la adquisición de conocimiento, la gravedad del TEPT ni la satisfacción de lo/as pacientes o cuidadores.
Se utilizó el criterio GRADE y se disminuyó la certeza de la evidencia debido a las limitaciones de los estudios, las inconsistencias entre los resultados y los datos limitados provenientes de pocos estudios pequeños.
Intervención de información o de educación como parte de una intervención compleja versus una intervención compleja sin información ni educación (cuatro estudios)
Un estudio (tres grupos de comparación; 38 participantes) informó poca o ninguna diferencia entre los grupos en la ansiedad del paciente (paquete de información adaptada versus control: DM 0,09; IC del 95%: -3,29 a 3,47; información estandarizada general de la UCI versus control: DM -0,25; IC del 95%: -4,34 a 3,84) y poca o ninguna diferencia en la depresión del paciente (paquete de información adaptada versus control: DM -1,26; IC del 95%: -4,48 a 1,96; información estandarizada general de la UCI versus control: DM -1,47; IC del 95%: -6,37 a 3,43). No se conoce si las intervenciones de información o de educación como parte de una intervención compleja reducen la ansiedad y la depresión del paciente debido a la evidencia de muy baja certeza.
Un estudio (175 participantes cuidadores) informó menos participantes cuidadores con una comprensión deficiente entre los que recibieron información (cociente de riesgos 0,28; IC del 95%: 0,15 a 0,53), aunque nuevamente este resultado es incierto debido a la evidencia de muy baja certeza.
Dos estudios (487 participantes cuidadores) informaron poca o ninguna diferencia en la satisfacción de los cuidadores; no se conoce si las intervenciones de información o de educación como parte de una intervención compleja aumentan la satisfacción de los cuidadores debido a la evidencia de baja certeza. Los efectos adversos se informaron solo en un estudio: un participante se retiró debido al deterioro en la salud mental al completar cuestionarios sobre la ansiedad y la depresión, aunque los autores de los estudios no informaron si dicho participante era del grupo de intervención o de comparación.
Se disminuyó la certeza de la evidencia debido a las limitaciones de los estudios, y los datos limitados provenientes de pocos estudios pequeños.
Ningún estudio informó la gravedad del TEPT, ni la calidad de vida relacionada con la salud.
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